Treatments & bets

6.3K 215 8
                                    

El mejor Amigo de Papá

Capitulo 19

|Treatments & bets|

— ¿Qué haras con él?

—Lo que usted me pidió, Señor Downey —Susurre en sus labios y volvi a meter al Señor Rosa en mi boca mientras lo sacaba y metía. Él solo me observaba con exitación.

— ¿Qué pensabas hacer conmigo después de amarrarme? —Preguntó.

—Algo que le encantara...

—Entonces hazlo, luego te masturbas, quiero verte haciendo eso pero libre.

Sonreí y me baje de mi cama. Me puse mi bata y baje a la cocina por los preciados cubos de hielo. Subi de nuevo y él estaba ahí viendo por la ventana, se miraba tan excitante.

—Este es el juego —Dije tomandolo de sorpresa.

Camine hasta la cama y me subi. Puse el tazón con los cubos de hielo en mi mesita de noche. Agarre un cubo de hielo y lo puse en el abdomen de Robert. Él gimio al sentir lo frío.

—Dejare este cubo de hielo aquí y yo lo masturbare, si el cubo se cae el día de mañana usted pasara desnudo todo el día. —Sonreí y la boca del Señor Downey se abrió.

— ¿Y que sucede si no se cae? —Pregunta él.

—Estare desnuda todo el día para usted... —Me encogi de hombros.

—Me parece una excelente idea, adelante, hazlo.

Agarre un cubo de hielo y lo meti a mi boca. Me puse en medio de sus piernas y tome su miembro entre mis manos. Comence por acariciarlo y luego por masturbarlo, lentamente. Vi como sus ojos se cerraban y gemia lentamente, sus piernas estaban tensas y podía sentir los jalones que él daba pero procuraba que el cubo no se fuera a caer.

El movimiento de mis manos fue más rápido, quería que el cubo se resbalara y se cayera pero él hacía un buen trabajo al controlar su abdomen.

El cubo estaba por la mitad deshaciendose. El cubo de mi boca ya se había deshecho y sin más que pensar meti a mi boca su miembro y él gritó al sentir mi fría lengua alrededor. Lo metía y lo sacaba como toda una profesional en eso. Me encantaba escuchar sus gemidos y sentir como su cuerpo se tensaba.

Mi lengua seguia trabajando, dando vueltas alrededor de su preciado miembro. El cubo estaba pequeño y era más fácil que se resbalara, así que le di un leve mordisco pero no paso nada, sólo conseguí que él gritara mi nombre y comenzara a correrse en mi boca. Me quite y espere que él liberara todo su placer, aún quedaba algo del cubo así que lo meti de nuevo en mi boca para limpiar los restos de su semen, no sabía mal, tenía un sabor un tanto salado pero encantador.

Note que el cubo de hielo se había deshecho por completo y él me gano. Santo infierno.

Al fin lo saque de mi boca y lo solte. Él me volteo a ver y sonrio.

— ¿Gane? —Susurra. Yo asentí. — ¡Por Dios! Mañana andaras todo el día desnuda, nena. —Sonrio con malicia. Rode mis ojos y me sonroje.

— ¿Cómo logro que el cubo no se cayera? —Pregunte y lo vi ceñuda.

—No lo sé, creo que mi motivación era verte desnuda todo el día de mañana —Dice divertido.

—Pero yo hice todo lo que pude para que usted se moviera o se tensara —Dije haciendo un puchero.

Él se rio.

—Nadie me gana, nena. Anda, sueltame ya, mis extremidades me duelen...

Suspire y comence a desamarrarlo. No estaba tan satisfecha por haber perdido pero por una parte me agradaba la idea, eso solo significaba que pasariamos todo el día en su casa, bautizando cada rincón de ella, lo conozco un poco y sé que no se va a poder resistir a mi.

Termine de soltarlo y luego lo bese. Me gustaba besarlo, sus labios son tan deliciosos.

—Ahora... Tienes que cumplir la parte del trato que teníamos. —Susurra en mis labios y sonrie.

—Eso sera mañana, Robert —Susurre en los de él.

—Me refiero al Señor Rosa, traelo. —Dijo él alejandose de mi y yo me acorde de ese otro trato.

—Cierto, había olvidado ese trato —Dije entre risas y agarre al Señor Rosa de mi mesita de noche.

— ¿Esta seguro de que quiere ver esto? —Pregunte un poco avergonzada e indignada.

—Claro que sí. Adelante, comienza.

Suspire una vez más. Me acomode en la cama, puse una almohada para recostarme en ella. Abri mis piernas y él miraba con apreciación mi húmeda vagina. Me ruborice un poco y meti al Señor Rosa en mi boca para que estuviera resbaloso. Cuando considere que estaba listo lo puse en la entrada de mi vagina, abri más mis piernas y poco a poco lo iba empujando hasta que entrara todo. Mis piernas temblaban en el aire y no podía evitar mis gemidos.

Él seguía viendo con detalle, no podía verlo bien porque tire de mi cabeza hacia atrás y entrecerre mis ojos.

Cuando ya estaba hasta lo más profundo comence a sacarlo de nuevo lentamente y luego lo empuje de nuevo comenzando el movimiento de meter y sacar. Con mis mano libre agarre uno de mis pechos y pellizque mi pezón, así eso me estimulaba más. Cerre mis ojos y seguí con ambos movimientos. No podía creer que me estaba masturbando enfrente del Señor Downey, que vergonzoso era eso.

—Sigue así, nena. Eso es excitante... —Susurró él.

El mejor amigo de papá (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora