El mejor amigo de papá (Robert Downey Jr.)

A new morning

El Mejor Amigo de Papá

Capítulo 55

|A new morning|

Narrado por Robert

El sonido de mi celular me despertó de golpe. Lo agarre de la mesita de noche, era Ryan.

—Hola, Ryan —Respondí.
—Hermano ¿Cómo amaneciste? —Pregunta Ryan al otro lado del teléfono. Parece contento. 
—Muy bien, el sol de Quintana Roo es maravilloso —Dije. O quizás sea tu hermosa hija la maravillosa.
—Lo sé, eso estaba diciendole a Hart, todo aquí es genial. Hoy no tendré reuniones hasta en la noche, ¿Tienes planeado hacer algo?
—No, en realidad saldría y vería que hacer. ¿Quieres ir a algun lugar? —Pregunte.
—Vamos a conocer el lugar, no me dio tiempo ayer.
—Por supuesto —Respondí contento, saldre con mi amigo, todo con él es demasiado mejor y divertido.
—Genial, te veo en diez minutos en el restaurante del hotel.
—Ahí estare, adiós.

Termine la llamada y me levante de la cama para ir a darme una ducha. Me quede viendo a la cama, estuve con Kate hace unas horas... No puedo creer cuanto me he enamorado de esa linda niña. Queria estar con ella hoy pero mejor ire con Ryan, quizás sea la última vez que nos juntemos a divertirnos porque después del lunes en la noche estoy casi seguro de que perdere su amistad y todos estos años que hemos compartido juntos. Todo por Kate, todo sea por ella y su felicidad, la amo y no pienso perder esta nueva oportunidad para volver a ser feliz. La amistad de Ryan y Hart es importante para mí pero ellos son felices juntos y no me harán feliz como lo hace Kate.

Narrado por Kate

Me levante antes que Susan a ducharme. Me puse un bikini rosado con manchas negras de una sola pieza, me gusta porque hace notar mi figura a la perfección, encima un sudadero de fina lana color crema, no es tan caliente, es fresco y me gusta, además tapa un poco mi trasero. Me puse lentes oscuros y puse un pañuelo rojo en mi cabello como haciendo una tiara.

—Buenos días, Kate —Saluda Susan al verme salir del baño.
—Hola, Susan.
— ¿Qué tal anoche?
—Todo estuvo genial, muchísimas gracias, te la debo —Respondí divertida y ella se rió por lo bajo. La vi, sus ojos estan rojos e hinchados.
—Susan, ¿Qué sucede? ¿Estuviste llorando?
—No, Kate. —Dice volteandose y se mete al baño. Dios, me siento mal.
—Susan —Toque la puerta —Sólo quiero decirte que si me necesitas para cualquier cosa, puedes contar conmigo. —Dije a través de la puerta. No escuche respuesta de su parte pero la puerta se abrió.
—Anoche fui con Robert, fui una estúpida —Dice sollozando —Me ofrecí en bandeja de oro, me desnude para él y me rechazó.
—Susan yo... —No puede ser, pobre mujer. —No sé que decir. Creo que lo ideal es que te olvides de él. Eres una mujer muy hermosa y puedes conseguir a alguien que te valore.

Ella sonrió y se limpió las lágrimas. Me acerque a ella para abrazarla. 

—Gracias, Kate —Susurró.
—No es nada, Susan.

Ella me soltó y fue a ducharse y luego bajamos a desayunar. Mis papás estaban en una mesa y fuimos con ellos. Al sentarnos recibí un mensaje de Robert, pidiendome que fuera al baño. Pedí permiso para levantarme de la mesa y fui rápido al baño. Ahí estaba mi hermoso novio de pie, con una playera marrón con cuello "v", jeans caqui muy ajustados y un saco caqui. Su cabello que ya esta un poco larguito se ve alborotado y húmedo, joder, ¿Por qué tiene que ser tan sensual?

—Buenos días, gentleman —Lo salude con un beso en los labios.
—Buenos días, nena —Saluda y sonrie —Te ves preciosa.
—Tú te ves guapo, jovial, desaliñado pero increíblemente sexy... Además tu trasero se ve más grande con esos jeans ajustados —Mordí mi labio inferior —Yo si te doy —Dije divertida. Él soltó una carcajada y nego.
—Quiero que quede en claro que la pervertida en nuestra relación eres tú, no yo. —Dice divertido.
— ¿Qué sucede? ¿Para qué me quieres?
—Quería verte y besarte, ¿No puedo? —Pregunta agarrando la orilla de mi sueter para atraerme a él.
—Claro que puedes... —Voltée a ver atrás y no vi a nadie —Adelante, besame.

Puse mis brazos alrededor de su cuello y él en mi cintura. Nos acercamos a besarnos. Debo admitir que Robert es un gran besador y sus besos son demasiado largos y lentos, no había conocido a alguien igual que él, me encanta.

— ¿A dónde iremos hoy o qué haremos? —Pregunte después de besarnos.
—A ningun lugar y no haremos nada.
— ¿Qué? —Fruncí el ceño confundida.
—Ryan no tendrá reuniones hoy, así que iremos a dar vueltas por ahí, solo nosotros dos. 
— ¡¿Qué?! ¡No! Vamos, Robert... —Gruñí e hice un puchero.
—Lo siento, probablemente sea la última vez que salgamos como mejores amigos y quiero hacerlo, quiero estar con tu papá.
—Robert... —Hice otro puchero y él agarró mis labios con sus dedos.
—No me hagas pucheros, niña. —Dice cerca de mis labios y los muerde. Yo trate de hacer lo mismo con los de él pero no pude.
—Y, ¿Entonces? —Pregunte.
—Vamos en la noche a bailar. 
— ¿A bailar? —Pregunte elevando una ceja.
—Sí, busca un bar y vamos a bailar. —Dice sonriendo. Me gusta la idea, antes salía con mis amigas a bailar a las discotecas.
—Esta bien, me agrada la idea. Y para tener permiso de mi papá ¿Qué tal si le pido permiso y le digo que tú me puedes cuidar?
—Excelente idea, ahora ve a la mesa o sospecharan que estas haciendo algo malo...

Me besó rápido y agarró mis hombros. Me dio la vuelta e hizo que caminara dandome una nalgada en el trasero. Chille y salte sorprendida.

—Robert —Gruñí.
—Ve, ve, ve —Hizo unos gestos con sus manos diciendome que me fuera. Lo fulmine con la mirada y regrese a la mesa. No estaba Susan.

—Ya vine —Suspire.
— ¿Qué pediras de desayunar? —Pregunta mi madre.
—Emm... Lo mismo que tú, mamá.
—Bueno, entonces dos menús tres —Dice mi mamá a mi papá.
—Yo pedire el cuatro —Dice mi papá mientras seguía viendo la carta del restaurante. Susan llegó y se sentó a la par mía.
—Kate, fui al baño y no te vi... —Dice Susan. Sin querer mis nervios se alteraron rápidamente.
—Es que fui a ver al kiosko de dulces que está allá —Señale el kiosko y mi mamá con Susan voltearon a ver.
—Ah —Musita Susan.

Robert llegó y saludo a todos. Se sentó a la par de mi papá y pidieron la orden. Rápido llevaron la comida y comenzamos a comer. Mi papá y Robert hablaban de cosas que no tengo ni la menor idea. Mi mamá y Susan de lo que haría hoy y los lugares a donde podían ir, mientras que yo estaba totalmente concentrada en la papa horneada que me dieron.