El mejor amigo de papá (Robert Downey Jr.)

Quintana Roo

El Mejor Amigo de Papá

Capítulo 46

|Quintana Roo|

— ¿Sólo tres habitaciones? —Preguntó Susan tratando de contener su emoción.

—Sí, pero... —Papá iba a explicar pero la gran Hart lo interrumpió.

—Eso quiere decir que Susan y Robert deberan compartir habitación —Dijo mi mamá.

Robert me volteó a ver a mí, yo a papá, él a mi mamá, ella a Susan y ella a Robert.

—No —Dijo papá. Por eso lo amo, a mi adorado papi. —Kate se ofreció a quedarse con Susan en la doble, así Robert se queda solo y nosotros dos en la matrimonial.

—Ah —Articuló Susan. ¡Tomala, perra!

—Pero creo que Kate debe de querer privacidad... —Dijo Hart.

—Robert también —Interrumpió papá.

—...Ella es joven y Susan con Robert podrían encontrar una reconciliación si estan solos —Siguio mamá. Joder, Hart, ¡Callate!

—No, yo, prefiero estar solo si no les importa y quiero aprovechar el favor de Kate, de lo contrario no tengo ningun problema de ir a buscar otro hotel donde quedarme —Dijo Robert.

—No, no, está bien Señor Downey, yo no tengo problema con quedarme con Susan, ella y yo nos llevamos bien, no veo problema. ¿Cierto, Sue? —Dije tan hipócritamente que creo que todos lo notaron.

—Sí, esta bien —Dijo Susan desanimada.

—Bueno, problema resuelto —Dijo mi papá —Entonces instalemonos.

Dicho eso, ellos entraron a su habitación, yo entre a mi habitación seguida de Susan y Robert en la de él.

—Oh mi Dios... —Susurre al entrar.

Piso cerámico de color caqui con naranja, paredes granoladas pintadas con un suave beige, techo de granito blanco del que colgaban unas grandes bombillas con muchos adornos blancos y de bronce sintético. Estabamos en la sala de recibo y había una mesa de centro redonda con un enorme florero lleno de petunias amarillas, alrededor de la mesa tres sillas de caoba con enormes cojines amarillos, se miraban muy cómodos. Una televisión de 50 pulgadas adornaba la pared y abajo un mini bar lleno de muchas bebidas.

Entramos a la habitación que estaba separada por una pared de vidrio con forma de cascada. Habían dos camas tamaño normal con edredones color caoba con detalles amarillos y había una mesita de noche a la par de cada cama con una lampara de material similiar a las bombillas del techo. Al final de la habitación había una puerta de vidrio, correriza para poder salir a un enorme balcón con vista a la enorme playa de Riviera Maya.

—Esto es hermoso... —Murmure sólo para mí.

—Y no haz visto el baño aún... —Dijo Susan atrás de mí.

No dije nada y me dirigi al baño. Era espacioso, con piso cerámico en todo el suelo y mitad de la pared, color blanco. Lo que más resaltaba del baño era la enorme tina que estaba al final del cuarto a la izquierda.

Nunca en mi vida había visto algo igual de lujoso, mi casa es rústica porque a mis papás les gusta mucho lo contemporáneo pero esto sin duda es hermoso.

Fui de nuevo a la habitación y vi a Susan subir su maleta en la cama y la abrió para buscar algo que ponerse, imagino.

— ¿Qué harás? —Pregunte. Me lance en la cama que estaba vacía, supongo que esta es la mía, que bueno, yo quería esta que estaba al lado del ventanal.