Capitulo 13- La respuesta

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-¡Mecha a levantarse! –Papá me gritaba desde abajo. Sinceramente, fingí no escucharlo para seguir durmiendo. Mientras me acomodaba placenteramente entre las sabanas y acolchado intentando dormirme nuevamente apareció papá detrás de mí diciéndome – Mercedes, te conozco bien. No te hagas la dormida. Levántate que vas a llegar tarde.

Perezosamente me di media vuelta y miré a papá con una pícara sonrisa. Papá sacudió la cabeza y rió diciéndome – ¡Como te conozco! Te dejo descansar cinco minutos más – me besó la frente y marchó dejando la puerta entornada - ¡Te quiero! – le grité como niña pequeña mientras él bajaba las escaleras.

Me quedé tirada sobre la cama mirando al techo. Intenté levantarme pero la pereza me derrotó, así que seguí contemplando el techo. Al mismo tiempo pensaba en los chicos - ¿A quién debía elegir? -Me preguntaba constantemente. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el aroma a tostadas y capuchino  recién hechos, tanta hambre tenía que me levanté como relámpago. Me vestí lo más rápido posible, corrí a peinarme y bajé dando brincos de felicidad por las escaleras.

-Al fin, ya era hora- dijo papá mientras le servía el desayuno a los chicos. Lo abrasé de atrás con todas mis fuerzas y le dije – que rico desayuno. Papá se dio media vuelta separándome de él, mirándome a los ojos con sospecha - ¿A qué se debe tanta felicidad?

Reí y le dije mientras subía mis hombros –No lo sé, dormí bien. – luego di un gran salto sentándome en la mesada de la cocina agarrando una tostada y dándole una gran mordisca.

-Mercedes. – me dijo papá con una mirada de desacuerdo.

-¿Qué ocurre? – le dije ingenuamente.

-Ya sabes – me dijo dirigiendo su mirada a la mesada.

-Uy, lo siento. – bajé rápidamente de la mesada y me senté con ellos a desayunar.

-Desde que llegamos a esta casa no desayunaste con nosotros. Siempre salís corriendo en la mañana. Me gusta que toda la familia esté junta.

-A mi también – le respondí con una tierna sonrisa. Aunque por dentro pensaba – Hace tiempo que no está toda la familia junta. Faltaba la presencia de mamá.

Luego clavé mi mirada a la comida porque estaba hambrienta. Mientras desayunábamos cada uno compartía anécdotas sobre el día anterior, los chiquitos estaban felices con los nuevos amigos que hicieron y papá se notaba que le gustaba vivir más aquí que en la ciudad. Aunque extraño a mis amigas, debo admitir que este lugar me está agradando cada vez más.

El llamado de la puerta me hizo levantarme para ir a ver quién era.

-¿Mecha, estas pronta? ¿Vamos?  - me sorprendió Thiago.

-¿Thiago, que haces aquí? – pregunté asustada.

- Te paso a buscar para ir a la escuela.- me dijo con una seductora sonrisa.

-¿Mecha, quién es? – gritó papá desde la cocina.

- ¡Es Lino! ¡Nos vamos al colegio! – mentí mientras corría a agarrar la mochila. -¡Chau!- grité cerrando la puerta violentamente.

-¿Lino? – me dijo riendo. –Con que además de maleducada eres mentirosa.

- Es que mi padre es el hombre más celoso que existe. Dije Lino porque ya lo conoce y si me ve con un chico mayor y que no conoce las cosas pueden ponerse feas. Créeme. – Luego con curiosidad pregunté - ¿Por qué me pasaste a buscar? – dije indiferente mientras marchábamos camino a la escuela.

-Porque quiero. –esa fue su simple repuesta.

- ¿Con que haces lo que se te da las ganas?

- Exacto- dijo creídamente.

-¿Sabes que no siempre puedes hacer lo que quieras? Siempre hay límites.

- Hay límites para los que quieren que las haya. Pero yo no las quiero, así que no las cumplo, y hago lo que quiero. – esas palabras me dejaron muda. Al ver Thiago que yo no emitía palabra prosiguió- Piénsalo, si no haces lo que quieres ¿qué sentido tiene vivir? – nuevamente me dejó sorprendida, tenía sentido lo que él decía. – ¿Qué opinas? Apuesto a que crees que soy un hippie – rió.

Reí y contesté- Eso es cierto, eres un hippie, pero debo admitir que tienes razón acerca de que cada uno debe hacer lo que uno quiera.

 -Siempre tengo la razón – dijo creídamente. Lo miré con una ceja levantada y él rió aclarando – mentira.

- ¿Por qué querías ir a la escuela conmigo?

- Porque quiero una respuesta. – me detuvo agarrándome violentamente del hombro mientras me miraba fijamente a los ojos.

Me hice la que no entendía y le pregunté inocentemente -¿Respuesta?

-Ya sabes a qué me refiero. No me hagas preguntártelo de nuevo.

Haciéndome la difícil dije – No me acuerdo ¿cuál fue tu pregunta?

Thiago suspiró y respondió – Me gusta, me gusta que te hagas la difícil.

Lo miré con una sonrisa pícara y solté su mano sobre mi hombro siguiendo camino a la escuela sin emitir palabra.

-Ven, para acá. No me hagas perseguirte.

- Di media vuelta con mi cabeza, lo miré, reí, y luego seguí mi camino.

Mientras caminaba, iba riendo por dentro acerca de la situación que estaba ocurriendo. Pero forzosamente mis pasos fueron frenados por unas fuertes manos que me sujetaron la cintura. Me hizo girar y me pegó a su cuerpo. No había aire entre nuestros cuerpos. Él me sujetaba fuerte de la cintura mirándome a los ojos. - Dime la respuesta.- me dijo.

-¿Cuál era la pregunta? – le dije clavando mi mirada a la de él.

- ¿Enserio, me vas a obligar a decírtela?

Asentí con una pícara sonrisa y él respondió – Esta bien. No me queda otra. Nunca alguien me había hecho algo como esto. – Suspiró y siguió - ¿Quieres salir este viernes?

-Mecha ahí estas – gritó Azul acompañada de Lino. – Uh, perdonen – dijo avergonzada al darse cuenta que nos había interrumpido. Al verlos, me despegué de Thiago lo más rápido posible –Hola chicos. ¿Vamos? – dije marchando a la escuela. Al notar que Thiago quedó atrás le pregunté ¿No vienes?

- No, unos amigos me van a pasar a buscar para ir al bar a ver un partido de futbol.- dijo indiferente.

-Con que hacer lo que se te antoja te lo tomas enserio– dije riendo.

Levantó los hombros y dijo –Así soy yo - luego añadió – Quiero saber la respuesta.

Lo miré, y asentí la cabeza. Me daba lástima decirle que no, lo dejé plantado el otro día y ahora en el camino a la escuela. Además, no voy a mentir, definitivamente quería salir con él. ¿Quién no?

Thiago al verme asentir sonrió y me guiño él ojo. Me di media vuelta, y troté para alcanzar a los chicos que iban a la delantera.

-¿Vas a salir con él? –preguntó Azul emocionada.

-Si – respondí tímidamente. Enseguida, Azul comenzó a saltar de la emoción y Lino me miraba con cara de desacuerdo.

- ¡Vas a ser la envidia de toda chica! ¡Quiero ver la reacción de Guadalupe! – decía sobreexcitada.

-No quiero que se entere nadie, por favor. Salvo por Isa y Peter, en ellos confío.

Los dos asintieron, y seguimos camino. 

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Holaaa a todas! Perdonen que hace mucho tiempo no subo capitulos! La verdad que se me está complicando por los estudios . Me gusta escribir cuando estoy desestresada asi puedo escribir lo mejor posible! Perdonen que el capitulo es muy corto! Intentaré hacer el próximo mas largo! Saludos a todas! Me harían muy feliz que comenten y voten!

GRACIAS POR LEER!!! 

Peligrosa atracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora