Vacío. Mi cuerpo había quedado sin aire. Largué todo mi aliento y esfuerzo al escenario. Cerré los ojos para recuperarme y evitar contacto con el público. Temía a que me critiquen y abucheen. No podía durar más de dos segundos con los ojos cerrados por qué creerían que tengo un problema mental o algo parecido. Así que decidí abrirlos. En un abrir de ojos el público se levantó y comenzó a aplaudir y silbar desaforadamente. No existía palabra para describir lo que sentía. Dirigí mi mirada a la mesa dónde estaba mi familia, y logre ver a mi padre llorando de la alegría. Algo muy poco visto. Los abuelos estaban levantando los brazos dándome ánimo y los chiquitos saltaban de alegría. Luego, comencé a escanear toda la sala, hasta que divisé a un joven, como diría mi abuela, era muy buen mozo, quién no me dejaba de mirar. Se hallaba en una mesa escondida detrás del todo, vestido formalmente, pero con la corbata desatada que rodeaba su cuello y los dos primeros botones de su camisa desabrochados dejando a la vista su pecho masculino. Estaba sentado mientras todos estaban de pie aplaudiendo, sus ojos marrones oscuros me miraban fijamente causándome incomodidad, cada tanto tomaba unos sorbos de vino pero siempre sin quitar su vista de la mía.
-Te lo dije- me dijo al oído mientras me abrazaba con su brazo izquierdo. Miré a Guillermo con vergüenza y él me sujetó aún más fuerte. –Te dije que te amarían – dijo riendo mientras me daba unas palmadas en la cabeza haciéndome sentir una niña. Se apartó unos pasos, le dio las gracias al público y bajamos del escenario. Antes de bajar me di media vuelta para ver si seguía el chico misterioso observándome, pero ya se había ido.
-Felicitaciones- gritó Tata emocionada, dándome un gran abrazo. Nos quedamos hablando unos minutos y al rato logré ver al chico misterioso recostado sobre la pared detrás de la abuela, observándome. Ahora que lo tenía más de cerca lograba verlo mejor, era un chico de cabello despeinado color castaño oscuro y de ojos marrones, la camisa semi desabrochada y esa mirada profunda demostraba que era un seductor innato. Aquella situación me estaba poniendo nerviosa hasta que la abuela me distrajo diciendo – Mecha, hable con tu padre y dijo que estaba bien con que te quedes a celebrar. Nosotros debemos irnos porque ya es tarde y los chicos mañana tienen escuela. Guillermo prometió cuidarte y traerte – rió a lo último. Sin dejarme dar mi opinión, me besó la frente y se marchó. Intentándola alcanzarla una mano fuerte me sujeto del hombro impidiéndome seguir mi camino. Me di la vuelta para ver quién era. Era él. Si, el chico misterioso de vestimenta formal.
-Máximo Alonso, un gusto. –Me extendió la mano.
-Mercedes Gallardo – le respondí saludándolo.
-Lo sé, por eso estoy acá. –Dijo con una sonrisa seductora y al ver que me hallaba perdida siguió hablando – Cada tanto paso por acá en busca de talentos, pero nunca logré encontrarlo, hasta hoy.
Ingenuamente le respondí – La banda de Guillermo es muy talentosa, de seguro tienen un gran futuro.
-No te hagas la tonta. Sabes a que me refiero. Ellos si son buenos, muy buenos. Pero tú eres única. Si algún día quieres que todos te conozcan, y quieres ganar grandes cantidades de dinero, llámame – me dijo extendiéndome su tarjeta de presentación. La tomé, la observé y al levantar mi vista él ya se estaba yendo. Se dio la vuelta guiñándome el ojo y luego siguió caminando.
-Mechi, vení. – Guillermo gritó mientras reía con sus otros amigos en la barra. Me acerqué a ellos y apenas me vieron comenzaron a aplaudir - Mercedes Gallardo, suplente oficial de esta banda.- dijo Marcos haciendo un brindis con los otros de la banda. La rubia me extendió un vaso mientras se presentaba – Me caes bien, nos has salvado esta noche. Soy Bárbara por cierto.- Marcos la interrumpió diciendo- Cuando Nina se entere que una niña de doce años las sustituyó se va a querer matar.
Miré a Marcos con cara asesina, esto de que me trate como una niñita me estaba cansando. Luego le rechacé tímidamente el vaso de daiquiri a la rubia –No, muchas gracias.
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Peligrosa atracción
Ficção AdolescenteTodo parecía derrumbarse en la vida de Mercedes tras la muerte de su madre. Obligada, se muda a un pueblo que ni siquiera aparece en los mapas. Ya no le veía el lado bueno a la vida, sola se sentía, hasta que un chico se interpone en su camino. Él l...