Un Cambio en el Destino

Serpientes, un perro y un salto sin paracaídas

Aclaraciones inicio de capítulo:

Sin nada que agregar que disfruten de la lectura

<strong>Texto en negrita y entre símbolos es del libro original. </strong>

Pensamientos en cursiva

<u> Idioma de poder cursiva subrayado </u>

Cambio de escena:

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Serpientes, un perro y un salto sin paracaídas

-Yo quiero leer lo que sigue –exclamo Harry al tiempo que le quitaba el libro a su novio. –el próximo capítulo se llama <strong>"Visitamos el emporio de gnomos de jardín"

En cierto sentido, es bueno saber que hay dioses griegos ahí fuera, porque tienes alguien a quien echarle la culpa cuando las cosas van mal. Por ejemplo, si eres un mortal y estás huyendo de un autobús atacado por arpías monstruosas y fulminado por un rayo —y si encima está lloviendo—, es normal que lo atribuyas a tu mala suerte; pero si eres un mestizo, sabes que alguna criatura divina está intentando fastidiarte el día. </strong>

-Razón no te falta sobrino –interrumpió Hestia. –nuestra familia es muy rencorosa y la toma con quien menos deben –los semidioses bufaron con descontento ellos siempre eran quienes peor lo llevaban, en cuanto a sus padres solo sintieron vergüenza de su actuar pero como tenían una reputación que mantener no dijeron nada salvo Hera y Perséfone quienes tenían la más grande cantidad de sangre mestiza en sus manos y menos arrepentimiento sentían, de hecho era más fácil ver a Zeus arrodillado suplicando perdón a que esas mujeres se arrepintieran de lo que hicieron.

<strong>Así que allí estábamos, Annabeth, Grover y yo, caminando entre los bosques que hay en la orilla de Nueva Jersey. El resplandor de Nueva York teñía de amarillo el cielo a nuestras espaldas, y el hedor del Hudson nos anegaba la pituitaria.

Grover temblaba y balaba, con miedo en sus enormes ojos de cabra.

—Tres Benévolas —dijo con inquietud—. Y las tres de golpe.

Yo mismo estaba bastante impresionado. La explosión del autobús aún resonaba en mis oídos. Pero Annabeth seguía tirando de nosotros.

— ¡Vamos! Cuanto más lejos lleguemos, mejor.

—Nuestro dinero estaba allí dentro —le recordé—. Y la comida y la ropa. Todo.

—Bueno, a lo mejor si no hubieras decidido participar en la pelea...

— ¿Qué querías que hiciera? ¿Dejar que os mataran?

—No tienes que protegerme, Percy. Me las habría apañado.

—En rebanadas como el pan de sándwich —intervino Grover—, pero se las habría apañado.

—Cierra el hocico, niño cabra —le espetó Annabeth. </strong>

-Realmente eres una pésima amiga, tras de que te salvan la vida y aun así los tratas como si fueran menos importantes que tu –dijo asqueado Draco, era por eso que los muggles le caían tan mal, bueno una de las razones.

-Los muggles tratan las deudas de vida de manera muy diferente a nosotros Draco, creo que ni siquiera se dan cuenta de lo importante que es –le dijo Harry para seguir leyendo después.