LA HISTORIA ES COMPLETAMENTE MÍA PERO LOS PERSONAJES SON DE LA MARAVILLOSA NAOKO TAKEUCHI
MIS HIJOS
El alegre sonido de las flautas, el chillido de varios niños, los pasos de carruajes y berlinas le habían hecho casi imposible descansar.
Había decidido salir a la calle y conocer un poco más de todo de Dorset, a pesar de ser tan solo las diez de la noche, las calles estaban inundadas de gente, algunos más sencillos que otros, mujeres y caballeros sencillos se codeaban con mujeres que coronaban sus cabezas con rimbombantes sombreros y trajes caros eran lucidos por caballeros que miraban por sobre el hombro a la gente de clase sencilla.
Negó un par de veces pensando en su casa, allí todos eran iguales, al ser un pueblo pequeño todas las personas se conocían. En cambo aquí todo se media por el dinero que ostentas. A pesar de la molestia que sintió al darse cuenta de cuanta diferencia había entre este país y en el que el residía metió sus manos en los bolsillos y anduvo despacio observando a los danzantes en medio de la improvisada pista en que se había convertido la calle.
Un hombre trataba de impresionar a la dama a su lado tratando de apuntarle a una botella con un aro, mientras que un chiquillo hacia una pataleta a su madre por una paleta, el sonrió cuando su padre lo tomo por debajo de sus brazos subiéndolo a sus hombros, el pequeño dejo su rabieta reemplazándolo por un chillido de felicidad.
Por un instante sus pensamientos volaron muy lejos olvidándose de toda preocupación.
La imagen de su casa, el sol brillante sobre la tierra que el cultivaba y todo aquello que lo hacia feliz se había quedado atrás solo para recabar en un pasado que de verdad de no ser por aquellos hijos de los que Smith le había hablado le hubiera interesado menos que nada, ni el dinero, ni propiedades nada de eso importaba, lo verdaderamente importante ya lo tenía y no necesitaba nada más...o al menos a sus hijos sí.
Alguien choco contra su hombro y eso lo trajo a la realidad.
—Disculpe—murmuro un joven antes de seguir con su camino mientras seguía a otro grupo de muchachos.
Avanzo entre el gentío, decidido a buscar su descanso en la posada cuando algo detuvo su andar.
Sus ojos se quedaron fijos y sus pies parecían estar pegados en aquel sitio.
—No pasa nada Seiya—Su voz era suave y apacible—son apenas unos niños solo no se dieron cuenta.—sus rizos se dispersaban por toda su fina espalda mientras una joven detrás de ella trataba de atarlo con una fina cinta azul. La chica movía sus dedos tratando de trenzarlo y le pareció que su tarea era casi imposible.
—Eso es casi imposible—murmuro afirmando para sí mismo, ese cabello parecía indomable.
—Oh querida deja de tratar de atarlo, es imposible—se quejó ella alegre.
—Milady las normas de recato dictan que una lady no debe mostrar su cabello solo...—una risa rompió la réplica de la doncella y el mismo sintió reír ante la feliz y dulce risa de aquella hermosa dama de cabello rebelde...se le antojaba compararla con una bonita margarita ante los dorados rayos del sol.
—Amy... ¿Cuándo me han importado las reglas de la sociedad?—replico sonriente.
—Milady creo que deberíamos volver a casa—el caballero que ella nombro como Seiya la tomo por el codo guiándola hacia el otro lado de la calle, él la miraba divertido mientras arqueaba su brazo ofreciéndoselo, se acercó a ella mientras se perdían en el gentío.
Se quedó allí de pie, pensando en lo hermosa que era aquella mujer. Sacudió su cabeza sonriendo cuando una fina cinta de seda azul aterrizo entre sus zapatos, se inclinó para tomarla fue cuando noto que era la misma cinta con la que la doncella trataba de recoger el cabello de su señora. La cinta estaba impregnada por una suave fragancia que no supo identificar pero que se le antojaba era dulce.
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Lady Chiba
Romantizm«- ¿Sabes que es lo único que puede calmar tu loco cabello? - ¿Qué?-Una traviesa sonrisa cruzo su rostro, en ese momento él la había tomado en sus brazos sacándola de su improvisado refugio hacia la lluvia helada. -La lluvia.» Los recuerdos atorment...