Capítulo XII 'Give me Love' Marzo 2018, Niall Horan.

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Capítulo XII

‘Give Me Love’   Marzo 2018, Niall Horan.

                                                                  Give me love like never before,
                                                             cause lately I’ve been craving more…

Tomé aire una vez más, mientras jugaba nerviosamente con la taza de café entre mis manos. Doy una y otra vuelta, mareando al oscuro café, para ocultar el temor que llevo dentro. ¿Y qué si no viene, si se arrepiente? No lo soportaría, no cuando todo lentamente volvía a su sitio.
 Miré otra vez por el gran ventanal de mi lado, miles de automóviles, buses, bicicletas y personas transitando por la gran avenida.
 El sonido de mi  impaciente ´tap, tap’ en el suelo realizado con mis zapatos tiene que detenerse, está irritando al señor de la mesa contigua, sin embargo no puedo hacerlo. Controlo una vez más el reloj,  ya han pasado cuarenta y cinco minutos.  Mis esperanzas se vuelven a perder, ya no vendrás. Siento que el amor no es lo mío. Sólo quería un poco de amor como ella solía darme en los buenos tiempos, porque últimamente me he estado levantando y sintiendo solo. Finalmente había creído que luego de tantos altos y bajos lo había encontrado, pero al parecer había sido producto de mi imaginación. Había visto algo en tus ojos, algo que había hecho que me esfuerce por salir adelante, ser lo mejor posible, había decidido pelear por mi esquina para ganar esta lucha por mí mismo y así demostrar que podía volver a ser alguien que valga la pena. Pero al parecer había sido en vano, tal vez esta noche tire todo por la borda y te llame, después de que mi sangre se transforme en alcohol.
 A quién engaño, son sólo estupideces que pasan por mi mente por el simple hecho de que aún no llegas, sólo tengo ganas de abrazarte.

Y como si fuera parte de mí, repito mi acción al mirar por la  ventana, sin esperanza de encontrarte, sólo por el hecho de corroborar mis pensamientos. No obstante, una enorme sonrisa se forma en mi rostro cuando te veo a uno cuantos pasos de mí, separados sólo por el cristal. Soy tan feliz cuando me regalas tus sonrisas.
 Al momento de verte entrar siento que todo estará bien. Es extraño el poder que tienes sobre mí, haciendo que de un segundo al otro sienta que todos nuestros problemas y temores comienzan a desaparecer. Inmediatamente me pongo de pie y espero  a que llegues a la mesa que espera por nosotros.

Habían pasado poco más de dos largos años desde la primera vez que nos habíamos visto en aquel triste hospital. Tú estabas allí para salvarte, yo llegué como arte de magia para ayudar a mi amiga, pero también descubrí una nueva esperanza, la de salvarte a ti. Y así nos habíamos conocido, tú con un problema, yo con otro;  tomándonos juntos un tiempo para poder quemarlos y así comenzar una vida nueva y renovada, sin prejuicios, sin dolores ni penas, sólo nosotros.
 Tú habías sido mi soporte, yo intentaba ser el tuyo y sin darnos cuenta todo comenzó a mezclarse de una manera especial, única, convirtiendo una inigualable amistad  en una increíble historia de amor.

Tu suave risita me sacó de mis pensamientos una vez que ya te encontrabas frente a mí. Te veo sonreír y ya no puedo imaginar una vida sin ti en ella. Como un auto reflejo me acerco y te tomo con mi mayor delicadeza de la cintura, todo lo que quiero es el sabor que me permiten tus labios, sólo quiero que me des amor.

Y así la tarde se había ido pasando lentamente entre risitas sin sentido, cálidas miradas y suaves caricias, sólo habíamos sido nosotros dos testigos de nuestro amor, que iba creciendo día a día.
 Las horas habían pasado como segundos en la cafetería de  Oxford Street. La gente ingresaba y salía, cientos de clientes habían visitado el lugar para luego retirarse, pero nosotros estábamos inmersos en nuestro propio mundo.

Si no hubiera sido por el sol que estaba disminuyendo su luz en el horizonte, volviendo el cielo de un intenso y maravilloso tono rosado, jamás nos hubiésemos percatado de la hora.
 Tomaste tu abrigo y salimos del lugar tomados de la mano, queríamos caminar, ninguno deseaba que el mágico momento se diera por finalizado, por lo que decidimos a emprender nuestro camino de regreso a pie.
 Las cuadras que nos separaban de nuestros hogares habían sido increíbles, tu risa retumbaba en mis odios, era música para ellos. Sin que te des cuenta llevaba minutos observándote, cada facción tuya es perfecta, admito que soy un chico afortunado. Al darte cuenta de lo que hacía tus mejillas se tornaron rojas, y te ocultaste en mi pecho mientras rodeabas con tus brazos mi cintura. Y en ese momento no podía pedir nada más. Cerré mis ojos y disfruté del momento, hoy sólo quería que me dieras amor como nunca antes, porque últimamente lo he estado anhelando.

La distancia ya se había esfumado sin percatarnos de ello, ya estábamos frente a tu hogar. ¿Cómo es posible que el tiempo en tu compañía se escape de mis manos sin notarlo?
 Al detenernos allí, me sonríes y prometes que al siguiente día nos veremos, y yo no tengo dudas de que así será. Sin previo aviso te pones en puntitas de pie y me regalas el más dulce de los besos. En ese momento, lo único que quería era el embriagador sabor de tus labios, era adicto a ello. Al separarnos, fui testigo, una vez más, de tu hermosa sonrisa y te despedirte con la mano para perderte en el interior del edificio.
 Yo me quedo como un completo idiota perdido, mirando en la dirección en la que te vi desaparecer. Me haces tan feliz.
 Y sin tener nada más que hacer allí sigo mi camino a casa, sumiéndome en mis propios pensamientos y recuerdos junto a ti. Me enorgullece tanto todo lo que hemos logrado. Pensar que tiempo atrás había querido darme por vencido y dejarte ir, siempre creí que merecías algo mejor que este pobre tonto con problemas de alcohol. Sin embargo, tú habías sido más fuerte que yo, y me ayudaste a salir adelante, me salvaste. Habíamos jugado al escondite para cambiar todo eso que nos atormentaba y nos impedía ser felices, tú me habías cambiado, por ti lo había logrado.
 Me demostraste que todo puede ser solucionado con voluntad y amor verdadero. Porque no sólo me habías rescatado de la oscuridad en la que el alcohol era mi captor y me había dejado caer, sino que también me hiciste comprender que el amor no es mi enemigo, que no debo temerle, sólo porque me habían fallado una vez, no debía negarme a él por errores que veía en otros, como en el triste caso de mis propios padres, ni mucho menos dejar de creer por el engaño que había sufrido.
Tú, Alison, me demostraste que las nuevas oportunidades existen y que era posible dejar el pasado atrás e intentarlo nuevamente. A fin de cuentas de los errores se aprende y yo podría seguir, siempre y cuando tú formes parte de mi vida y me dieras amor como nunca antes.


Help you, help me {+} One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora