A trip to Namek → 11

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Mi madre.

Siempre tan sentimental,tierna y un poco distraída. Me abrazó fuertemente, mire alrededor mío y si, los jardines más bellos de la ciudad sin duda gracias a mamá. Extrañaba tanto el aire y cielo del planeta tierra.

De vuelta a mi realidad.

— ¿Y ellos?

— Son invitados mamá. Se van a quedar un tiempo en lo que su planeta vuelve.

Mi madre abrió sus ojos sorprendida y sus labios se abrieron lentamente ¡Lo sé! Si lo digo así sueno como una completa loca pero ella lo comprendió inmediatamente en nuestro entorno nada sería normal así solamente sonrió corriendo a ellos con toda la emoción.

Y sobre todo con el saiyajin.

— Bueno. Esta es mi casa ¿Verdad que es muy bonita? — Quería hacer sentir en confianza a los nuevos invitados.

— ¡Bienvenidos! Esta es su casa, me imagino que tú eres el novio de Bulma, eres encantador y se ve que estas a la moda.

— ¿A... A la moda? — Replicó Vegeta con sorpresa y confusión. Mordí mi labio apenado por las palabras de mi madre. — ¿Que es eso?

Alcance a escuchar el susurro de Vegeta cuando vio una de las naves que mi padre había construido. Se acercó inspeccionando cada detalle de está, lo observé hablar con mi padre.

— ¡Hija! No he tenido el tiempo con esto de las personas verdes pero ¿Y esa ropa tan ...

— No lo digas — Interrumpí — Tienes razón tengo que ir a cambiarme de ropa — Aspiré el aire liviano de aquí para dejar de verlo e ir a ponerme ropa mucho más cómoda para pensar en cómo se supone que Goku volverá.


Y entre toda la ropa tirada en el suelo de mi habitación nada me parecía bueno para ponerme. Saqué todo lo que tenía el clóset.

No me era suficiente, tendría que ir de compras y obviamente arreglarme el cabello.

Tal vez unos jeans y una blusa delgada sea estupendo para este clima. Lo malo de ser una chica vanidosa es que jamás estabas contenta con nada aunque tuvieras el clóset más grande que los vestuarios para las actrices en novelas.

Después de un baño. Me puse lo que había pensando arreglando mi cabello dando varias cepilladas hasta que volviera a estar liso con todo este ajetreo ni siquiera me di cuenta que había crecido mucho y ahora era más cuidado.

Sentí un escalofrío, dejé mi cepillo en el tocador.

— ¿Has pensado en que harás con esto?

Me sobresalté.

— ¿Que haré con esto, de que hablas?

Vegeta sonrió.

— Es estúpido. Solo olvídalo humana.

— ¡No! Sé que te refieres a nuestra extraña relación. — Levantó su ceja. — No me acuesto con todos, si lo hice contigo es por qué sentí una especie de conexión ¿Tú no? — Él solamente miró a otro lado muy incómodo.

— Me iré. No me puedo quedar cruzado de brazos en este débil planeta.

— ¿A dónde vas? ¡¿A seguir siendo un mercenario!? Realmente tus metas son deplorables. — Vegeta gruñó molesto.

— Buscaré llegar al súper saiyajin. Ni siquiera te debería dar explicaciones a una hembra.

— Puedes quedarte aunque sea hasta que los Namek pidan su deseo. Hay buenos pasatiempos. Entrenar aquí, Goku lo hizo y lo consiguió así que este planeta débil puede ayudar.

A trip to Namek (Vegebul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora