Capítulo 9

221 22 1
                                    

Tamara:

9 de septiembre, 2011

- Es tan extraño poder ver a mi hermana después de tanto tiempo y en una cafetería, no en su casa como siempre.

Rio ante su comentario y me levante de la silla para saludarla con un cálido abrazo. Ella me abraza con más fuerza, cuando nos separamos nos dirigimos hacia la mesa y nos sentamos.

- Ahora explícame, ¿por qué Edgar te dejo salir? –dice sorprendida mientras toma el menú.

- Ya te dije que está demasiado raro, no me ha tocado ningún día y nada le molesta. –me encojo de hombros.

Eso realmente me asusta, estoy viviendo tranquila pero algo me dice que esta tranquilidad no durara por mucho tiempo. El día de hoy necesitaba hablar con Bárbara, se lo comenté a Edgar y me dijo que llamara a Ana para que fuera a la casa a cuidar a Andrés mientras yo voy con mi hermana. Demasiado extraño que haya aceptado.

- Pero no te confíes mucho de su silencio. –frunce el ceño.

Llego un mesero y pedimos nuestra orden, cuando se retiró mire a Bárbara seria.

- Claro que no me confiare, estoy consciente de que algo trae en manos.

- ¿Por qué no le preguntas a Bruno? Estoy segura que él sabrá lo que sucede con Edgar.

Hago una mueca y desvió mi mirada de ella.

Justo por Bruno quería hablar con ella. Desde el sábado no he tenido ningún contacto con Bruno. Tengo miedo de que se haya asustado por lo que le propuse, yo también estoy asustada porque tiene razón; estamos en un terreno peligroso. A pesar de eso quiero arriesgarme, sé que en cualquier momento Edgar puede descubrirnos pero valdrá la pena.

- ¿Sucedió algo, cierto? –dice al notar que desvié mi mirada.

- Bruno y yo nos besamos. –Abre sus ojos de golpe-. Dos veces.

- Mierda, cuéntame los detalles. –dice entusiasmada.

- La semana pasada, cuando Edgar no llego en toda la noche, Bruno llego y pues me acorde de tus palabras así que de la nada lo bese. El segundo sucedió el sábado, nos besamos en el baño de mujeres.

- ¿Solo fueron besos o hubo algo más?

- No hemos llegado a más, sólo nos besamos y tocamos. Estuve semidesnuda ante él, pero no paso de eso.

- ¿Y cómo te sentiste?

- La verdad me sentía en las nubes. Me encanto la sensación de sus manos en mi piel, la forma de sus labios, me sentía como una adolescente. –rio ligeramente.

- ¿Después del sábado que más ha sucedido?

- Nada, a eso venia, hermana. –Suspiro-. Le propuse que podíamos tener algo a escondidas, pero creo que se asustó o no sé qué sucedió. El punto es que no me contesta los mensajes, no he tratado de llamarlo porque sé que no me responderá.

- Pues búscalo. –dice segura.

El mesero llego y trajo lo que habíamos pedido. Agradecimos y se volvió a retirar.

- ¿Buscarlo? –fruncí el ceño.

- Si, debes de demostrarle que quieres realmente intentar algo con él. Me dijiste que te confeso que le gustas... -la interrumpí.

- Y me quiere. Me lo dijo el sábado.

- Ahí está, te quiere Tamara. Saca a esa Tamara coqueta y sensual que llevas adentro, sé que aún se encuentra dentro de ti, sólo que se quedó escondida. Sedúcelo de la forma en que sabes hacerlo y lo tendrás para ti.

Mi Refugio Eres Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora