A pasos seguros y fuertes, Alysson llegó a la casa de los Bowers, con la ira a tope, y sed de venganza. Tocó la puerta, y esperó a que Henry abriera mientras su pie golpeaba repetidas veces el suelo.
Abrió y ambos se encontraron cara a cara. Henry tenía el cabello desordenado, como si hubiera despertado recién. Alysson sonrió.
—hasta que por fin lo hiciste—comentó. Henry la observó con una sonrisa a pesar de que dudaba del significado de sus palabras.
—¿que hice, exactamente? —se dejó llevar, apoyándose en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Alysson posó su brazo en su hombro de manera coqueta.
—por fin heriste a los perdedores—se acercó lentamente para besarlo. Con gusto, Henry recibió el beso, dándose el lujo de tocarle el trasero en medio de este. Alysson gimió cuando sintió la mano de Henry.
—me alegro de que te hayas dado cuenta que soy mejor que ellos—la cargó desde los muslos, haciendo que Alysson enredara sus piernas en la cadera del chico, y sus brazos abrazaran su cuello.
Cuando se aseguró de que no se caería, entró a la casa con ella, cerrando la puerta con sus pies y apoyándose un momento en esta mientras la besaba.
—siempre lo supe, Henry, solo quería probar si realmente me querías—lo besó nuevamente, de manera profunda y fogosa, recorriendo todo su torso con sus manos. Henry caminó hacia el interior de la casa.
—yo te amo—la dejó en la mesa del comedor recostada mientras masajeaba sus pechos.
—yo también—mintió. Pobre Henry. Nada de lo que él se había creído era verdad. Todo era un gran engaño que no terminaría bien para él.
Se quitaron sus ropas exteriores, se tocaron y se besaron. Antes de que algo más que eso ocurriera, fueron a la habitación del padre de Henry para usar la cama que era más espaciosa.
Henry estaba disfrutando del momento. No sólo porque estaba a poco de tener sexo, sino porque era con ella: Alysson, la chica de la cual estuvo enamorado desde que recuerda.
Era fácil estar con ella cuando era pequeño; jugaban, hacía travesuras, y hablaban mucho. Cuando crecieron, ella se fue separando de él poco a poco, tenían problemas en casa, las pequeñas travesuras ahora los llevaban a la comisaría, y Henry pensaba que herir gente estaba bien por como su padre lo trataba, pero dentro de todo, seguían siendo amigos. Eso fue hasta que a Henry se le ocurrió la gran idea de jugar con un cuchillo que encontró entre las cosas de su padre. Henry apuñaló a Beverly, y casi corta a Alysson. Desde ese momento, ella decidió dejar de ser amiga de Henry, ni mucho menos ser algo más.
Cayeron a la cama que estaba deshecha, y Alysson se quitó el sostén. Henry masajeó sus pechos mientras se posicionaba entre sus piernas. Estuvo ahí un momento, hasta que Alysson lo obligó a cambiar de posición, quedando ahora ella arriba de él.
—¿sabes qué me encantaría?—le preguntó Alysson a Henry. Se movía hacia delante y atrás, "disfrutando" del roce de sus cuerpos.
—dime—la tomó de la cintura para hacer más rápidos los movimientos. Soltó un gruñido al sentir su centro sobre su pene, cubierto por la tela del calzoncillo.
—que estuvieras amarrado, usando mis bragas—le susurró al oído. Henry sintió un escalofrío. No iba a mentir. Ambas habían sido una fantasía desde que comenzó a masturbarse, y esta sería (para él) una oportunidad de oro para probar ambas.
—mi padre tiene unas esposas aquí—se sentó y revisó un cajón. Efectivamente ahí habían esposas junto a sus llaves.
—excelente—dijo Alysson. Abrió las esposas, y dejó a Henry atado a ambas manos en la cama. Llenó de besos su cuello, bajando por el pecho y llegando a la parte baja del abdomen del chico.
Bajó los calzoncillos y acarició su miembro. Henry hacía presión contra las esposas, deseando tocar a Alysson.
La chica se levantó de la cama y sacó sus bragas moviéndose de lado a lado, bailando para Henry.
—Demonios, Aly—decía Henry entre dientes, mientras su erección se balanceaba de un lado a otro gracias a sus movimientos.
Alysson rió, y le puso las bragas a Henry mientras lo besaba. Ya con las bragas puestas, Alysson se acercó a su rostro y lo besó sin sentarse en la cama. Introdujo su lengua en su boca, y cuando él menos lo esperaba, le mordió el labio tan fuerte que rompió la carne y comenzó a salir sangre.
—¡¿Qué te pasa?!—dijo Henry enfadado. Quiso tomarse la boca, pero las esposas no se lo permitían.
—¡¿Qué me pasa?! ¡Que casi matas a mi mejor amigo!— Alysson se alejó de él.
—sólo fue un rasguño, que no sea marica—dijo riéndose mientras sangre salía de su labio.
—lo que te hará tu padre cuando te vea así, igual será sólo un rasguño—dijo Alysson sonriendo con malicia.
—¡Suéltame!—tiró de las esposas al imaginarse todas las posibles cosas que su padre le haría si es que lo veía así. Muchas cosas eran posibles, pero Henry estaba seguro de una: no le iba a gustar para nada verlo así.
—nop—respondió Alysson. Caminó hacia la sala en busca de su ropa, se vistió y luego se asomó a la habitación, en donde Henry seguía tirando de las esposas. —nos vemos si sobrevives, cariño—le lanzó un beso, y Henry gritó desesperado.
Alysson abandonó la casa de Henry con un objetivo claro: Salir de la casa de Stan, y nunca más volver a hablar con los perdedores.
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❝Talk Dirty To Me❞ ↝ Richie Tozier↜
Fanfiction❝Hey, cuatro ojos ¿Por qué no usas esa boca tan grande y me hablas sucio?❞ ↳Lenguaje vulgar ↳Contenido adulto