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Todos los perdedores -hasta Beverly- iban a la comisaría con Alysson. Stan se encontraba en una silla de ruedas ya que estaba muy débil para caminar (aun así, había huido del hospital para despedirse de su amiga), y Bill lo empujaba. Richie estaba sosteniendo la mano de Alysson como si de esa manera evitara que se alejara, esperando que todo aquello fuera un mal sueño.
En la calle principal de la ciudad, Henry cruzaba la calle. Tenía el labio reventado, un ojo morado y su pómulo hinchado. Miró a los chicos junto a Alysson, sobre todo cómo estaba con Richie, y ella frunció el ceño, intimidando al rubio. Bowers sólo bajó la cabeza y siguió andando.
—¿qué le habrá pasado?—preguntó Mike.
—no los molestará por un tiempo—dijo Alysson.—ya me encargué de ello—sonrió como si nada. Beverly no sabía qué pensar.
Llegaron a la comisaría, y ahí estaba el padre de Henry junto a un hombre que se veía bastante común. Era de cabello negro, tenía barba y los ojos color miel. Según los cálculos de Alysson, tendría unos 40 años.
—llegaste Alysson—dijo el señor Bowers.— él es Sebastian—los presentó. La chica tendió su mano hacia el hombre, y él la estrechó amablemente.
—bueno, Alysson, necesito que hablemos a solas ¿te parece?—la voz del hombre era grave, pero suave y tranquilizadora. Alysson asintió y ambos fueron a una sala aparte, mientras todos los perdedores esperaban a que apareciera por la puerta.
La sala tenía una mesa, y dos sillas, una a cada lado de esta. Para hacer el área más cómoda, el hombre movió su silla al lado de Alysson, y tomó apuntes frente a ella, de manera que podía leer todo.
Sebastian le preguntó a la chica acerca de su familia, y ella respondió con sinceridad, incluyendo los golpes que su padre le daba de vez en cuando. Le contó lo que ocurrió después, sin decir jamás el nombre de Henry, pero sí el de sus amigos, que fueron los únicos que la ayudaron junto a la madre de Stan.
—Alysson, ¿sabes que me envían a casos difíciles?—preguntó sin esperar respuesta una vez que la morena acabó su historia.— tu caso es bastante particular, y tengo dos opciones, para mí es más fácil que optes por la que vendría a ser la segunda, pero me importa más lo que tú quieres.—tomó la mano de Alysson y la miró a los ojos intentando darle confianza.— ¿prefieres quedarte aquí en algún lugar de menores? ¿O ir a la ciudad con tus padres?—preguntó. Alysson intentó tragar el nudo de su garganta.
—odio este pueblo—comenzó.— La gente de aquí me mira como un monstruo, me dicen de todo y me tratan como quieren.— el hombre iba a comenzar a hablar, pero Alysson lo interrumpió. —pero aquí encontré algo que jamás había tenido: una familia.—las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. —Si tengo padres, hasta un hermano, pero jamás se sintieron como eso, más bien eran mis enemigos. Mis amigos, con problemas de por medio, siguen interesándose en mí. Stan sigue siendo mi mejor amigo, y todos los demás son muy buenos conmigo, más que nadie jamás lo había sido antes—la chica limpió sus lágrimas con el dorso de sus manos. —prefiero estar en el infierno, antes de alejarme de ellos, así que sí, quiero quedarme aquí—miró a Sebastian decidida.
