Parte 50

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Dentro de El Ariel, la música aún no sonaba tan alta y el bar aún no estaba tan lleno, pero sí que había poca luz. Era temprano y llevaban poco más de media hora abiertos. Laura se disculpó y se fue a hablar con unas amigas.

A Martín se le fueron los ojos detrás de ella. Hugo se dio cuenta.

—Te rompo los huevos —le amenazó.

—No te flipes —Martín le quitó importancia—. Me cae bien, pero no es tan guapa.

—Es una diosa —Hugo le mantuvo la mirada unos segundos y luego cambió de tema—. ¿A que no sabéis con quién he hablado antes?

—¿Con Be? —Martín parecía muy interesado.

—Eh... sí. —Hugo torció el gesto—. Pero no me refería a eso. Me ha escrito Santi.

—¿El chaval de la gasolinera? —preguntó Iker—. ¿Cómo está? ¿Y su abuela?

—Dice que bien, como siempre. Me ha contado qué tal le fue el verano. Y, bueno, un puto desastre. —Hugo rio—. ¿Os acordáis de que conoció a una chica cuando estuvimos allí?

—Sí. Sofía. —Martín dio un trago a su mini—. Anda que no dio la brasa con eso.

—Empezaron a quedar y las chicas que se metían con él empezaron a hacerle caso —dijo Hugo—. Como las cosas con Sofía iban despacio, Santi intentó algo con una de las otras. Sin éxito. Sofía se enteró y se ha pasado todo el verano solo, jugando al Fortnite.

—Joder, qué paquete —rio Martín.

—Me tenía que haber escrito antes —dijo Hugo.

—¿Qué le habrías dicho? —inquirió Martín.

—Le habría dado tu teléfono para que le enseñases a no ser tan idiota como yo.—Hugo sonrió negando con la cabeza—. Pero, eh, voy mejorando. ¿Tercio? —Martín asintió, Hugo se giró hacia Iker—. ¿Tercio?

Fue a la barra y le pidió a Sami tres tercios de cerveza para invitar a sus amigos. Cuando volvió, Martín hizo que se acercara para preguntarle por encima de la música.

—Entonces, ¿has visto a Be? —Martín volvió a sacar el tema.

—Sí. ¿Por? —contestó Hugo algo incómodo.

Sintió una punzada en el estómago. Al final resultó que no estaba preparado para verla. Aún no.

Se había pasado las noches mirando las redes sociales de Bea. Hasta le había dado sin querer un "me gusta" en un vídeo que había compartido de unos perros nadando en una piscina. Esperaba que ella no se hubiera dado cuenta.

—¿Bien? ¿Buen rollo? —le interrogó Martín. Iker estaba muy atento.

—Sí... —Hugo habría preguntado a qué venía tanta insistencia, pero quería cambiar de tema lo antes posible.

—¿Ves como al final no fue tan mala idea? —Martín se volvió hacia Iker como si hubiesen estado hablando del tema antes.

—¿El qué exactamente? —preguntó Hugo

—Lo que os dije antes del viaje, a ti y a Be —contestó Martín—. No fue legal, pero salió bien.

—¿A mí? ¿Qué me dijiste? —Hugo entornó los ojos.

—Sí, ya sabes —Martín le puso una mano en el hombro, medio riendo—. Lo de que Be estaba pillada por ti y tú por ella. En fin. Iker diciendo que se iba a liar y mira... al final os lleváis bien.

La expresión de Hugo era de tal estupefacción que Martín fue consciente de inmediato del problema.

—Iker te lo dijo. Te dijo que era mentira, ¿verdad? —Martín sacudió a Hugo tratando de que reaccionara.

Si me dices que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora