¿Te gusta esta pareja? Ven y lee algunos cortos que he escrito sobre ellos dos. Te aseguro que vas a sentir muchas emociones al leerlos.
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◑ Portada editada por mí, créditos a los dueños de las imágenes.
◑Hecha con fines de entretener.
◑Pareja:...
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—Hoy sí vamos a divertirnos.
—Ojalá hayan chicas lindas.
—Como siempre pensando en mujeres, Maehara.
El grupo de amigos entró al bar como tuvieron planeado desde el día anterior. Ninguno de ellos venía para ahogar sus penas en alcohol ni para acostarse con alguien. Aunque las intenciones de Maehara dijeran lo contrario no pensaba llegar hasta ese grado. Realmente solo venían a pasar un rato agradable y quién sabe, tal vez también conocer personas nuevas.
Todos se sentaron en la barra, pidiendo su respectiva bebida.
—Deberíamos ir a bailar en un rato —sugirió el pelinegro, Isogai. No era mucho de esos ambientes, pero de vez en cuando le gustaba salir de esa forma con sus amigos.
—Es, verdad. ¿Tú qué crees, Karma? —volteó a ver al pelirrojo, pero él estaba viendo hacia otro punto totalmente perdido de la conversación de sus acompañantes. Todos se habían dado cuenta y siguieron con su mirada al punto al que Karma miraba: un chico.
—¡Karma! —gritó Maehara a propósito, queriendo llamar su atención. Obviamente lo logró.
—¿Qué pasa? —preguntó, restándole al parecer importancia a todo lo reciente.
—Ve a hablarle a ese chico. Se ve muy solo y tú muy agradable —dio ánimos, de nuevo Maehara. —Pero vengo con ustedes... ¿no hay problema?
—No —dijeron los tres presentes.
—Si ustedes lo dicen —alzó sus hombros dando por terminada su bebida. Pidió un par de copas ya que pensaba darle una al chico que había visto. Bueno, también era una excusa para comenzar una conversación con él.
Tomó las copas. Se armó de valor y caminó hacia el chico, que estaba al otro lado de la barra mirando a las demás personas bebiendo, hablando y bailando.
—Será la primera vez en que Karma ligue con alguien —dijo Sugino. Los tres lo miraban esperando algún éxito.
—Qué trágico. Ojalá pueda lograrlo.
Karma se sentó a su lado, llamando su atención no intencionalmente al dejar las copas sobre la barra. Estaba nervioso tan solo con la presencia de una persona.
—Hola —saludó mostrando los dientes. Quería verse agradable como primer paso—. ¿Cómo te llamas?
—Nagisa, puedes llamarme solo así... ¿y tú?
—Mi nombre es Karma y quiero darte esto —tomó una de las copas y la dejó frente a Nagisa—. No tienes que preocuparte, no contiene nada malo, solo quiero compartir contigo.
