¿Te gusta esta pareja? Ven y lee algunos cortos que he escrito sobre ellos dos. Te aseguro que vas a sentir muchas emociones al leerlos.
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◑ Portada editada por mí, créditos a los dueños de las imágenes.
◑Hecha con fines de entretener.
◑Pareja:...
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Ambos eran tan opuestos. Uno tenía una hermosa personalidad y otro... tenía un caso diferente.
A pesar de que Nagisa fuera tan generoso y Karma tan egoísta, el primero se enamoró de todas las malas formas de ser del pelirrojo. Sí, a pesar de todo eso se había quedado con él desesperado por jamás querer verlo solo y tan mal como solía estar en sus no tan buenos hábitos.
Nagisa se había enamorado de sus retorcidos pensamientos y su mente llena de locura. Su mal carácter lo había atraído por completo, más su extraña personalidad. ¡Increíble!
A Karma pocas veces le importaba lo que Nagisa hiciera, tampoco si lo hacía sentir mal o triste con su forma de ser —porque realmente era así—. Lo amaba, o eso suponía, aunque pusiera en juego los sentimientos del peli-celeste e incluso su propia vida. Tal como aquella vez...
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Bebía otra de tantas botellas de alcohol. Sí, otra cosa que Nagisa aceptaba sin importancia alguna. No había nadie en casa y el tipo de efecto en la bebida siempre lo ponía mal, haciéndole creer que su vida no tenía sentido, que no había nadie para él o que solo dependía de sus malas conductas y de una botella con líquido. ¡Sí, así de mal lo ponía cuando algunas cosas no eran ciertas!
Tenía a Nagisa quien siempre lo apoyaba, pero quien nunca lo impulsó a cambiar o reflexionar. Pero a pesar de eso seguía teniendo a Nagisa a su lado y no lo veía como importancia, ya que al verlo todos los días se le hacía tan monótono que pensaba que el peli-celeste solo estaba ahí haciendo nada. Qué cegado estaba.
Y ni hablar de esa aburrida canción que le cantaba para darle ánimos que ni siquiera funcionaba para nada.
»Cariño, eres una estrella brillante. Me gustas tal y como eres.
Cariño, eres una estrella brillante. Me gustas tal y como eres".
Dejó de pensar en todas esas cosas porque el alcohol ya poseía sus acciones. Al menos había bebido cinco botellas y ya sentía la necesidad de arriesgar su vida, pero mucho más.
