¿Te gusta esta pareja? Ven y lee algunos cortos que he escrito sobre ellos dos. Te aseguro que vas a sentir muchas emociones al leerlos.
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◑ Portada editada por mí, créditos a los dueños de las imágenes.
◑Hecha con fines de entretener.
◑Pareja:...
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La chica tomó sus llaves y billetera. Abriendo la puerta principal, pero antes de irse dijo:—. Te veo hasta la mañana, Karma. Sacaré provecho a este turno nocturno por nosotros.
—Que te vaya bien, cariño —sonrió, y antes de ver a su novia partir fue sorprendido por ella misma ya que lo besó como parte de su despedida saliendo de la casa finalmente.
Karma suspiró al ver la puerta cerrarse. No tenía ganas de ir a dormir temprano, o más bien, no tenía ganas de ir a dormir. Sabía de un club nocturno cercano a donde residía y podría servirle para distraerse. Más que nada para divertirse bebiendo, para nada invitaría amigos porque si su pareja sabía en qué clase de sitio estaba: la discusión no acabaría en un solo día.
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Después de haberlo pensado tanto tras la partida de su novia a su trabajo, ya estaba en el club nocturno en el que había pensado. Por suerte había algunos espectáculos de la noche, por lo que el solo estar bebiendo no le bastaría.
Así que pidió algo de cerveza y tomó asiento en una de las tantas mesas del lugar. La gente de verdad gozaba de todo eso, algunos hasta ya enloquecían por el alcohol que les llegaba a la cabeza.
Vio a un chico pasar en frente suyo y él se detuvo, quedándosele mirando. Karma ladeó la cabeza confundido, era muy repentino que alguien lo mirara así de la nada. Hasta podría decir que le daba miedo su mirar.
—¿Se te perdió algo? —se atrevió a hablar tras percatarse luego de segundos de que el chico frente a él no diría ni haría nada. —¿Puedo sentarme contigo? No quiero estar solo aquí y te ves como una buena persona.
Lo tomó desprevenido. Así mismo, lo estuvo pensando y al final simplemente asintió. Después de todo él también se veía inofensivo y para nada alarmante. Además, hasta podría conseguir una nueva amistad en el lugar para venir junto a él cada vez que su novia no estuviera en casa.
El peli-celeste se sentó a su lado pidiendo una bebida igualmente. Ambos entre tragos estuvieron por un buen rato o más bien, durante el tiempo en que estaban acompañados en aquella mesa. Terminaban y pedían más. Era un ciclo que les hacía perder la conciencia poco a poco.
