Y es que el amor todo lo puede...

CAPÍTULO 1.

En estos momentos me encuentro en la biblioteca con Maia (mi mejor amiga), estamos estudiando Lengua, cosa que a las dos no se nos da muy bien. Salimos de la biblioteca, donde me espera mi novio, Joan, al que no he visto desde esta mañana (sí, una eternidad).

   -¿Habéis estudiado mucho? -nos pregunta.

   -Por supuesto, ¿con quién crees que estás hablando? -dice Maia.

   -Estás hablando con las mismísimas hijas súper secretas de Einstein.

   -¿No sois demasiado jóvenes para ser las hijas de Einstein?

   -Alicia, nos han descubierto.

   -Corre. -Dicho y echo, en pocos segundos estábamos casi al final de la calle, cuando me giro, y veo que Joan seguía en la puerta de la biblioteca mirándonos de lejos-. ¿No vienes?

   -Em... No, es que había quedado con Cristina para ayudarla en su trabajo de Biología. Lo siento.

   -Ah. Entiendo... Prefieres ir con Cristina, que con tus amigos y con tu novia.

   -No es eso cariño -dice acercándose a nosotras.- Es que ella ya lleva días diciéndome de quedar para estudiar, y ya sabes cómo es ella, que hasta que no cedes no te deja en paz.

   -Sí, lo se, pero ¿justamente ahora?

   -Lo siento, pero tengo que irme.

   -Cómo no. Que te diviertas mucho. -le digo a distancia, ya que al empezar la frase, ya había empezado a caminar.

   Sé que parezco la típica novia celosa que no le deja tener a su novio ninguna amiga por miedo a que la deje por ella, pero no, odio a esas tías casi tanto cómo la barra de labios rosa. Joan y yo no es que estemos últimamente muy juntos cómo una pareja, si no que pasa más tiempo con Cristina que conmigo. ¿Que si me molesta? Sí, no voy a mentir, pero es que ella me cae muy mal; es una persona mala, de sangre fría y sin escrúpulos, es la tía que sacrificaría a sus amigos por un simple rollo de una noche que tal vez no la recuerde al día siguiente. No sería la primera vez que ella intenta quitarme a Joan, pero espero que se le quiten pronto las ganas si no se las quiere ver conmigo. Sé que Joan no haría nada que él no quisiera, pero Cristina puede llegar a ser muy malvada, y haría lo que fuera para llevarse a Joan a su cama.

   -Am... ¿estás bien?

   -¿Que? Ah, si. Claro.

   -Pasa de Joan. Así no puedes vivir siempre.

   -¿Vivir así? ¿A qué te refieres?

   -Pues a estar todo el rato discutiendo con él por una niñata, que al final va a conseguir lo que quiere. Está bien, puede que Joan te quiera mucho, pero al fin y al cabo es un tío al que si le zorreas un poco, enseguida salta.

   -¿Tu crees que eso llegaría a pasar?

   -Te estoy intentando decir que Joan no es precisamente el novio ideal, soy tu mejor amiga, te quiero mucho y no quiero verte así. Sabes... hace mucho tiempo que no te veo feliz.

   -Si que soy feliz.

   -¿Segura?

   -Sí. Siempre estoy riendo y haciendo tonterías.

   -Querida, te puedes reír todo lo que tú quieras, pero sé que no eres feliz, al menos cuando estás con él. Y que sepas que el hecho de que te rías no significa que seas feliz, por que las personas más tristes son las que se esconden detrás de las sonrisas más grandes.

   -No sé si sería capaz de replantearme siquiera nuestra relación...

   -Lo sé cariño, pero te mereces algo mejor y no a ese cretino que no sabe apreciar lo que tiene.