Y es que el amor todo lo puede...

CAPÍTULO 12.

      Llegamos a casa, y vemos que están las chicas saliendo de la casa; la primera en salir es Andrea, que se dirige hacia Sergio, después Joana, y Maia, y todos se quedan mirando a Dani, sobre todo Marc, y nos echamos a reír, ellos se pusieron rojos... La última en salir es Nerea, sale muy enfadada, se queda en la puerta, y voy hacia ella y le digo...

   -¿Es verdad?

   -¿El que?

   -Que se ha ido.

   -¿Y que esperabas que hiciera? ¿Que se quedara, y que hiciera como que no ha pasado nada? Pues no, eso no es posible, lo siento pero no es así -dijo Nerea enfadada.

      Me quedé en el sitio, se me paró el corazón, y no podía hablar ni gesticular nada. Estaba paralizado, el mundo se me venia hacia arriba... La... La había perdido. Era tan... Tan imposible de creer, de asumirlo, no me imagino una vida sin ella, y ahora me tocaría vivirla... O no...

      Me fui dentro porque no podía ocultar mis lágrimas, me caían las mejillas como cuando me cae el agua de la alcachofa de la ducha, o como cuando esta lloviznando, pues igual, pero con una sobredosis de tristeza, añoranza, y pena... Creo que Sergio me vio, y vino hacia a mi...

   -Ey tío ¿que te pasa?

   -... Pues que la quiero... La quiero como el primer día que la vi, con su pelo largo, y su cara iluminada por el sol de verano... -dije entre lágrimas.

   -...Ella también te quiere, y mucho... Lo que pasa que ahora lo esta pasando mal, se sentirá agobiada...le tienes que dejar unos días, y después... Después, la reconquistas otra vez, como la primera vez, o incluso mejor.

   -...Ya...pero ¿y si en ese tiempo me deja de querer?

   -Ella no te va ha olvidar jamás... Habéis pasado muchos momentos juntos... Y eso... vamos que una persona de puta madre como tú no se olvida de la noche a la mañana... Muchísimas gracias tío... Te debo la vida...

   -No tío, somos amigos, es lo que hacen los amigos.

   -No tío, ¡no! tú no eres un amigo... eres un hermano, gracias.

      Detrás de esas confesiones entre hermanos que tuvimos, hacía falta un buen abrazo... Nos lo dimos... Y se fueron, cada uno a su casa, y Nerea aún seguía enfadada, así que no me hablo en todo lo que quedaba de día, y el siguiente...

      Tres días después...

       Estaba pensando en ella... Me estaba imaginando como sería el día perfecto con ella... Quería que todo saliera perfecto, absolutamente todo, y que no saliera nada mal, y si saliera, que no importara, que hagamos como que no ha pasado nada, y sigamos a lo nuestro, cuando de repente, la alarma me despierta de mis pensamientos, la apago, me visto enseguida, y sin querer despierto a Nerea...

   -¿Estás loco?

   -¿Que pasa?

   -¿Tú has visto la hora que es?

   -¡Y tanto! Por eso estoy despierto, no quiero desperdiciar ni un segundo de este día.

   -Ams...anda vuelve a la cama...

   -No puedo...

   -¿Porque?

   -Porque tengo que reconquistar a una bella damisela -dije con una sonrisa de oreja a oreja...