CAPÍTULO 21:

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—¡ya esta! ¡La tenemos! ¡Tiene pulso! —gritó uno de los médicos.

—¡buen trabajo!

      El médico encargado allí, salio y nos explicó todo; nos dijo que no la debíamos de forzar ha hacer nada, que no la agobiemos, que se puede alterar o sino el pulso puede irse otra vez. Nos ha dicho también que la tenemos que dejar en reposo, que descanse y se recomponga.

—vale, haremos todo lo posible por favorecerla...—dijo mi padre. Le agradecimos mucho a los médicos por haberla salvado, y se fueron.

—lo siento... Os pido perdón a todos... Esto no hubiera pasado si no hubiera estado conmigo... —dijo Adri muy triste.

—no lo sientas... No tienes la culpa, las cosas, aveces pasan porque si, sin ningún motivo ni nada —le dije.

—lo siento hijo... Pero no es verdad... Desde que ha vuelto contigo no ha echo nada mas que empeorar... —dijo mi padre.

—¿empeorar? Si empeorar significa ser feliz, si ha empeorado, y mucho —dijo Adri enfadado.

—lo siento, pero te voy a pedir que te vayas.

—yo de aquí no me muevo —dijo muy cabreado.

—padre, deja que se quede... No hace daño a nadie —le dije.

—...esta bien, pero solo por hoy... —dijo mi padre no muy convencido.

NARRA MAIA.

      Están todos hablando, y yo y Dani vamos a por la cena, porque ya es muy tarde, y tenemos todos hambre, vamos en el autobús...

—¿crees que los padres de Oscar han echo bien al tomar es decisión? —me preguntó Dani subiendo al autobús.

—mira... Yo sinceramente, creó que han echo mal, los dos se quieren y tal, pero por una parte, me parece bien, porque así dejan ya de sufrir... Y ¿a ti? ¿Te parece bien?

—pues no, yo pienso que dos personas que se quieren tienen derecho a estar juntos, y si de verdad se quieren, no hay obstáculos que les impidan estar juntos —dijo muy convencido de lo que decía.

—¿entonces? ¿Que insinuas?

—pues haber, que si de verdad se quieren, no van ha hacer caso a nadie, y se van a seguir viendo aunque sea a escondidas, seguro.

      Bajamos del autobús, y vamos a comprar la cena, algo rápido y sabroso, McDonalds. Lo cogemos, y vamos a la parada de autobús, pero cuando llegamos, ya se había ido, así que nos quedamos sentados en la parada hablando, y esperando a que el autobús pase para que nos lleve de vuelta al hospital, antes de que la comida se enfríe. Por fin llega, después de unos 20 minutos o así, por suerte la comida aún estaba caliente. Llegamos al hospital, y empezamos a cenar. Cuando acabo de cenar, voy a ver a Ali, entro a la habitación...

—¿hola?

—...

—bueno, no hables, no hace falta, aquí ahora hablo yo. Tienes que jurarme por lo que mas quieras, por todas las personas que están ahí fuera con la esperanza de que te recuperes, de que vuelvas a ser la misma marta de siempre, que sin ti no soy nada joder, que no hay vida sin ti, y que si tu te vas yo voy detrás, porque somos una, y pase lo que pase no te dejare marchar, y si marchas, que sea de mi mano... Que ahora ni te imaginas lo que esta pasando hay fuera... Están todos preocupadisimos por ti, no saben que hacer ni que decir ni cómo comportarse, que eres muy importante para todos, y que si te vas, una parte de nosotros se ira contigo... Que quiero que mis futuros hijos te llamen tía, y que me hablen todo el tiempo de lo que les has dejado hacer, de las chuches que les has dado sin mi permiso, y a escondidas... Que no quiero que Adri se quede depresivo de por vida, aunque no durara mucho... Que no quiero que a tus padres y a tu hermano les dejes un vacío en casa... Que aun nos quedan miles de batallas, miles de enfados y  risas, quiero enfadarme miles de veces más contigo, porque se que después nos vamos a reír, que nos quedan miles de burreras mas, locuras, palabras que solo entendemos nosotras, y miles de años por vivir... Que no quiero que te vayas joder, no quiero que te vayas nunca, jamas, en mi puta vida... Y si para salvarte, tengo que dar algo de mi cuerpo lo doy joder, doy mi vida por ti si hace falta... Porque te quiero como todos, porque sin ti la vida no tiene sentido, y porque no quiero vivir en una vida sin ti, sin Ali...

—tranquila... Estoy bien, te quiero —dijo ella llorando. Yo no puedo evitar llorar con ella.

—no llores, eres hermosa.. —me dijo a la vez que me abrazaba.

—nosotros ya nos vamos, es muy tarde, ¿vale? —le cojo de la mano y se la beso— cuidate por favor.

—tranquila aquí estoy bien.

—¿como esta? —me dijo el padre nada más salí de la habitación.

—muy bien.

—¿de verdad? —preguntó sorprendida la madre de oscar.

—y tanto, hemos estado hablando y llo..riendo.

—pues cuanto me alegro, ahora paso yo a verla.

—lo siento, pero Ali debe descansar, y el horario de las visitas está cerrado, aquí esta muy bien cuidada, la trataré como si fuera mi hija... —dijo el médico mientras venia hacia nosotros.

—vale, cuidanosla, y si pasa algo, llamenos enseguida por favor —dijo el padre de Oscar.

—sin duda alguna. Em... ¿Adri? —dijo el médico mirando todas las caras esperando a que alguna le contestara.

—¿si? Soy yo, ¿que pasa? —preguntó Adri extrañado.

—no nada, bueno tengo que hablar contigo... —le dijo el médico.

—¿conmigo? De ¿que?

—confía en mi.

—pero... ¿Ahora?

—ahora.

—bueno vale...

      Ellos se quedaron hablando, y nosotros nos fuimos. Dani le dijo que si necesitaba algo que le llamase, y que si necesitaba que le llevasen a casa, que el iba y le llevaba...

Y es que el amor todo lo puede...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora