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Los dos guardias platicaban y platicaban, yo igual pero con papá.

— no, ni se te ocurra, es de un amigo, si lo rompes lo pagas. — comenzó a sonar un reloj y el guardia rompió el reloj que al parecer era de Dora.

— creo que lo pagaré.

— era edición limitada. — lo miré. — era de un amigo.

— ¿qué clase de amigo?

— uno que tiene una hermana pequeña. — sólo asentí riendo. — oye, lindo peinado, ¿cuántos kilómetros hay entre Tennessee y Miami?

— 1340 kilómetros.

— muy bien. — el otro guardia y yo lo miramos.

— ¿qué? siempre fui bueno en estas cosas.

— okay, tú, él que rompió el reloj, a ti te mataré primero.

— ¿sí? ¿cómo?

— estás atado a la cama.

— ya verás, en 5.. 4.. ¡bam!

— qué miedo tengo. — dijo sarcásticamente "lindo peinado".

— mi amor, espérame afuera, te alcanzo al rato. — ambos guardias rieron y yo salí, sé que tiene los sensores del traje en los antebrazos.

— desearía tener mi celular. — dije mientras escuchaba disparos adentro y después salió con toda la armadura puesta.

— abrázame. — lo abracé. — okay, aquí vamos. — intentó volar. — mierda... — reí y me miró supongo que mal, vimos cómo Iron Patriot salió volando.

— ¿Tony? —— escuché en la armadura la voz de mi tío Rhodes.

— dime qué eres tú el del traje.

— no, ¿tú traes el tuyo?

— sí, ve a la casa a la principal, okay linda, vamos. — me tomó de la mano y fuimos a esa casa donde nos encontramos con él.

— tío.. — lo abracé.

— hola nena, ¿cómo se te ocurre involucrarla en esto?

— también Pepper está en peligro. — dije y papá me pegó en el hombro. — después te cuento, tío. — asintió, entraron y cuando papá me hizo una seña de "todo despejado" entré.

— ¿de qué es tu traje? ¿y esa niña? si vienen a arrestarme, tengo personas que puedo delatar.

— ¿enserio él es el Mandarín?

— sí, es vergonzoso.

— hola, mi nombre es Trevor Slattery.

— sólo pregúntale dónde está Pepper.

— él no tiene pinta saberlo. — le dije mientras mi tío le quemaba la oreja con la punta del arma.

— okay okay, no sé de qué Pepper hablan pero sí el plan.

— dilo.

— está bien, habrá algo en la costa esta noche, creo que el vicepresidente está involucrado, ¿es importante?

— algo, sí... — papá y mi tío empezaron a hablar y de vez en cuando me miraban.

— ¿no habías dicho sobre una hermosa lancha? — asintió. — las llaves. — se las dio. — bien, vámonos. — los seguí. — ah no, tú no.

— ¿y cómo piensas que me iré? — me puso la armadura. — ¿me mandarás a California?

— no, a Tennessee.

La hija de StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora