17

5K 347 34
                                    

Ha pasado un año y medio desde entonces, al fin estoy por cumplir los 15 años, sólo un año más para conseguir mi licencia y dos para ir a la universidad.

— hola Steve. — me acosté junto a él en el pasto.

— hola Ali. — lo miré. — no, no lo volveré a hacer.

— vamos, vamos, Steve.

— tu padre me va a matar, ahora en serio.

— no seas exagerado.

— y no lo soy. — me abrazó y besó mi frente. — no te volveré a llevar a una misión.

— me gustan tus misiones, además Nat siempre va.

— Pepper y Tony me matan, no.

— lo bueno es que ya estoy en entrenamiento con el mejor maestro. —dije y sonrió, sí, él, Clint y Nat son mis maestros. — bueno, Nat y Clint igual. — acepté.

— al parecer aún estás enamorada de mí, pequeña Stark.

— ya no, te lo juro, te veo más como familia.

— qué bueno porque tienes 15.

— 14. — corregí.

— mañana 15.

— papá hará una fiesta pero habrá mucho alcohol y más adultos que adolescentes. — rió. — ¿no tendrás amigos con hijos de 15?

— sí, conozco a uno.

— ¿cómo se llama?

— Tony Stark. — dijo riendo y soltó la carcajada, sólo lo miré mal.

— por eso no tienes novia, Rogers. — me senté mirándolo mal.

— la misión de ayer fue muy peligrosa, iba a buscar una no tan peligrosa pero olvídalo. — dijo levantándose.

— no, no, no, ya me callo. — dije siguiéndolo.

Sé lo mucho que le cuesta conseguir una novia, hasta ahora me ha contado de una mujer, Sharon Carter, la sobrina de Peggy Carter, el amor de Steve y creo que trae algo con ella. Por cierto, soy su mejor amiga.

— sabes que te amo, Rogers, ¿no? y todo lo digo de broma, ¿verdad?

— sí, ya lo sé. — sonreí y lo volví a abrazar, entramos al edificio y cada quien se fue a su habitación.

Al entrar vi una videollamada entrando, era Harley, me acerqué y presioné el botón de contestar.

— tanto tiempo, amigo.

— lo siento, he estado ocupado con la escuela.

— no te preocupes, te entiendo. — sonrió. — ¿qué tal tu hermanito?

— dormido. — dijo señalándolo, el pequeño bebé de un año dormía plácidamente en su cuna. — ¿y tú? Aparte de que mañana es tu cumpleaños.

— mi padre hará una fiesta, me gustaría que vinieras.

— a mí también pero es en Nueva York.

— lo sé, eso es lo triste.

— comoquiera te hablaré mañana.

— eso espero.

— ¿y qué cuentas?

Seguimos platicando hasta que se hizo de noche.

— hey, la señal se corta. — dijo. — se congeló mi pantalla, ¿y la tuya?

— sí, la mía igual. — después de un rato volvió a funcionar bien.

— así está mejor, no es normal que empiece a fallar.

— claro que no lo es.

— Alisha... — reí y después suspiré.

— ya el próximo año entramos a preparatoria. — él asintió.

— ¿ya sabes a cuál irás?

— sí, papá me quiere meter al Midtown School of Science & Technology, está en Queens. — él asintió. — preferiría devolver el tiempo a cuando tenía 4 años, todo era más fácil.

— sí, lo más difícil era una manualidad. — reí y comencé a escuchar gritos. — son mis padres, hablamos luego.

— claro, adiós. — colgó la llamada.

Miré mi fondo de pantalla, puede que hayan pasado 4 años desde que no veo a Peter y que fui su mejor amiga por 8 meses pero esos 8 meses fueron especiales, muy especiales. Él era un hermano para mí.

Suspiré.

Me metí a configuración, cambiar fondo de pantalla y sustituí la foto con Peter por una con los vengadores, era una selfie que yo había tomado.

Después de eso la apagué y me fui a dormir.

[...]

— ¡feliz cumpleaños! — me despertaron, eran mis padres, Clint, Steve y Nat.

— gracias. — los abracé a todos y después traté de cepillar mi cabello con los dedos.

— aún despeinada y recién despierta te ves bien. — dijo Nat.

— gracias Nat. — dije.

— mira quién vino desde lejos. — se hicieron a un lado dejando ver a Harley.

— ¡Harley! — lo abracé.

— ¿creíste que me perdería tu cumpleaños? — reí. — feliz cumpleaños, amiga.

— gracias, amigo.

— dicen mucho "amigo", ¿algo qué Pepper y yo no sepamos? — ambos negamos.

— sólo somos mejores amigos.

— "sólo somos mejores amigos". — lo arremedó.

— sí, como Nat y Clint.

— más les vale, sólo tienen 15. — dijo mamá y reímos.

— no te preocupes, mamá. — sonrió y me abrazó.

— bien, tú métete a bañar, niño, ayúdame con unas cosas allá abajo, igual ustedes, por favor. — indicó papá y todos asentimos. — cariño, tú también ven, ayúdame.

— claro. — mamá lo siguió dejándome sola en mi habitación.

La hija de StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora