45

2.1K 147 3
                                    

Han pasado otros tres años y medio, sigo yendo a terapia pero puedo decir que ya no solamente por Peter, bueno... antes tampoco era solo por él pero... es complicado.

— hola, soy Alisha Stark-Potts, tengo 21 años.

— hola Alisha... — me saludaron.

— ¿qué tienes para contarnos hoy, Ali? — preguntó Steve.

— ayer mi novio me propuso matrimonio, lo hizo de una manera muy romántica pero volví a pensar en mi antiguo novio, sentí que si me comprometía lo traicionaría pero pienso... no hablaré del todo por él pero pienso que él quisiera que siguiera adelante.

— ¿y aceptaste su propuesta?

— le dije que lo pensaría, que me diera al menos un día para pensarlo, él me ama tanto que aceptó en darme un día para pensarlo.

— ¿y tú lo amas?

— claro que sí, sólo que... ese sentimiento hacia mi primer novio, mi primer amor se quedó, uno siempre siente algo por su primer amor aunque haya pasado mucho tiempo. — todos asintieron. — hoy seguiré pensando y le daré una respuesta.

— yo digo que deberías aceptar su propuesta. — dijo Steve. — solo digo. — sonreí.

Terminó la reunión de hoy y esperé a Steve como siempre.

— ¿crees que deba decirle sí a Harley?

— si lo amas lo suficiente como para pasar el resto de tu vida con él, sí, deberías. — dijo.

— recuerdo la boda de mis padres, él atrapó el liguero y yo el ramo y ahora quiere que nos casemos. — comenté mientras salíamos.

— aún no has superado a Peter.

— ya lo hice.

— si lo hiciste ¿por qué dudas? ¿Por qué necesitas tiempo para aceptar la propuesta de tu novio?

— sí, puede que tengas razón. — me despedí de él y me fui por mi lado hacia la casa de mis padres.

Desde que mis papás se casaron se fueron a vivir a una casa en el bosque y yo a los 18 me fui a vivir a un departamento con Harley, varias veces voy al complejo para ver a Nat y a Steve.

— qué bueno que llegas. — dijo papá abriéndome. — ya casi es hora de la comida, iré por tu hermana.

— ¿dónde está?

— en su fortaleza. — dijo señalando una pequeña tienda de campaña hecha de ramas y una manta.

— bien... iré con mamá. — asintió y entré a la casa mientras él salía de ella. — hola mamá.

— hola cariño, ¿qué tal todo?

— bien... Harley me propuso matrimonio.

— ¿cuándo?

— ayer.

— apenas se decidió ayer.

— ¿lo sabías?

— se necesita la bendición de los padres para pedir la mano de su hija, linda. — asentí. — ¿y? ¿Le dijiste que si? — negué.

— no le respondí, le dije que lo pensaría.

— ¿aún no superas al mocoso? — preguntó papá entrando.

— sí pero... es difícil. — respondí. — ¿qué no fuiste por Morgan?

— la estoy buscando, le encanta jugar a las escondidas... me recuerda a alguien. — dijo tirándome una indirecta a lo que reí.

— su ventaja es que es muy pequeña, cabe en espacios reducidos. — dije.

La hija de StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora