La hija de Stark

28

Abrieron la puerta y alguien entró.

— hola tía.

— hola Peter, ¿qué tal tu día?

— grandioso. — llegó a la sala y nos vio. — ho-hola, ¿q-qué hacen aquí?

— deberías saludar a tu novio. — dijo papá.

— oh, ya le dijiste.

— no, fue May. — dije abrazándolo. — hola Spidey. — susurré y se tensó al escuchar eso, me separé un poco y lo besé.

— felicidades niño, obtuviste la beca, leí tu e-mail y lo aprobé.

— oh, wow, gracias Sr. Stark.

— Peter, ¿por qué no me contaste?

— porque quería que fuera una sorpresa y sé que te gustan las sorpresas.

— mejor vayamos a hablar de la beca, a solas. — me miró y papá lo notó.

— sí... mejor voy con ustedes.

— no, puedo solo. — dijo y besé su mejilla.

— bueno... al menos tuve novio por dos días.

— hey... — dijo riendo. — claro, Sr. Stark. — se separó de mí y se fueron a su habitación.

— sólo espero y no lo golpeé.

— lo siento, linda.

— no te preocupes, May. — dije.

— ¿cuándo pensabas decirle?

— tal vez cuando lleváramos varios años. — reímos. — al menos un mes. — asintió. — pero te lo agradezco, ya no tengo de qué preocuparme.

— no pero Peter en este momento si. — reí.

Después de un rato salieron, él traía una mochila.

— bien, sigues vivo. — sonrió.

— tía, tendré que viajar.

— ¿a dónde?

— Alemania. — dije.

— confío en ti, en ambos. — nos dijo.

— no te preocupes, te lo devolveremos sano y salvo. — dije mirando a papá.

— eso espero. — a ambos nos besó la frente y a Peter lo abrazó por mucho tiempo.

— vuelvo tal vez mañana. — asintió y nos fuimos.

— así que me has salvado varias veces y es por eso que sabías que Spiderman me había salvado. — sonrió nervioso. — entendería porque lo hiciste pero papá jamás fue discreto con su identidad. — dije mirándolo.

— nadie se puede enterar que soy Spiderman. — lo miré sonriendo.

— fuera de papá, yo y algunos vengadores, no lo sabrá nadie más.

— gracias, te amo.

— ni se les ocurra besarse en mi presencia. — asentimos.

— yo te amo más.

— no me creía del todo eso de para celebrar su amistad.

— pensaba contarte al menos en un mes.

— ¿cuánto llevan?

— dos días apenas. — respondió Peter.

— okay... niño, le rompes el corazón a mi princesa y considérate hombre muerto.