18. El hombre extraño

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Pasaron los días, no paraban de hacerme pruebas en el hospital, pero yo sabía que pronto saldría de allí.

Los días en el hospital se me pasaban lentos, mis amigos no venían mucho ya que sus padres no les podían traer.

Era un martes tranquilo en el hospital y decidí darme una vuelta por los pasillos ya que me aburría bastante. Me acaban de operar de la pierna, ya que me la había roto y iba en silla de ruedas.

Practicamente ya dominaba perfectamente el arte de la silla de ruedas e iba por los pasillos derrapando. Entonces vi a una chica morena mirando la cristalera de la sala de incubadora de bebés. Digamos que me parecio un poco demasiado extraño.

Pero aun asi, decidí acercarme, ella aparentaba la misma edad que yo y parecía maja a simple vista.

- Hey, hola, soy Anne - dije yo con ganas de conocerla.

- Hola, yo soy Gabriela - dijo tímidamente.

- ¿Porque estás aquí?

- Coma etílico, ya sabes típico ir de fiesta y pasarte con la bebida -dijo ella con un toque de humor que no tenía.

- Yo por accidente

- ¿Enserio?¿Que paso?- dijo ella sorprendida.

- Iba en la bici y me atropello una furgoneta.

- Ostras ¿estás bien?- dijo ella.

- Si, un par de roturas de huesos y está cara racha mierda, pero se podría decir que estoy bien.- dije yo poniéndole humor al asunto.

- Ami me tiene que hacer pruebas, cálculo que en una semana estoy fuera- dijo Gabriela.

- Yo me imagino que también, pero primero tendré que recuperarme de algunas de las roturas y cálculo que una semana también.- dije yo.

Pasamos la tarde juntas, la verdad es que me alegraba hacer amigos allí, aunque solo me quedara una semana, estaba aburrida de estar siempre sola. Bueno, sola de el todo no estaba si contamos a familiares.

Llegó la noche y cada una se fue a su habitación a dormir. Mis abuelos se volvieron a Matienzo ya que llevaban varios días en el hospital y necesitaban ir a descansar en condiciones, dormir en butacas no es lo más cómodo de el mundo que se diga.

Mi intención era dormirme pronto , asi que me metí a la cama vi un poco la tele y me fui a dormir.

Me desperté, pero al abrirlos ojos vi como todavía era de noche. Curiosamente la luz de mi habitación estaba encendida, y al observar la habitación de lado a lado me asusto bastante. Había un hombre cuarentón con gafas y moreno al lado de mi cama. Tenía barba y parecía inteligente. Me asusté muchísimo, pero cuando estuve a punto de tocar la campanita para que viniese una enfermera el hombre comenzó ha hablar.

- Hey, mi intención no era asustarte, siento que me presenté así de golpe y ha estás horas pero eran las únicas horas en las que me podía colar en la sala más fácilmente.

Yo estaba asustada, pero aún así baje la mano y quise escuchar su explicación de porque estaba allí.

- Hola, déjame que me presenté soy el inspector Rubén Ortega, pero llemame solo Rubén. Llevo varios años investigando por mi cuenta el caso de asesinato de la madre de un amigo tuyo, porque nose si sabras que fue una muerte muy importante y extraña al mismo tiemo.

- ¿Y porque acudes donde mi?- dije yo haciéndome la tonta.

- No cuela, se que eres Anne de Graaf, que tienes 17 años, que tu madre te ha obligado a pasar el verano en Matienzo, pueblo cuyo unico entretenimiento son cotilleos y rumores, y que aunque al principio te quejarás ahora te lo estás pasando bien, vives en la ciudad, estás investigando el asesinato de la madre de tu amiguito Adren por diversion, cosa que es un poco extraña siendo recien llegada ¿no crees? y que aunque te guste Adren sabes que hay alguien en la ciudad que te espera.

Yo le mire asustada ¿Cómo podía saber tanto sin nisiquiera conocerme? Porque os juro que no lo había visto en mi vida. En ese momento juro que senti miedo.

- Tranquila, te preguntarás porque se todo eso sobre ti, verás tu madre y yo éramos amigos, pero nos distanciamos.

Yo me quedé callada, no sabía que decir, tanta información de golpe que no sabía que pensar.

La noche transcurrió mientras yo le contaba lo que Adren y yo habíamos descubierto, saltandome algunos detalles, obviamente no iba a contarle esas pistas a un desconocido.

******

Era de noche, pero por alguna extraña razón no podía dormir. No podía parar de pensar en que iba ha pasar entre Noa, Marcos y yo.

La verdad es que me gustó lo que pasó la noche anterior pero en aquellos momentos yo buscaba algo más sentimental.

Por fin conseguí dormirme cuando una voz me despertó.

- ¡Sue, está aquí tu amiga Noa, sal de la cama ya!- Chillo mi madre.

Quedaba poco para que acabase el verano, cosa que me disgustaba bastante, bueno, como ha todos. Supongo que era lo normal. ¿Quien querria volver a clase?

Me preparé y salimos de casa, íbamos a ir a buscar a Anne al hospital ya que sus abuelos no podían recogerla.

*****

Me levanté temprano y me fui ha dar una vuelta por un paseo llamado Carrales, si, tiene un nombre un tanto peculiar.

Paseaba tranquilo y comienzo ha oír una voz familiar.

- ¡Joan! Hey, qué alegría verte. - grita Alexa.

-Hey ¿que haces aqui? - digo yo sorprendido.

- Pues pasar la mañana, es un sitio maravilloso y encima el puente es mi parte favorita de todo el camino.

- Jo y la mía.

- ¿Sabes cómo está Anne?

- Si, hoy vuelve ha casa.

- Jo qué bien que se haya recuperado. Sabes que, deberíamos organizar unas vacaciones con el grupo de amigos, fuera de Matienzo y en un lugar tranquilo.

- Jo me parece una idea genial.- dije yo entusiasmado.

-Vale, pues vamos ahora a mi casa y lo planeamos.-dijo Alexa emocionada.

Dejamos de hablar y comenzamos a caminar hacia su casa.

Cuando llegamos no había nadie y la casa estaba un tanto silenciosa.

Subimos las escaleras y nos fuimos a su cuarto. Nos sentamos en la cama y empezamos a planificar las vacaciones.

- Había pensado en alquilar dos cabañas que están al lado en un sitio que se llama valle de los reyes.- dijo ella.

- Me parece bien- dije yo mirando a Alexa con cara de tonto.

Nunca me había fijado pero Alexa era muy guapa y lista, y siempre ayudaba a los demás.

Ella siguió hablándome mientras yo solo asentía con la cara de subnormal.

Y sin pensarlo me lancé. Ella me siguió pero en unos segundos se apartó.

- ¿Que haces?- dijo ella.

- Eh...yo... Lo siento se me ha ido la pinza...

Ella me miró con cara de vergüenza.

Transcurrió la tarde y por fin habíamos decidido todo sobre el viaje, pero no penséis que lo decidimos solo nosotros, también hacíamos videollamadas con los demás para ver si les parecía bien todo el plan.

Las cabañas estaban ordenadas, las habíamos hecho aleatorias asi que no habia eleccion.

Cabaña 1: Noa, Selena, Marcos, Sue, Joan y Gina.

 Cabaña 2: Anne, Aisak, Gina, Adren, John y Alexa.

Para mi, nada podia ir mejor, Estaba en la misma cabaña que Adren y Alexa.

Por fin llegué a casa cené y me fui a dormir.

The Last SummerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora