Ingel ( LIBRO II TERMINADA ) [Trilogía Blessed] [Sin Editar]

||«C h a p t e r XVIII»||

Viernes 16 de Diciembre de 2016.

Ya no importa cada noche que esperé,
Cada calle o laberinto que crucé,
Porque el cielo ha conspirado en mi favor
Y en un segundo de rendirme te encontré.

Piel con piel,
El corazón se me desarma.
Me haces bien,
Enciendes luces en mi alma.

Creo en ti,
Y en este amor,
Que me ha vuelto indestructible,
Que detuvo mi caída libre,
Creo en ti.
Y mi dolor se quedo kilómetros atrás,
Y mis fantasmas hoy por fin están en paz.

El pasado es un mal sueño que acabó,
Un incendio que en tus brazos se apagó.
Cuando estaba a medio paso de caer,
Mis silencios se encontraron con tu voz.

Te seguí y rescribiste mi futuro,
Es aquí mi único lugar seguro.

Creo en ti,
Y en este amor,
Que me ha vuelto indestructible,
Que detuvo mi caída libre,
Creo en ti.
Y mi dolor se quedo kilómetros atrás,
Y mis fantasmas hoy por fin están en paz.

12:47 PM

—¡¿Aceptaste?! —exclamó—. ¿Aceptaste casarte con él?

—No veo el por qué de tu sorpresa, Damián. Tú mismo me dijiste que sería buena idea —me encogí de hombros restándole importancia.

—Sí, pero, a mí no me sorprende que se vayan a casar, si no más bien lo que me sorprende es la rapidez con la que aceptaste, fue casi inmediato —susurró algo confundido.

—Me brindaste el valor que necesitaba, Damián —lo miré a los ojos y le sonreí—. Si hubiera esperado un poco más quizá ese mismo valor se hubiera esfumado.

—No cabe duda que cada día logras sorprenderme cada vez más, Nina —en su rostro apareció una ligera sonrisa.

—No dudes que hasta yo misma logro sorprenderme, Damián —comencé a reírme.

—Mire, aquí puede buscar y encontrar el diseño que más sea de su agrado —la señorita que anteriormente nos atendió al llegar a la florería nos interrumpió entregándonos un engargolado como del tamaño de una enciclopedia.

—Muchas gracias —respondió Damián mientras yo le sonreí a la señorita.

Damián comenzó a hojear el engargolado en el que se encontraban inmensidad de fotografías con diversos arreglos florales. Mientras Damián buscaba, la señorita comenzó a hacerme platica.

—Usted es la señorita Nina Clayton, ¿no es así? —preguntó logrando captar mi atención.

—Sí, lo soy —afirmé dudosa. Damián levantó la mirada curioso —. ¿Cómo lo sabe?