Noches de luna, estrellas y tu.

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Él sintió el hueco de la rodilla de Keith, húmedo, junto a su cintura. Siempre sudaba de esa manera ligera y fresca; cuando él separó su brazo de la cintura del contrario, ahí también sintió la humedad de cristales líquidos. Extendió la mano para acariciar toda la espalda, lentamente y creyó dormirse; podría permanecer así durante horas, sin más ocupación que acariciar la espalda de su amado. Cuando cerró los ojos, se dió cuenta de la infinidad amorosa de éste cuerpo joven abrazado al suyo; pensó que la vida entera no alcanzaría para recorrerlo y descubrirlo, para explorar esa geografía suave, firme y ondulante, de accidentes de batalla, blancos y rosados. El cuerpo de Keith lo esperaba y él, sin voz y sin vista, se estiró sobre la cama, tocando la cabecera de metal con la punta de los dedos y de los pies.

Se alargó hacia ambos extremos de la cama, vivían dentro de este cristal negro llamado noche, la madrugada aún quedaba muy lejos. El mosquitero no pesaba y los aislaba de todo lo que quedaba fuera de los dos cuerpos. Abrió los ojos, la mejilla del más joven se acercó a la suya, la barba revuelta raspó la piel de Keith. No bastaba la oscuridad. Los ojos largos de Keith brillaban, entreabiertos, en una especie de resplandor amarillo que iluminaba sus rostros y que solo había presenciado en ciertas ocasiones. Respiró hondo. Las manos de Keith se unieron sobre la nuca de Shiro y los perfiles volvieron a acercarse.

El calor de los muslos se fundió en una sola llama, las uñas hicieron un ruido de gato entre las sábanas; las piernas volvieron a levantarse, ligeras, para apresar la cintura del hombre más alto. Los labios buscaron el cuello, las puntas de los pezones temblaron alegremente cuando él acercó sus labios, riendo, apartando la larga cabellera revuelta de su acompañante.

Deseó que Keith hablara, sintió el aliento cercano y contrario a sus deseos dejó que el otro se taparse los labios con la mano. Sin lengua y sin ojos, sólo la carne muda, abandonada en su propio placer. Él otro lo entendió, pero la vergüenza no le permitió abandonar su timidez, así que solo se apretó más junto al cuerpo de Shiro, su mano descendió entre ambos y acarició lentamente con la punta de sus dedos.

Shiro lo recordó desnudo, antes siquiera de que la noche se hubiese elevado hacia el cielo, lo recordó de pie, joven y duro en su inmovilidad, pero ondulante y suave en cuanto caminaba y un estallido se instaló en su memoria, mientras los cuerpos jadeaban, agotados por sus juegos de noche, mientras la luna resplandecía e  la distancia.

Volvieron a dormir cada uno poseído en el centro del otro. Sólo las manos, una mano se movió en el sueño sonriente.

La madrugada tardó en llegar, pero un velo gris descubrió el sueño de los dos cuerpos, unidos por las manos. Shiro despertó primero y miró el sueño de Keith. Parecía el hilo más tenue de una telaraña, un gemelo de la muerte, pues después de tantos años, ya no podía imaginar un sueño intranquilo de su amante. Las piernas recogidas, el brazo libre sobre el pecho firme de Takashi, la boca húmeda. Les gustaba el amor de la aurora; lo vivían como una fiesta para celebrar el nuevo día. La luz opaca a penas recogía los perfiles de Keith. Dentro de una hora se escucharan los sonidos del mundo, ciudades en proceso de reconstrucción y habitantes expectantes fuera de su nave. Ahora, sólo la respiración del joven de cabello negro que duerme lleno de serenidad, parte viva del mundo en reposo. Sólo una cosa tenía derecho a despertarlo, sólo una felicidad tendría derecho de despertarlo del sueño, recostado sobre la sabana, envuelto en sí mismo con una tersura de luna enlutada.

“¿Tengo derecho?” La imaginación de Shiro saltó por encima de su emoción, lo contempló dormido, como al objeto más preciado del universo, casi sintiéndose culpable de su asalto.

Casi, porque sus nudillos acariciaron la piel del contrario e imaginar lo que sería una nueva unión, la alegría fatigada del recuerdo y nuevamente el deseo pleno, aumentado por el amor, provocó que sus labios besaran la oreja de Keith y pudiera admirar de cerca su primera sonrisa.

Acercó el rostro para no perder el primer gesto de alegría. Sintió que la mano volvía a jugar con él. El deseo floreció por dentro, sembrado de gotas grávidas; las piernas lisas de Keith volvieron a buscar la cintura de Shiro, la mano llena lo sabía todo, la erección escapó a los dedos y despertó con ellos, los muslos se apartaron temblando, llenos, y la carne erguida encontró carne abierta y entró acariciada, rodeada del pulso ansioso, apretada entre ese universo de piel blanda y amorosa. Reducidos al encuentro del mundo, a la semilla de la razón, a las dos voces que se nombran en silencio, porque la droga del sueño nubla la mente de uno y permite olvidar la timidez.

Y todo es así, un torbellino de emociones que se dispersan y que tratan de conservarse, pero en un momento el más bajo gime, suspira y ruega. Keith se pierde y se deja vencer a regañadientes, contesta con el aliento grueso, frunciendo el ceño y con los labios sonrientes que sí, que sí, que le gusta, que sí que no sé acabé, que sí, hasta darse cuenta de que todo ha sucedido al mismo tiempo, sin que uno haya podido contemplar al otro porque ambos eran la misma cosa y decían las mismas palabras.

El sol del día volverá a despertarlos, los sonidos de la ciudad donde están estacionados, ésta vez Keith será el primero en levantarse, se trenzará el cabello y pasará los lentes de la mesa a Shiro.

Sonreían, se levantarán y comenzarán un nuevo día. Ezor hará alguna broma de que son muy ruidosos y Shiro verá una sonrisa en Keith que jamás querrá ver desaparecer.

Será un nuevo día, donde están juntos, donde salvan vidas, donde cumplen sus sueños y sobre todo.

Donde se aman más que a cualquier cosa en el universo.

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Soy mala escribiendo lemon, perdonenme xD

Por si alguien no entendió, ésto es muchos años en el futuro, son los Keith y Shiro de la última foto del show, sólo que aquí se casaron, fueron felices y ambos siguieron ayudando y explorando el espacio.

Sip, Shiro es un BoM y Keith y él viajan juntos.

Quizás escriba más de ellos en el futuro, porque sinceramente adoro demasiado ésto(?)

Espero les guste uwu.

Dilo, una y otra vez [Sheith] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora