OOPS BABY, I LOVE YOU ━━ Mommy Kink.
"Llegué a tal punto que adoraba observar tus mejillas sonrojadas, tus cristalinas y pequeñas lágrimas, y esa gran erección que me volvía loca en segundos."
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______ siempre fue una chica a quien le encantaba los muñecos de peluche, cada vez que su familia o amigos le obsequiaban uno los cuidaba como si fuera su alma. Esta ocasión no fue escepción, su hermano mayor venía de visita a Busan así que trajo unos pequeños regalos para su hermanita consentida, eran unos peluches de la marca favorita de _____.
- Tengo algo que quiero mostrarte hermanita.- Hablo el chico, _____ fue muy entusiasmada a la habitación de invitados donde se encontraba su hermano y observo como este sacaba 7 peluches muy tiernos.
- ¡Son hermosos!.- Chilló _____ con emoción.
- Los mire en una tienda departamental cerca del centro, desde el primer momento supe que eran para ti.
- Te lo agradesco grandulón.
- Bien, creo que es hora de que me vaya, debo de llegar al aeropuerto antes de que se me haga tarde.
- Te acompaño.- ____ dejó los peluches aun lado y ayudo a su hermano a subir las maletas a su auto, condujo hasta el aeropuerto donde acompaño a su hermano hasta que su avión llegara.
[. . . .]
La chica llegó agotada a su hogar, tuvo que esperar horas a que el avión de su hermano llegará ya que se retraso.
______ estaba subiendo las escaleras que daban a su habitación pero se extraño al escuchar mucho ruido en su habitación, con cautela camino hasta la puerta y giró la perilla dejando a la vista a sus peluches saltando por toda su habitación y jugando con su ropa interior.
- ¡Ahhh!.- La chica pego un gran grito haciendo que todos los peluches se quedarán observandola.
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Tu quedaste impresionada ante la situación, pero aquellos pequeños no tomaron importancia y siguieron con su desastre, tu saliste de tu transe cuando observaste que uno de ellos tomaba tu celular.
- ¡Oye!.- El pequeño te observa.
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- ¡Eso es mio! tu no lo puedes tocar.- Caminaste hasta el rápidamente y se lo quitaste, este pequeño solo corrió a tu cama y tomo una almohada para desahogar su furia.
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- ¡Tks! rídiculo... Ahora... Supongo que se tienen que quedar aquí, son mios y no los puedo abandonar.- Los pequeños comenzaron a saltar con alegría, unos te abrazaban la pierna y otros bailaban pero uno aplaudía algo que te dió un ataque de ternura.
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