Capítulo 21

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¿Le importaba realmente? ¿Por qué se encontraba en Seúl si no tenía nada que hacer ahí? No quería permanecer cerca de su familia, le dolía en el alma. Sus padres le habían dado la espalda en un momento muy difícil tanto para él, y para su familia.

Se sentía traicionado, y, ¿Cómo no estarlo? A sus malditos familiares no les importaban que se haya ido de la casa junto con su pequeña hermana. ¿Qué rayos tenían en la cabeza? ¿Por qué no podían ser como las familias normales? Esas que regalan amor a sus hijos, que no los critican, que les aconsejan, que constantemente los castigan. Él quería eso.

-Me importas. – admitió en voz baja. Valeria lo miró sorprendida, nunca esperó que Sehun dijeran esas palabras, y mucho menos a ella. ¿O estaba sorda, o Sehun estaba más sensible tras la muerte de Han ah?

-¿Por qué? – fue lo único que su boca pudo soltar. ¿Por qué? No, eso si que no se lo podía creer.

-Porque te considero una amiga, eres una gran persona. Has estado junto conmigo en los momentos en los que mis padres no estuvieron. Puede que no hayas estado para el entierro de mi hermana, pero, tú estuviste con ella. Tú estuviste en su último momento de vida. La hiciste feliz y la comprendiste. Eres una gran persona, por…

-Para. – murmuró malhumorada. ¿Buena persona? Já, ¿desde cuando? ¿Antes o después de matar a su hermana?

Valeria estaba furiosa, es como si él le estuviese hablando con todo el sarcasmo bañado en sus palabras. No se sentía como una persona buena. Mataba personas inocentes. Hace poco mató a su hermana. “¡Maté a tu hermana, Sehun!”¿Cómo podía ser buena, si constantemente se culpaba de todo lo que había pasado? Tenía conciencia y se arrepentía de lo que era. Pero… no había de otra.

-¿Por qué? Te estoy diciendo lo que siento que eres. – le dijo a ella confundido.

-No quiero que hablemos de mí, o de esa noche. Me siento agotada. Por favor. – suplicó en voz baja.

-De acuerdo. – dijo él acariciándole el dorso de la mano.

-¿Qué pasará con tus padres? – preguntó ella curiosa. Demonios, ahora tenía que vigilar en dos casas. ¿Por qué? Fácil, al señorcito se le ocurrió irse de su casa.

-Uh… He alquilado un departamento para Gaeul y para mí. Nuestras cosas aún siguen en casa, no se como volver sin verles la cara a ellos. Pero es mejor. Tengo que conseguir un empleo, porque mi dinero no es suficiente. – dijo él serio. A Valeria se le movió el corazón a la garganta. Se sentía mal por él, tenía que hacerse cargo de su hermana. Él era como un padre para ella. Ella nunca tuvo uno… uno que recordara.

-Te ayudaré en todo lo que necesites. Iré contigo a buscar tus cosas. Me importa mucho Gaeul, no quiero que sufra. – le dijo mirándolo triste. - ¿Quieres que renuncie?

-¡¿Qué?! ¡No! No quiero que renuncies por mi causa. Mi madre te contrató, no yo. Además, todavía tienes que presentar el álbum que te mandó a hacer. No te preocupes. Y gracias, me serviría de ayuda que me acompañes a casa. No puedo solo. – le dijo sonriendo levemente.

-Siento mucho esto Sehun. Se que tus padres no son lo que parecen ser, pero, no debes de odiarlos. Ellos trabajan para que tengan un buen futuro y no pasen hambre. Quieren lo mejor para ustedes. La muerte de un…

-Detente. No quiero hablar más del tema, Valeria. – espetó molesto. Ella alzó una ceja. ¿Por qué le habla así? – Lo siento, solo… déjalo.

-De acuerdo. – farfulló molesta. No tenía caso seguir hablando de lo mismo, al final, siempre terminaba con una disculpa. –Gracias nuevamente por el hermoso collar. No lo esperaba, me tomó por sorpresa. – le dijo cambiando el tema. Sehun sonrió.

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