Capítulo 25

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Capítulo 25:
Fin del Mini Maratón [4/4]
-¿Has oído de Eddy Kim? – preguntó la pequeña sonriendo. Ella negó efusivamente con la cabeza. – Esta canción es la favorita de Oppa, talvéz te guste. Oppa no suele ser romántico pero siempre oye esa canción. Mientras que comemos podemos escuchar la canción.

-Claro. Espero que te gusten los tallarines rojos. – le dijo Valeria sonriendo.

-Si sabe mucho mejor que la comida de Oppa… me gustará. – se lo aseguró.

-Eres mala, pequeña. Tu hermano se esfuerza por hacer cualquier cosa para que sobrevivan. Tienes que halagarlo por su comida, aunque no sepa cocinar, hazle creer eso. – dijo Valeria riendo.

-Harías una bonita pareja con él. – dijo en voz baja.

-No lo creo. Ahora, ya que terminaste de comer, ve a hacer tu tarea. – se levantó de la mesa.

-Noooooooooooo…

***
Valeria se encontraba supuestamente limpiando las habitaciones. El departamento que él había encontraba disponía de tres habitaciones, un baño, una gran cocina americana y el living. Cuando iba manejando se dio cuenta de que no estaba tan lejos de casa. Sería algo bueno.
Colocó cámaras y micrófonos en todos lados, excepto en la habitación de Gaeul ya que ella estaba ahí. Pero, se las arreglaría.

Miraba atentamente la habitación de Sehun. Paredes blancas con millones de fotos en las paredes. Adornos negros y azules. Una gran cama con sábanas color gris. Se empezó a sentir mareada por el olor de él. Estaba en todo lugar, su aroma y hasta podía escuchar su voz. Se asustó.

Caminó hasta la habitación de Gaeul y le pidió que fuese a la sala con la excusa de que iba a limpiar.
-Unnie, deberías de descansar. – le dijo Gaeul antes de salir.

Y era cierto, se suponía que ella estaba en descanso médico. Los doctores temían que la herida aún no cicatrizada, se le abriese y sea un caos. Pero, sinceramente, Valeria nunca iba a estar tumbada en la cama sin hacer algo. Necesitaba estar en movimiento, hacer cosas, millones de cosas que quisiera. Ni loca se quedaría en su cuarto mirando la televisión y comiendo hasta reventar. No estaba acostumbrada a eso.

-Listo. – susurró cuando terminó de instalar la última cámara en la habitación de Gaeul.

Lo hizo todo sin que se diera cuenta.

-Gaeul, ¿quieres algo para comer? – preguntó Valeria caminando hacia la cocina.

-No, estoy bien. Gracias. – le contestó la pequeña.

-Estoy…

Fue interrumpida por su celular que producía sonidos extraños. Era el tono que le puso para Sehun.

*-¿Hola? – preguntó.

-Valeria, estoy llegando a casa. Llevo comida. – le dijo Sehun.

-¿Te fue bien? ¿Conseguiste empleo? – preguntó ella sonriendo.

-Hablaremos en casa, ¿bien?

-Si, está bien.*

-¿Qué dijo? – preguntó Gaeul sonriendo.

-Ya está llegando.

***
-¡Llegue! – gritó Sehun dejando las bolsas en el suelo. Gaeul corrió a abrazarlo mientras saludaba. – Tranquila, cielo.

-Oppa, te extrañé. – le dijo Gaeul sonriendo.

-¿Por qué? ¿Cómo la pasaste con Valeria? – preguntóél mirando a la chica que sonreía sentada en el sillón.

-Me fue bien, unnie cocina bien y limpió la casa. – le dijo sonriendo.

-¿No me piensas saludar? – le dijo Sehun a Valeria divertido.

-¿Cómo estás? – preguntó ella con ironía.

-No, así no. Como me saludó Gaeul. – dijo entre dientes.

-Oh… pues que te saludo así ella. – le contestó mientras cogía las bolsas del suelo.

Sehun la agarró de la cintura y sin pensarlo dos veces la abrazó. Valeria se tensó y se sintió más que nerviosa. Estaba sorprendida por lo que Sehun estaba haciendo. Nunca antes la había abrazado. ¿Por qué ahora lo hacía? Intentó apartarse, pero él no la dejó y la pegó más a su cuerpo.

-Gracias por estar con Gaeul. – susurró Sehun enterrando su cara en el hueco entre el cuello  y el hombre de ella.

-Se… Sehun. – tartamudeó ella nerviosa.

-Gracias por apoyarme. Te debo mucho. – admitió.

-No hay de qué. – dijo ella intentando no sonar nerviosa.

-Vamos a comer, he traído comida china. – le dijo sonriendo. Valeria vio como se perdía en el umbral de la puerta de la cocina. Estaba temblando, le había tomado por sorpresa ese abrazo. Se había sentido nerviosa, el corazón le latía rápidamente, el oído le zumbaba y podía sentir una presión en su cabeza.

-Unnie, tu collar está rojo. – le dijo Gaeul mirándola de lado.

Rojo. El rojo significaba la pasión, el amor. Un sentimiento fuerte que pocos tienen conocimientos sobre eso.

Cogió el dije y lo miró atentamente por el espejo. Efectivamente, el dije estaba de color rojo. ¿Por qué? ¿Por qué ahora se ponía de ese color? Sehun…¿quería a Sehun?

-¿No piensas venir? – preguntó Sehun acariciándole la mejilla.

-Me tengo que ir. – murmuró nerviosa mientras que torpemente cogía sus cosas.

-No, ¿Por qué? – preguntóél confundido.

-Hablamos luego. – dijo antes de cerrar la puerta.

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El último capítulo es muy corto. Lo sé. Pero no quería seguir escribiendo lo que vendría en el siguiente capítulo. Así que… espero les haya gustado esta mini maratón.
Me disculpo por tardar tanto en actualizar pero, como les repito. No siempre tengo ganas de escribir.

Cuídense. Actualizo pronto. *-*

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