Voto de Silencio [Thorki, R+18, Mpreg] COMPLETA

Loki

VOTO DE SILENCIO 

Capítulo 2. Loki

Los trescientos años pasaron. Tres siglos en los que Thor buscó una y otra vez algún consorte digno. Había conocido a las más bellas casaderas de Asgard, tenido sexo con algunas de ellas, pero no hallaba la respuesta que buscaba. Todas estaban interesadas en el título de princesa a su lado. Optó por experimentar con varones también, pero dio lo mismo.

Frigga le había asegurado que era libre de desposar a quien quisiera, siempre y cuando fuera capaz de otorgarle descendencia. Aunque con el tópico de un matrimonio consensuado para fines políticos no era de su agrado, sabía perfectamente que el título que portaba Thor no le permitía elegir a gusto, pues el tiempo estaba comprado.

Más temprano que tarde, su frustración se vio reflejada en Odín, quien no deseaba prolongar más el tiempo para coronarlo rey, pero las reglas eran estrictas: debía hallar un compañero o compañera de vida para poder otorgarle el mando de un pueblo entero, deseoso de ser gobernado por un matrimonio sólido.

Se convocó a una reunión entre todos los sabios del parlamento para conceder un permiso especial que le permitiera a Thor el derecho de buscar consorte en otros mundos, de preferencia aliados suyos.

A pesar de la excepción que había logrado Odín por él, Thor continuaba indeciso.

—¿Y bien? ¿A qué mundo iremos, hermanito? —preguntó Balder, palmeando su hombro.

—No sé —respondió exasperado sobre el enorme balcón. —Te lo juro, he dormido con más de una docena de doncellas y otro tanto con cortesanos que fueron educados para ese propósito, pero nada. Solo me calman el ardor momentáneo que llevo y ya

—Padre dice que no puede retrasar más la proclama del trono, y lo entiendo. Ya está demasiado cansado para dirigir Asgard

Thor bufó frustrado. Quizá hablar con su madre despejaría su mente.

Avanzó hasta el enorme jardín que poseía el palacio, mirando a su madre tomar una rosa dorada de un árbol. Pretendió acercarse pero notó a Odín detrás del tronco de aquel roble gigante, tomando las manos de su esposa. Por un segundo, el matrimonio quedó estoico, uno frente al otro, sonriendo con calma. Frigga río, tomando sus túnicas para poder correr despacio lejos del Padre de Todo quien la persiguió hasta una estatua de mármol.

Parecían un par de adolescentes jugando a atraparse.

De niño, Thor no entendía aquel comportamiento, pero ahora comprendía el motivo de la sonrisa en Odín, que pocas veces mostraba esa faceta. Era el amor por aquella mujer que lo trastornaba. Era un amor verdadero el que envidiaba .

Odín finalmente tomó por la cintura a su esposa, dándole un beso en la frente y finalmente otro en los labios.

En ese momento, el recuerdo del Tryllekunstner surcó su pensamiento. Ahora caía en cuenta que aquel rostro no se había borrado después de todos esos años. De hecho, durante las situaciones donde era presa de la ansiedad o la impaciencia (como hablar con cada miembro del parlamento), pensar en él lo calmaba instantáneamente. También recurrían sueños donde lo salvaba una y otra vez. Durante dichos sueños comenzaba a delimitar más los detalles de su rostro: era pálido, con irises esmeralda, mandíbula simétrica, nariz pequeña, labios delgados y pálidos como su piel. Si fuera un jötun, no tendría ese aspecto. Los jötnar eran azules.

¿Por qué no se lo había sacado de la cabeza todo ese tiempo? No era un sentimiento romántico hacia su recuerdo, ¿verdad?

Sin embargo, nunca tuvo oportunidad de agradecerle que salvara su vida aquella ocasión.