PARTE 13 LABIOS

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Pov Yunho

"Amar verdaderamente llega cuando alguien que conoce tus cicatrices se queda para acariciar la foto."

Un ligero quejido a mi lado me recuerda que no estoy solo; mis ojos se sentían pesados; mientras mi corazón latía lento e incluso más calmado de lo que ha estado en días.

Parpadeo varias veces; las cortinas están recogidas, el sol está brillando a través de la gran ventana. La vista es impresionante a estas horas de la mañana.

Girándome, me encuentro con una imagen muy familiar Jaejoong.

Pieza por pieza. Los fragmentos de la noche anterior se iban reproduciendo. Jaejoong había aparecido en mi puerta, nervioso y de mal humor. Había tenido una fuerte pelea con su madre por mi culpa. Me había dedicado escuchar sus quejas de mala gana, ya que lo único que había querido desde que el primer momento que puso un pie en el apartamento.

Era comerle a besos.

Sus labios eran tan comibles, y me provocaban cada vez que sin darse cuenta él se los mordía en un acto inconsciente.

Todo había sido como un sueño del que no quería despertar. Había venido un beso, pero este era tan diferente a los demás, estaba cargado de deseo, pasión, incertidumbre y nerviosismo.

Conocía el cuerpo de Jaejoong con cierta familiaridad por los muchos años que compartimos; sabía lo que le gustaba y lo que no. Sonrió cuando recuerdo como el cuerpo de Jaejoong se rindió ante mí. Podía recordar cada jadeo y suspiro que le provoque anoche. Como había puesto mi boca en cada parte de su cuerpo, mientras el pronunciaba mi nombre entre jadeos entrecortados. Era tan claro como la cama crujía mientras nos movíamos juntos y lentamente al mismo ritmo.

Podía recordar la sensación de su cuerpo abriéndose ante mí; mientras Jaejoong se estremecía de placer ante cada embestida lenta y cuidadosa hacia él. Quería demostrarle todo lo que sentía por él. Nos habíamos vuelto a descubrir íntimamente. Habíamos intercambiado muchos besos. A pesar de Jaejoong se encontraba muy nervioso y el hecho de que no recordaba nada. Ambos habíamos intentado complacer al otro.

Jaejoong había aprendido rápidamente como rodar sus caderas en una forma en la que podía hacerme gemir desesperadamente. Dos veces llegamos al clímax juntos. Si la primera vez que lo hicimos fue satisfactoria, la segunda fue mucho mejor.

Jaejoong se movió a mi lado; su cabello estaba desordenado, su mejilla apoyada contra la almohada y se veía tan hermoso dormido.

Acaricio suavemente su mejilla con la yema de un dedo y el suspira. Él estaba agotado es por eso cuando lo llame no obtuve respuesta.

Creo que lo mejor por ahora era dejarlo dormir. Sabía que habíamos roto una de las reglas que me había impuesto. Debía pensar en una buena forma de salir librado de esto.

Estaba en la cocina cuando pasos me alertaron. Jaejoong estaba en la puerta de la cocina, con una de mis camisas cubriéndole. Nuestras miradas se encontraron y ambos nos quedamos ahí sin saber que decir o que hacer.

Las mejillas de mi esposo se marcaron de rosa por la vergüenza, mientras yo recorrí mi mirada por su cuerpo. Marcas purpuras tenues cubrían su cuello. Destacando claramente contra la palidez de su piel blanca. Se veía sorprendentemente atacado con mucho nerviosismo y más que un poco aturdido.

–Yo... ––se quedó en silencio y luego se acercó lentamente. Se veía adorable.

Me seque las manos con un mantel y me acerque también. Envolviendo mis manos en su cintura y dándole un beso en la frente.

LO QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora