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26 Enero del 2017

Sabes lo que nunca te dije

Yunho

¿Qué es el amor? Una de las preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez en nuestra vida ¿Qué es el amor? ... El otro día leí una definición que me hizo bastante gracia.

El amor es un invento de los pobres para follar gratis.¨ Es un punto de vista interesante la verdad....

Una simple pregunta volvió mi mente un caos. Y vinieron más preguntas.

Porque somos así?

Porque lo único que nos interesa es lo físico?

Podemos ser tan desagradables con las personas que amamos?

Podemos pensar por un instante lo que significa para la otra persona las palabras que salen de nuestra boca?

Porque ahora las cosas son tan poco significativas?

Porque todo lo que en algún momento fue importante ya no lo es?

Porque el respeto hacia la persona que tenemos frente desapareció?

Pero nada parecía tener una respuesta coherente. Siempre había más dudas ahí agobiándome. Así que solo decidí olvidarlo.

Hoy es mi cumpleaños. Se supone que debe ser un día feliz, pero me siento todo menos contento. Dentro de unas horas tendré que aparecer en una fiesta que para nada es mi estilo; para pretender ser la pareja perfecta que no somos.

Y sonreír.

—Feliz cumpleaños, Jaejoongie. — dijo mi jefe acercándose con un pequeño pastelito de chocolate en las manos. La gran sonrisa en sus labios me hizo sonreír también.

Cuando todos dejaron la oficina era alrededor de las ocho. Mi mente se quedó en un punto en la pared. Sabía que tenía que dejar la oficina ahora para llegar a mi fiesta sorpresa. Pero ni siquiera hice el menor intento de moverme.

—Pensé que te habías ido, Jaejoong. —dijo Seung-hyun. Te encuentras bien.

Me encogí de hombros y suspire. No sé lo que me impulso abrir mi corazón a mi Jefe, solo sé que estaba soltado todo lo que sentía. Aunque estaba sorprendido de que no estuviera llorando para ese momento.

— Eres alguien increíble, Jaejoong. —dijo palmeando mi espalda. Pero no entiendo porque sigues aferrándote a un hombre que no te ama.

¿Por qué lo hacía? Otra pregunta. Quería creer con todas mis fuerzas que había un nosotros aun. Trataba de demostrarme a mí mismo que no somos estáticos, que estamos en movimiento, que todo se puede cambiar. Que la personalidad es variable, no fija, que cambiar es cuestión de ganas y de esfuerzo.

Llevo años engañándome, creyendo que yo llevo las riendas de mi vida. Que yo me domino, que es mi vida y la manejo como quiero... Pero estaba equivocado

—No lo sé. —digo honestamente. Quizás soy un masoquista. ¿Me gusta sufrir?

—Vamos Jaejoongie. Ni tú mismo te lo crees. —su mirada viajo al reloj de la pared y abrió los ojos.

Eran las doce en punto. Y yo sabía que Yunho estaría furioso. Sin embargo no importaba. Hablar con Seung-hyun era mucho más interesante que estar en una fiesta en donde había extraños y personas que me incomodaban.

—No deberías estar en una fiesta de cumpleaños sorpresa. —pregunto. Me reí viéndolo acomodarse en aquella silla de oficina incómoda.

—Se supone. —dije arrugando una hoja de papel y dándole justo en la cara.

Había pasado media hora y seguíamos hablando. Seung-hyun había tenido la grandiosa idea de sacar uno de sus vinos más cara para celebrar mi cumpleaños y alguien ya estaba un tanto risueño. Mire las tres botellas de la mesa y estaba sorprendido que yo estaba como si nada.

He dominado absolutamente todos los aspectos de mi vida. Menos uno. No lo controlo. —dijo Seung-hyun. Levante los ojos y sonríe extrañado de sus palabras.

— ¿Cuál?—pregunte.

—Mi corazón. — golpeo su pecho suavemente. Y no es porque sea incontrolable porque se puede ejercer más o menos un cierto control sobre él. Pero yo no sé controlarlo, se me escapa. Y duele. —suspiró. Duele porque te das cuenta de que no haces las cosas bien, de que te estás equivocando, de que haces cosas que no esperabas hacer, te traicionas, engañas y te mientes, haces que otras personas se rompan. Y lo sabes, sabes que estás haciendo daño, pero no puedes parar. Sigues, sigues porque no controlas, se escapa. Y luego los lamentos, los perdones y las excusas como si eso te salvase de algo.

Y te das cuenta de que no eres más que la consecuencia de tu propia debilidad. —cierto. El asintió suavemente con una sonrisa cansada.

Ojalá pudiera ser fuerte, ojalá pudiera ver la vida con la fortaleza del fuerte y no con esta debilidad que apenas te deja elegir, escoger caminos. Sólo te empuja, te arrastra y no lo controlas.

— ¿No dejes que siga haciéndote daño?—su voz hizo eco por toda la oficina. Levante mis ojos hacia la puerta y me petrifique. Podía estar oscuro pero reconocía a ese hombre en cualquier parte.

Seung-hyun extrañado por mi repentino silencio, giro la cabeza hacia donde miraba. — ¿Diablos? —escuche susurro.

Esto era un desastre eminente. Todo paso tan deprisa. Yunho se acercó a paso firme y estampo su puño en el rostro de Seung-hyun. Entonces comenzó una pelea entre dos cavernícolas que no estaba escuchándome.

—Ya —grite empujando a Yunho. ¿No puedes venir a mi trabajo y hacer un escándalo?

Yunho soltó una risa suave, pero por su respiración podía ver lo cabreado que estaba.

—No sabía que trabajaras horas extras, cariño —su voz fue acusadora.

—Lo hago, Me encanta complacer a mi jefe —dije pero mis palabras tenían una segunda intención, —el rostro de mi querido esposo se desencajo.

Ambos nos retuvimos las miradas y luego sonreí. —No es exactamente lo que tú haces cada noche. —le guiñe un ojo. Me gire y me disculpe con Seung-hyu.

— ¿Estarás bien? —preguntó amablemente.

Asentí suavemente mientras le daba una sonrisa apenada. Sabía que la segunda guerra mundial se iba iniciar ni bien llegáramos  a casa, pero no me importaba. Hoy era mi cumpleaños después de todo.

Hoy era mi noche...Y estaba listo para contraatacar.

LO QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora