PARTE 23 REPRESALIAS

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Pov Yunho


"Pasar mucho tiempo con la esperanza de él sufra las consecuencias de lo que me hizo,es seguirle permitiendo herirme por segunda vez."


Tenía que saber que mi padre no me pondría las cosas fáciles, él era un zorro muy astuto. Él quería torturarme y cobrarse por cada golpe que le había propinado aquella vez en el bar.

Debía saber que no iba ser fácil localizarlo. Él era increíblemente manipulándome a su antojo. Así que aquí estaba yendo a su encuentro a las afueras de Seúl hacia una cabaña abandonada, recordaba apenas este lugar, me trajo una vez cuando mi madre nos dejó. Y ahí estaba yo de vuelta después de nuestro fallido intento de encontrar a Jaejoong. Si quería recuperarlo tenía que comenzar hacer lo que me dice.

Saliendo del auto, agarre el bate de béisbol del asiento del pasajero y cerré la puerta. Mi pulso bombeaba violentamente, calor emanando de todo mi cuerpo. El sudor surgiendo en mi frente.

Lo correcto era llamar a la policía pero tomarían semanas o incluso meses antes de que logren dar con él y para entonces quizás Jaejoong....ni siquiera quería pensar en que el estuviera herido o el bebe. Así que tenía que hacerlo por mí mismo, tenía que terminar con todo de una buena vez. Mi padre tenía que morir, solo así Jaejoong podría estar a salvo.

Desde donde yo estaba podía ver aquella casa; ninguna de las luces estaba encendida por fuera o por dentro. Las ventanas estaban oscuras, y me acerque a la puerta avanzando entre las sombras del árbol que bloqueaba la única luz que provenía de la luna.

Girando la manija de la puerta, tense todos mis músculos al escuchar el chirrido de la puerta.

El bate de béisbol era un señuelo. Si pensaba que había alejado un arma de mí, no podía sospechar que tenía otra. Por lo tanto, no sabía del cuchillo que había escondido en el interior de mi brazo debajo de la manga.

Forcé una respiración profunda y abrí la puerta unas pulgadas, metiendo un pie dentro de la oscura casa.

Una mano fría aferro mi muñeca y me jalo dentro, la puerta estrellándose detrás de mí al mismo tiempo que el bate era arrebatado de mis manos.

—Viniste

Tome un aliento cuando su brazo aterrizo frente a mí y lo envolvió alrededor de mi cuello; atrapándome.

—Eso fue realmente y jodidamente estúpido. —susurro cerca de mi oído.

Me libero y me empujó hacia adelante. Las luces se encendieron y pude ver a mi padre enfrente de mí. Mi pulso se aceleró dándome cuenta de que no estábamos solo los dos. Por mi izquierda una figura muy conocida hizo su camino hasta colocarse al lado de mi padre.

Ella era un maldito dolor de cabera. El peor error en toda mi existencia

—Tu—gruñí con desdén. Solté una carcajada. Pensé que solo era una perra fría, pero hacer esto y prestarte para este maldito juego con mi padre. Eso te convierte en tan desquiciado como él. —hice un suave movimiento con mi cabeza señalando a mi padre.

Ella frunció el ceño y levanto la mano queriéndome dar una cachetada, — Pero mi padre la detuvo. —Ni siquiera lo intentes perra y la empujo haciendo que se cayera de culo.

Mi padre le lanzo una mirada fría y ella se levantó, saliendo de la habitación. ¿Qué ibas hacer con esto, eh? —dijo mi padre sosteniendo el bate y golpeando suavemente contra su mano.

Entonces su brazo salió disparado, lanzando el bate al otro lado del vestíbulo. La madera haciendo un ruido estruendoso al chocar contra el piso de mármol.

LO QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora