~Deseo~

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-Kate, por favor, no me hagas esto-. Saqué por completo su chaqueta.

Él implora que no lo haga, pero no pienso en otra cosa más que en aprovechar esta oportunidad.

Me siento tan mal al recordar que esto no está bien para Harry, yo también lo sé.

No quiero que él se arrepienta de nada, soy yo que por capricho y curiosidad, no puedo evitarlo.

Es de esperarse, que si los dos caemos en las redes de la pasión, al siguiente día me sentiré como una niña caprichosa a la cuál le han entregado lo que quería y sin más pensarlo me daría topes en la cabeza contra la pared.

No quiero razonar nada, quiero dejarme llevar por mis deseos, por mis pensamientos que me comen viva, sobre todo, aquel sentimiento deseado por mí.

Entre tantos besos y caricias lo dejo en bóxers, notando una gran erección en su interior que me eriza la piel al instante.

Lo alejo un poco para tomar los bordes inferiores de su playera y tiro apresuradamente hacia arriba quitándosela por completo.

La desesperación y la excitación  me invade cada vez más así que
aviento a Harry dejándolo completamente acostado en la cama, me monto encima de él para después deshacerme de mi camisón quedando únicamente en aquel pequeño y delgado bóxer, Harry solo cierra los ojos y suelta un leve gemido entre dientes.

-¿Qué pasa?-. Le pregunto en un susurro.

-Te lo repito Kate, no me hagas esto-.

-¡Basta de suplicas!-. Refunfuño en mi mente, no tengo por qué hablar, sé que Harry me escucha.

Alzo mis manos y lo tomo de la nuca, haciendo que se vuelva de nuevo hacia mí y me bese.

Mis pechos están fuera y mientras me pego más a Harry,  él gime mientras siente el roce.

De pronto, maldice en voz baja.

Me aprieta más hacia él y empieza a besarme salvajemente, como nunca antes lo ha hecho.

Aprovecho el momento y meto mis dos dedos pulgares del pie, dentro de su bóxer para bajarlos  rápidamente hasta sus rodillas, él se despega de mí bruscamente y acaba por sacárselos él mismo, continua quitándome el mío de pilón.

Estamos completamente desnudos. Poso mis manos en sus costados y él se vuelve hacia mí para besarme salvajemente de nuevo acariciando lentamente mis piernas.

No sé realmente si lo hizo por accidente o intencional pero ha tocado mi feminidad.

Después de unos segundos logro comprender de que no ha sido un accidente pues sus caricias cada vez son más y más placenteras. Cierro mis ojos al sentir uno de sus dedos integrarse en mí lentamente y al instante arqueo ligeramente mi espalda hacia atrás entregándome completamente a él.

Harry lo aprovecha succionando uno de mis senos haciendo que el placer se apodere más en mi y mi cuerpo se caliente rápidamente.

Aprieto mis labios, pero es inevitable, suelto un pequeño gemido y Harry sonríe.

Él me sigue besando y yo siento que ya no puedo más así que me despego un poco de él pero introduce un dedo más y gimo un poco más fuerte que el anterior.

-¡Maldición!-. Apreté más los ojos y él sacó rápidamente los dedos de mí.

-¿Estás bien?-. Los abro inmediatamente y me doy cuenta de lo angustiado que luce.

-Nadie dijo que dejaras de hacer lo tuyo-.

Sin más que decir, él niega con la cabeza y en un movimiento rápido vuelve, ¡Hay Dios! Cada vez siento más mojada mi feminidad, siento que estallará por completo si no me penetra en éste momento.

- Así estás perfecta-. Sacó rápidamente los dedos y se posó entre mis piernas.

Ha llegado el momento tan esperado por mí. Siento su miembro rozar mi feminidad y con solo ese pequeño roce me vuelve loca.

Se acerca a mí y me susurra al oído.

- No tengas miedo Kate, quiero que te desplayes completamente, que grites lo que quieras, patalees o me arañes, no importa... Y, perdóname pero, no me detendré-.

Deposita un beso tierno en mi boca y apenas vuelvo a enrollar mis piernas en su cadera, cuando siento un dolor enorme, con todas las fuerzas que hay en mí, sale un gran grito de mis labios.

Harry espera unos cuantos segundos para comenzar a mover sus caderas lentamente. Cada vez más, las envestidas son mayores, más fuertes que las anteriores haciendo que grite de placer aún más que la anterior.

Me aferro más a él y mis manos llegan hasta su espalda, no lo pienso dos veces para apretarlo  con todas las fuerzas de mi alma. Araño su espalda y a la vez,  muerdo levemente sus hombros.

Mi cuerpo tiembla descontroladamente y los dos gemimos sin control.

Estoy feliz, completamente feliz. Él tiene tanta razón, es maravilloso, lo mejor que hay en ésta tierra.

Seguimos haciéndolo, pero ya no es tanto la lujuria y la pasión como al principio, ahora es tan cariñoso, tan lleno de amor y de casualidad mi mirada se encontró con la suya.

Le sonrío y después de mirar su rostro hermoso, todo se nubla y comienza a darme vueltas, mi vista visualiza solo obscuridad, mi cuerpo ha dejado de reaccionar y ya no siento nada.

Escucho una tenue voz que me llama desesperadamente y no defino el tiempo, solo parpadeo y vuelvo a verlo. Una lágrima corre por mi mejilla, hasta desaparecer tras mi oreja.
No me había sentido tan más feliz en mi vida.

- ¿Kate? ¿Estás bien? ¿Kate?-.

Lo primero que hago es abrazarlo fuertemente. Él responde de la misma manera y escucho un leve sollozo.

-No vuelvas a asustarme así preciosa-.

-No, claro que no-. Pensé.

Embarazada De Un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora