Capítulo 4 | Cita

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🌸 Chaeyoung 🌸

-Maldición Jennie, en estos momentos desearía no ser una mujer. -dije saliendo como un monstruo de la montaña de ropa que tenía en la habitación.

-Tranquila Chae, sólo se tú misma y ponte algo casual. -respondió con poco interés.

-¿Estás drogada? ¿Por qué no me haz recomendado nada para usar? -fruncí el ceño.

-Vamos Chae, ambas sabemos que no me harás caso. -sonrió mientras miraba su celular, yo sonreí traviesamente- ¿Qué suce... -le arrebaté el celular y lo llamé.

-¿Hola? -habló el sujeto desde la otra línea.

-¡Hola Jimin, ¿Cómo estás?!
-saludé animadamente mientras Jennie me fulminaba con la mirada.

-¡Chaeyoung, es bueno escucharte!. Por cierto estoy bien ¿y tú?
-contestó de la misma forma.

-Bien, he notado a Jen muy sonriente, ¿Acaso haz estado hablando con ella? -sonreí burlonamente.

-Oh sí, nos hemos vuelto muy cercanos desde que nos presentaste. Jennie es muy cool. -me lo imaginé sonriendo.

-Sí, lo sé. ¿Crees estar libre el sábado? -cambié de tema.

-Sí ¿Por qué la pregunta?
-cuestionó.

-Pues Jennie estará de viaje y no me quiero morir de aburrimiento.
-hice un puchero.

-Sé que es para que cocine, aprovechada. -dijo en un tono acusador.

-Sabes que te amo. -me puse melosa.

-Sí claro. Entonces ¿sábado a las 3:00 p.m.? -preguntó.

-Sip, te quiero Jiminie. -y corté.

-Te odio Park Chaeyoung. -gruñó Jen y me arrebató su celular.

-Yo también te amo Kim Jennie.
-sonreí y me fui a cambiar.

(...)

Al final sólo me puse unos jeans rasgados, un jersey color beige, mi abrigo de color café y dejé mi cabello suelto.

Al final sólo me puse unos jeans rasgados, un jersey color beige, mi abrigo de color café y dejé mi cabello suelto

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Mientras caminaba podía sentir el viento de Diciembre y ver a personas de aquí para allá y de allá para acá. Por lo general en estas épocas Corea se vuelve un poco más transitada y casi todos los días los almacenes están llenos, es normal, todos compran su ropa y regalos.

Suspiré al ver una familia en un restaurante charlando y riendo de cualquier cosa, de alguna forma aquello me hizo recordar a mis padres y Alice, los extrañaba. Ellos hace unos dos o tres años tuvieron la maravillosa idea de volver a Nueva Zelanda, claramente yo no estuve de acuerdo.

Aquí había hecho amigos, estaba estudiando, tenía una vida en Corea y no podía dejarlo todo así como así, por lo tanto mis padres y mi hermana decidieron volver a Nueva Zelanda dejándome sola en Seúl. Obviamente iban a estar al pendiente de mí, me mandarían dinero y me llamarían, aún así insistí en conseguir trabajo, no quería ser una vaga.

Al poco rato llegué al lugar en donde me había citado Jungkook y miré a todas las direcciones tratando de localizarlo, al hacerlo me dirigí a la mesa y me senté con una sonrisa.

-Hola, ¿Haz esperado mucho?
-pregunté sonriente.

-No tranquila, he llegado hace poco. ¿Cómo estás? -me observó con curiosidad.

-Bien, ¿Y tú? -me quité el abrigo y lo dejé en el pequeño sillón.

-Me alegro, estoy bien. -llegó el mesero.

-Buenas tardes, ¿Van a pedir algo? -preguntó con una pequeña reverencia.

-Sí, yo quiero un Caramel macchiato y un poco de pay de queso, ¿Y tú? -me dirigí a Jungkook.

-Lo mismo. -sonrió.

-Está bien, les traeré su pedido en unos minutos. -se fue.

-¿Y... Cómo te ha ido? Hace una semana no nos vemos. -preguntó sin quitar su sonrisa.

-Pues... Bien, supongo ¿Y a ti?.
-hice una media sonrisa.

-Pues... ¿Me quieres escuchar?.
-se rascó la nuca.

-Claro. -y ahí empezó nuestra charla.

Estuvimos charlando de temas triviales un rato -que se hicieron horas- mientras comíamos nuestro pedido. En realidad Jungkook era un chico bastante lindo y tímido por lo que pude notar, se le dificulta soltarse con las chicas y por ello tiene sólo amigos hombres.

Luego de ver la hora decidí que era hora de irme y Jungkook se ofreció a acompañarme, acepté. En el camino seguíamos hablando hasta que llegamos a mi casa.

-Bueno, esta es mi casa. -me puse delante de él.

-Es linda, ¿Vives sola? -preguntó observando cada detalle por fuera.

-Sí, mis padres y mi hermana están en Nueva Zelanda. -expliqué viendo mis manos.

-Oh... Emm, creo que debemos despedirnos. -estaba nervioso.

-Sí... Entonces adiós. -me despedí con una reverencia al igual que él y fui a la puerta para abrirla.

-Chaeyoung -habló antes de que entrara, me dí vuelta y lo vi- es una cita...

My litle sunshine » Rosekook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora