—Eu, no para, no nos olvidamos de nada no? —Pregunto tocándole el short. —ah, acá está la llave. —sonrió al mostrarle.
—Mía... Me vas a matar... —me mira aterrada. —no tengo nafta. —y si, la quería matar, queda muy lejos del hotel y no quería caminar.
—Y ahora como se supone que vamos? —me tapo la cara con las manos y sonrió nerviosa.
—Si quieren las llevamos. —escuchamos a un chico atrás nuestro. Al darme la vuelta encuentro, y por lo que vi en las historias de Paulo, Alan Tejeda.
—Si esta.... —chilla Camila a lo que la interrumpo.
—No, este, vamos caminando. —Le respondo amable.
—No está tan seguro la calle, pero si quieren ir caminando no las puedo obligar. —vuelve a decir respetuoso. Cuando se daba la vuelta para entrar en el departamento Camila lo agarra suavemente del brazo.
—Si, vamos con ustedes. —Le sonríe y me mira pidiéndome perdón. No pensaba aceptar.
[......]
—No puedo creer que me hayas convencido—le susurro enojada e indignada.
—No es para tanto Mía. —rueda los ojos. Bajamos al primer piso y fuimos al auto donde estaba Paulo en la ventana, Piero en la otra, Eze en el medio, Alan el que maneja, Camila de copiloto y la cosa era en donde entraba yo.
—Eu, sentate en el regazo de Paulo. —se dirige a mi Camila.
—Que...? —lo miro a Paulo quien esta con su celular sin importancia. Me aclaro la garganta para que me de lugar. Se sienta bien y me hace una seña para que me siente y me siento. Cuando por fin nos fuimos, que por cierto iba muy nerviosa e incomoda, hablaban, jodian, y reían.
—Eu, Joaco y Emi donde están? —pregunta Camila a Alan.
—Se fueron a sacar fotos con unas modelos y tal, cerca del restaurante donde vamos. —se mete Piero a lo que estoy atenta. Paulo seguía con su celular al igual que Eze. Los demás hablaban. Saque mi celular y mire instagram, varias personas me empezaron a seguir y era impresionante tener 196.600 personas siguiendote. Hice un boomerang para historias mostrando la calle, sin darme cuenta de algo.