Maratón (3/3).
Entramos a la previa donde se encontraba prácticamente todos, hasta los Leones. Y la infumable de Rosario, ¿dónde se supone que deja a su hijo? Irresponsable.
Me senté a lado de Camila y agarre el vaso con fernet que me trajo dándole un sorbo. Vi a una chica super linda que me llamaba desde otra mesa, donde se encontraba con el que conocía; C.R.O mejor conocido como Tomás, Daniel Ribba, Mateo y la anterior nombrada, Cazzu o Julieta. Me acerque a ella ignorando a los que me miraban anteriormente.
—Hola pibes. —saludo, mire a Mateo medio raro.
—¿Qué? —preguntó al ver que lo miraba raro.
—Toma cepita, no te preocupes. —se burla Cazzu. Esta se encontraba fumando un Faso, miraba como se lo ponía en los labios y exhala, estaba tentados. —Toma. —me ofreció, mire a Mauro quien estaba serio a su lado estaba Paulo con la cheta de mierda esa, sin pensarlo exhale una buena cantidad para después expulsar por la nariz y intentar hacer un círculo pero salió para el orto.
—¿Estás bien vos? —me pregunta Daniel, mire el piso y sentí como me ardían los ojos, no otra vez.
—Toma esto. —me ofreció una tirita de, como lo llama yo, polvo mágico. Sin dudarlo lo agarre pero antes de poder hacer algo sentí una mano encima de mi brazo que contenía el paquete.
—Deja eso Ayelen. —escuche a Paulo medio enojado, me solté de su agarre.
—Vos raja de acá, dejame en paz. —acote tratando de irme pero me tironeo del brazo para salir del lugar. —¿Vos sos consciente de que me haces mal boludo? Andate Londra, de encerio. —trate de safarme pero me agarro más fuerte sin lastimarme.
—No pienso dejarte nunca. —susurro cerca, me reí y por fin me solté. —No se te ocurra consumir eso. —mire a mi alrededor y me di cuenta que los demás habían ido a la fiesta.
—Andate. —pedí enojada, señalando el auto que lo esperaba. Me di la vuelta y fui donde estaban los otros.
—¿Estás bien? —me pregunta Daniel abrazandome. Asenti y me senté un rato, coloque el polvo encima de la mesita improvisada que estaba allí e hice una tirita para después exhalar, cuanto lo extrañaba, podía ver a Paulo en la puerta mirando triste.
—Vamos al boliche. —dice Cazzu, asiento y salimos del lugar ignorando a los otros. Nos vamos juntos y cuando llegamos nos sentamos a 2 mesas de los otros. —Va a estar todo bien. —me abraza, lo que había ingerido anteriormente estaba haciendo efecto.
—Que ganas de bailar la puta madre. —acote moviendo mi cabeza al ritmo de la música, nos levantamos con Cazzu y en ese instante ya no estaba en mis sentido para saber lo que hacía, sentí unas manos en mi cintura y sin ver quien era me doy la vuelta encontrando a un morocho, me lo chapó sin saber quien mierda es, Cazzu se había ido con Tomás no se donde.
Después de unas horas ya no me encontraba estable, el pibe se había ido y yo seguía sumando polvo en mi sangre.
—Vamos. —escuche que me decían cerca del oído, Paulo.
—¿Me podes dejar boludo? —pregunte riéndome, sentí sus labios encima de los míos acorraladome en una esquina.
—Ya te dije que no te iba a dejar. —sentí un aroma a fernet por él, pero no que lo haya puesto encendido. Salimos del boliche y me llevo a mi departamento.
—Yo quería seguir allí con el morocho ese. —acote enojada, sentí como gruño soltando un suspiro pesado, se había puesto celoso. —Yo nunca querría a alguien más que vos, pero eso no lo aprovechas, asique... No se amigo, yo voy a estar con muchos pibes. —me tire en la cama cuando llegamos sacando mi pollera.
—Estas borracha, ni sabes lo que decis. —me reta.
—El pibe estaba bueno para unos polvos. —me saque la remera, sentí como me agarro de la cintura tirandome en la cama, pude ver que estaba medio medio. Empezó a darme besos y me miro fijamente.
—¿Vos sos mía, entendiste... Mía? —río ante eso y hago que quede debajo mio.
—Yo no soy de nadie. —acote con ironía, me levante pero me volvió a sentar encima suyo, sintiendo el bulto que tenía.
—Ponete algo, que me pones así. —me acordé que estaba solo en ropa interior, sonríe y le dejé un beso. Me levante y me puse una remera, él ya se encontraba dormido cuando me puse todo, medio pesado su sueño. Me acosté a su lado sin abrazarlo, hasta que sentí que me abrazo él. —si no me abrazas te abrazo yo. —dijo por último para después dormir. No se que voy a hacer, pero no voy a dar mi brazo a torcer tan fácilmente.
¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Me emocione ok? Jajajaj tendría que haber subido ayer
pero buee me colgué:(.