Mia:
Estábamos todos sentados en la playa, estaba oscureciendo y eramos casi los únicos que estamos acá, de noche y medio fresco. Aunque realmente se fueron casi todos, el nene de la novia de Paulo con los demás por el frío. Los únicos que quedamos somos; Camila, Piero, Rosario, Paulo, Iván y yo.
-¿Vamos a caminar por ahí? -pregunta Camila mirando el lugar con muchos árboles. Niego rotundamente.
-Dale, Mía, no seas aguafiestas. -se queja esta vez Iván, miro a todos y choco con la escoba viviente quien súplica con la mirada.
-Está bien. -me resigno mordiendo mi labios y empezando a caminar, nos metimos en un tipo de lugar sin rumbo, el miedo que tenía era impresionante, el lugar era igual que el bosque de Slenderman. Me abrazo a mi misma por el frío.
-Pau... -escucho decir atrás mio, este solo respondió con un "mmh" -¿me prestas tu buzo? -él saca de la mochila que tenía en la mano un buzo blanco con algo en el pecho y se lo da a Rosario.
-¿Vos tenes frio? -me pregunto Iván cerca del oído, asentí levemente y vi como se sacó el buzo que tenia y me lo dio, me quedaba un poco grande, que digo un poco, me quedaba super grande, de color negro.
-Amo tu perfume. -aspiro y me dejo calentar, me sonríe y me abraza pasando su brazo por mis hombros.
-Después cuando vayamos a tu casa quiero hablar con vos... -susurra rascando su nuca, asentí y seguimos caminando.
Empezamos a caminar y, no me van a creer, nos perdimos. Nos separamos para poder encontrar el lugar, y no se como pero terminé con Paulo en un lugar sin salida.
-Eu, ahora que estamos solos, ¿podemos hablar? -me susurra Paulo agarrandome de mis cinturas dándome la vuelta para quedar cara a cara.
-Pau, no es momento de hablar. -lo miro a los ojos. Me suelta y se da la vuelta tapando su cara con las manos y me vuleve a mirar.
-Si no es ahora, es nunca. -se vuelve a acercar y me abraza acunando su cara entre mi cuello, empieza a dejar besos húmedos. -No me gusta este perfume. -susurra en mi oído refiriéndose al buzo de Iván, suelta una leve risa que se los juro que me derritio, da una leve mordida en mi lóbulo haciendo que suelte un suspiro.
-Basta... -susurro tratando de separarme de él, pero simplemente mi cuerpo no correspondió mi pedido, apretaba mis puños resistiendo las ganas de acariciar su pelo. Y se dio cuenta, agarro mis manos y las puso en su nuca.
-Perdón... -susurró. Cago el momento lindo al hacerme acordar lo que hizo, pero aun así no me separé. -No se porque le correspondi el beso a Rosario, ella siempre sabia que te amo a vos... —Levanta la me mirada apenado.
-Ya está Paulo, no se puede hacer nada. -miro para otro lado. Me agarra del mentón y hace que lo mire, se relame los labios.
-Te amo a vos, ¿o no entendes? -reprocha con la voz ronca, se acerca lentamente a mis labios cerrando los ojos, empieza a dar picos en ellas hasta por fin dar un beso largo, sus labios estaban más suavez y estaban tentadoras, abrí un poco los labios para que él pueda introducir la lengua, empezamos a hacer una mini lucha entre ellas. Nos separamos lentamente y escondió nuevamente su cara en mi cuello. -Perdón... -vuelve a decir abrazandome más fuerte. Cuando estaba por decir algo escucho unos pasos cerca.
-Ahí están.... -escucho a Camila cosa que nos hace separar rápido, Paulo empezó a arreglarse disimuladamente su pelo para posicionarse al lado de Rosario sin dejar de mirarme. -Upss... -agrega al darse cuenta del momento que interrumpió.
-Em.. ¿Camila nos podes llevar? -pregunta Paulo con su particular acento cordobés, me muero.
-Claro, vamos, encontramos la salida. -nos dice Camila sonriendo.
-¿Iván? -pregunto al darme cuenta que no está, miro a Rosario de reojo y puedo ver que está me mira enojada, que sepa cual es su lugar, perra.
-Se fue, según él tenía cosas que hacer, cuando encontramos la salida dijo que iba a ir mañana a casa para hablar con vos. -me responde. Asentí sin más. Llegamos al estacionamiento y estaba bastante oscuro. El departamento de Paulo quedaba a una hora y media, por lo que dijo Camila la gasolina solo da para nuestra casa.
-Yo me voy a la plaza un rato y voy para casa. -comenta Rosario bastante enojada.
-Bueno. -acota Paulo, como se nota que la ama-nótese el sarcasmo-.
Ella se fue en taxi, nos subimos con Paulo atrás, mientras que la otra pareja se sientan al frente, esta vez Piero manejo mirando fijamente la carretera que tomamos por tráfico. Mientras que Camila dormía.
-Eu, no se donde me metí boludo. -dice Piero bastante preocupado.
-Yo que soy de acá ni idea donde te metiste. -bromeó, miro nuevamente la carretera y no hay absolutamente nada, más que una gasolinera bastante lejos para ser realista, el auto se quedó parado en el medio de esta; sin combustible.
-Culiao, anda a traer gasolina. -acota Paulo medio dormido.
-Ni en pedo me voy solo negro. -acota también Piero. -Camila... Amor... -despierta a esta.
-¿Qué? -pregunta esta con la voz adormilada mientras abre lentamente sus ojos.
-¿Me acompañas a comprar gasolina? -pregunta señalando el lugar.
-Pero esta re lejos. -dice esta con los brazos cruzados, Piero hace puchero y la convence, bajan pero antes de irse está dice; -No hagan nada en mi auto. -cierra la puerta, me avergüenza la hija de puta.
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Está es la historia más larga que tengo hasta ahora, y recién va por la mitad Man. En fin, me pidieron que siguiera y acá lo tienen. Bueno, este capítulo iba a tener capítulo hot(? Pero lo, recorte porque se me iba a hacer banda. Dicen si en la siguiente(que capaz suba mañana) haya cap fuerte?
Digan su quieren Hot jajajajaja, me piden mucho en privado guarros.