Page 2♡

32 4 1
                                    

Un zumbido agudo en los odios y un dolor persistente  en mi cabeza —que jamás había sentido parecían no querer detenerse— La calle daba vueltas mientras yo ni siquiera podía moverme.

Lo primero que consideré era intentar aclarar mi visión poco precisa, cerré los ojos por unos segundos con la espera de que funcionara.

Al haberlo logrado y una vez el zumbido cesara un 50% me pregunté cómo había llegado aquí ¿Porque a mí alrededor la gente se aglomeraba? es obvio que algo me sucedió solo que lo último que recordaba era hablar por teléfono en un aeropuerto.

—La ambulancia ya viene en camino —escuche a alguien decir.

—¿Se ha movido? Por qué hasta ahora el chico acaba de despertar.

—Esta sangrando demasiado. No creo que haya esperanza.

¿Sangre?

Ante tales palabras me puse de pie con cuidado, caminé a un tumulto pidiendo permiso para abrirme paso.

En el medio de la calle una chica yacía en el suelo, a un lado, una camioneta gris.

—¿Es tu novia? —un señor de edad mayor tocó mi hombro.

—¿Ella? N-no lo sé. No puedo recordarlo.

—Yo ví todo. Te haz pegado en la cabeza —señaló con un movimiento.

Llevé mi mano en el cual había mencionado, pasando los dedos por la sien dónde un líquido viscoso se pegaba a ellos.

—¿Seguro que no la recuerdas?

Asentí inseguro.

—Acercate, tal vez te ayude.

Dudé sin despegar mis ojos de aquella chica. Juro que creía el tiempo corría lentamente, sin embargo la sirenas ya se escuchaban cerca.

Me coloque en cunclillas, haciendo caso al señor. Mis manos temblorosas con la mayor delicadeza que me permitian quitaron el cabello que cubría su rostro.

La sangre en sus labios y las raspaduras repartidas en diferentes partes de su piel fue la imagen que hizo a mi corazón bombear. Mi pecho dolía al verla, cerré los ojos con fuerza mientras imágenes borrosas llegaban.

Parque, agua, puestas de sol, unas manos en las mías, letras...

Encerré su mano en la mía y automáticamente comencé a llorar como niño pequeño. Su mano parecía no guardar el mismo calor que ya conocía, me era imposible creer lo que veía, a pesar de tenerla frente a mí.

La sangre ya había formado su camino en el pavimento, sin detenerse más que por ligeras grietas.

No sabía si era la adrenalina lo que estaba controlando mi dolor pero de un momento a otro el cuerpo entero me dolía, inclusive el respirar se volvía inestable; mis ojos querían cerrarse con un parpadeo cada vez más constante como si no hubiera dormido en años y fuera una pluma, caí a su lado.

—Si pudieras pedir un deseo ¿que sería?

—Hummm. Ser la persona más inteligente del mundo.

—Es lo más tonto que haz dicho.

Ambos rieron para luego sostenerse en un abrazo, cerraron los ojos sin querer, dejando que esa muestra de afecto hablara por si sola. Hasta que el prefirió asegurarse de que ella lo supiera.

—Estar a tu lado por siempre.

Sus manos seguían sosteniéndose cuando los paramédicos hacían su trabajo lo más rápido posible. La ambulancia conducía violentamente pero para uno de ellos ya era demasiado tarde, su luz se había apagado y a pesar de que la otra continuaba prendida no duraría tanto ya que "no puedes brillar sin tu otra mitad"

°

Tiempo atrás.

—Oye —una voz femenina lo sacó de su ensimismamiento.

Namjoon se detuvo de golpe, percatándose que estaba a unos pasos de caminar a lado de la chica. Un poco avergonzado miró al suelo y de maldijo a si mismo por ser tan distraído.

—¿Por que estás sola a estas horas en la calle? —preguntó Namjoon— sólo quería cerciorarme que no te pasara nada.

—Voy de regreso a mi casa, y estoy bien.

—Te vi llorar y...

—Es algo que no te incumbe, deja de seguirme, por favor.

—¿Quieres mi abrigo? Hace demasiado frío—se dispuso a sacar sus largos brazos de las mangas.

—No —dijo, con menos paciencia— ¿Acaso le prestas tu ropa a extraños todo el tiempo o los sigues?

—La verdad es que...

Sus palabras quedaron en su cabeza ya que la chica no le había dado oportunidad de decir nadamas al continuar su camino.

Miró su silueta una vez más y dio media vuelta para así seguir también el suyo.

Del otro lado, luego de unas calles; Eun sintió culpa. Estaba tan metida en sus problemas que respondieron por ella. Permaneció de pie, vaciló en si debía regresar y pedir una disculpa, tal vez lo que el dijo era verdad, solo quería ayudarla.

Se giró pero no había rastro de él.

"Conectar es chocar de mente y corazón con alguien y descubrir de pronto cómo armonizan nuestros mundos"

SeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora