Page 8♡

12 2 2
                                    

En la cama del hospital, Namjoon descansaba con sus cejas un poco fruncidas, como si tuviera un mal sueño.

Era de madrugada y Yoongi deslizaba la puerta para entrar a la habitación.

Se quedó de pie mirando el cuerpo débil y marcado frente de el.

-No considero que sea tu tiempo de terminar su historia. Y aunque no puedo hacer nada sobre tu destino aquí, tal vez en otro puedas ser feliz solo que tarde o temprano tendrás que tomar una decisión, probablemente la segunda más difícil en tu vida.

Levantó su brazo hacia Namjoon, y con la palma de su mano cubrió su frente por unos segundos.

-No te preocupes estaré a tu lado como si fuera el real Yoongi. Nunca te ha gustado estar solo -ladeó su boca marcando una pequeña sonrisa con sus labios cerrados -Nos vemos pronto, Kim Namjoon.

Ante ello dió media vuelta y salió pacíficamente de la habitación sin mirar atrás.

~

La luz del sol yacía en lo más arriba del cielo; como si las nubes hubieran tenido un acuerdo de no cubrir el celeste en su totalidad.

Eun caminaba bajo los rayos que tocaban su piel. En esos momentos lo único que ella tenía en mente es que le encantaria poder estar en la cima de algún lugar para admirar la ciudad.

Parecía increíble de creer, pero su mundo e día se resumía en el río y su casa así que no conocía realmente fuera de ello. Es por eso que cuando Namjoon la alejó ese día de su zona sintió una mezcla de curiosidad e emoción, solo que no lo demostraba.

-¡Hola! Yo te conozco.

La azabache escaneó rápidamente el rostro del chico extrovertido que acababa de hablarle.

-¿El chico que buscaba la plaza que estaba frente de él?

-Exacto -dijo con su sonrisa contagiosa-. Soy Jung Hoseok, un gusto.

Apretó su mano para saludarle. Ya que ella no tenía la facilidad para hablar con las personas, y mas con extraños, permaneció en silencio. Lo cual parecía que se sentía incómoda.

-¿Te gustaría acompañarme? Voy cuesta arriba a mi lugar secreto. El clima esta perfecto para desperdiciarlo.

-No... Gracias. Acabo de salir del trabajo y no me siento bien.

-Entiendo. Cuídate, espero verte pronto.

El pelirrojo dió media vuelta, continuó tarareando y pegando pequeños brincos al caminar.

~

-Vas a llevarla a ese mismo lugar. Cerca de ese árbol se encuentra un barandal que solía brincar y sentarme. Lo verás luego luego sin importar que seas tan malo en seguir indicaciones.

-¿Siempre debes terminar molestándome?

-Es mi deber como el mayor.

~
-¿Creí que te sentías mal? Pero no te preocupes este lugar es mágico.

-Esperaba sentirme mejor.

Hoseok se adelantó por unos pasos, para poder guiar a Eun. Mirándola por ratos, asi se sentía seguro de que no le pasara nada.

-Es aquí. Bienvenida-extendió sus brazos como si fuera a abrazar a alguien-. Ahora que sabes de él no puedes decirle a nadie.

Se acercó a una barra que separaba el duro cemento de la tierra e naturaleza, para poder sentarse.

De su lado izquierdo un árbol con raíces fuertes y colores vivos, les brindaba sombra.

-Ven, siéntate aquí.

Eun inclinó su cabeza para ver a cuántos metros sus pies estarían levitando. Sin preocupación se subió poco a poco para poder estar a su lado.

-Wow...

-Hermoso. Te lo dije.

Podías notar que las nubes se movían constantemente, haciendo feliz a cualquier persona que tuviera imaginación.

Los suspiros por parte de ambos se turnaban; a pesar de estar en el mismo lugar cada uno parecía perdido en su cabeza.

-Puedo hacerte unas preguntas. Por ejemplo, tu nombre.

-Eun.

-Lindo nombre ¿Vives sola?

-Si.

-Tambien yo.

-¿Tienes algún amigo por acá?

-No realmente.

-Yo tampoco.

La azabache dejó salir una sonrisa, sin embargo, su mirada yacía en la ciudad.

-¿Que es gracioso? -preguntaba curioso Hoseok, igual con una sonrisa característica.

-Que no te hago ninguna pregunta pero respondes por tu cuenta.

-Creo que también te percatarás que hablo mucho -se encogió de hombros-. Espero que eso no te aleje de mi... Siempre sucede.

Al sentir como su corazón se achicaba, intentó cambiar el rumbo de la conversación ya que ella sabía exactamente lo que era ese sentimiento.

-¿Cómo es que ambos estamos solos? A veces no te preguntas en dónde están nuestra familia. Deberíamos de tener.

-Aún los recuerdo... Inclusive tenía una hermana mayor-los ojos vivaces del pelirrojo se habían apagado mirando a sus pies que se balanceaban inconscientemente-. Es como si hace unos días hubiera reído a su lado o que mi madre me diera un beso en la mejilla diciendo cuánto me quiere e en un cerrar de ojos me encontraba sólo.

Si no fuera por que ciertas lágrimas caían en el regazo de el chico, Eun no habría notado el estado de su compañía. A pesar de que ahora estaba conciente no podía evitar sentirse tonta ante no saber que hacer, temía hablar de más o darle a entender que no le interesaba, lo cual no era verdad. Podía sentir su pecho pesado.

Luego de darle unas vueltas en su cabeza a la situación, decidió quedarse en silencio. Creía que él lo que más necesitaba era desahogarse, si era verdad que no tenía amigos.

-Perdona -el chico con la respiración menos agitada y quitando el último rastro de sus mejillas, se volvió para ver a Eun-. Nunca había hablado con nadie de esto.

-¿Te sientes mejor?

-Un poco.

-¿Quieres irte?

-No, no, no. Ya pasará y es peor estar en mi casa.

-¿Ese es el motivo por el cual cada que nos encontramos estas en la calle?

-Raro ¿Cierto?

-Un poco -la azabache miraba sus manos descansando en su regazo, pensativa -. Tengo una propuesta. Que tal si buscamos respuestas sobre nuestra familia, juntos.

.

-¡Yoongi, me perdí! Estaba buscando el lugar y no sé en donde estoy.

-¿Eres tonto? Te di la ubicación exacta.

Tras unos minutos de discusión el platinado logró encontrar el sitio del cual su amigo le habló pero para su sorpresa alguien más le había ganado la idea.
Al principio, Namjoon pensó que eran solo dos amigos con el mismo gusto por ese espacio hasta que la chica giró un poco su cabeza sonriéndole al chico.

-Eun...

.
.
.

SeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora