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Semanas después.

Namjoon

-Adelante -Yoongi, con tranquilidad abría la puerta, esperé con la misma paciencia de siempre hasta que tomara asiento en mi cama, pero esque este hombre parece abuelo-. Te tardaste en venir.

-Tenia que terminar mi cereal-respondió con un encogimiento de hombros.

-¿Que es lo que tenías que decirme?

-¿No la haz vuelto a ver?

-Si, sólo una vez. A partir de ahi parece que simplemente se esfumó... Tal vez se está volviendo una ilusión mía.

-Ahora quiero que me escuches y sobretodo que pienses con cuidado.

El tono de voz que estaba usando definitivamente me ponía más nervioso que su forma natural de hablar.

-Mira, tú quieres estar con Eun ¿que pasa si lo que yo te digo te alejara de ella? ¿Aún querrías que te lo contara?

Negué con un movimiento lento de cabeza.

-Entiendo que quieres saber ¡Por dios, eres Kim Namjoon! El hombre que si no sabe algo en un segundo ya investigó. Desafortunadamente en este momento debes ignorar esa parte tuya, escucha a tu corazón. Te juro que todo llegará en su momento.

Me dio una palmada en la espalda y me fue imposible no querer acurrucarme en sus brazos, como un pequeño cachorro buscando afecto.

Su abrazo se sentía extrañamente acogedor, tal vez eran los sentimientos mezclados por que inmediatamente comencé a llorar.

-Vinieron imágenes a mi sobre el accidente, se sentía tan real como si estuviera pasando en ese momento. Me siento demasiado
culpable pero al mismo tiempo ni yo se que sucede.

-No fue tu culpa, Namjoon.

-¿Puedo hacer una pregunta más?

El patinado miró hacía arriba esperando el asentimiento de su amigo.

-¿Es malo que esté cerca de ella?

Luego de un largo silencio, Yoongi habló.

-No. Tu eres todo lo que está bien para ella.

-Gracias por tenerme paciencia y ser el hermano que siempre deseé. Eres mi ángel guardián.

-No, no. Yo soy un dios.

Logró hacer sonreír a su amigo, todavía en sus brazos.

-Al parecer si por qué no puedo escuchar tus latidos.

-Callate -le dió una última sonrisa-. Ahora duerme un poco, me quedaré aquí.

Gracias a la luz de la noche que traspasaba las cortinas, Namjoon comenzó a sentirse adormilado.

-¿Recuerdas la primera vez que Eun hizo latir tu corazón?

Antes de tan siquiera poder responder sus ojos se cerraron lentamente y sus labios formaron una curva. Con eso el azabache dió por sentado que lo había escuchado, con la esperanza de que sus sueños le dieran la energía para continuar.

~
Al día siguiente.

Ambos permanecían haciendo lo suyo: uno, perdido en la nada en dónde imaginariamente conectaba su pasado y futuro, el otro, solo desayunaba en paz.

Así transcurrido el tiempo Yoongi daba su última cucharada pero un golpe sórdido retumbó en la mesa.

-¡Ya sé! Eun no recuerda nada ¿Cierto?

-No...

-Entonces por qué no ayudarla a recuperar la memoria. Puedo mostrarle fotos y videos de todos los momentos que hemos vivido juntos, recordarle siendo yo mismo, antes de haber sido el gran idiota que nos llevó a terminar.