Capitulo 4☞-Maraton 3-3-

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Todo le parecía tan extraño. Él se sentía extraño recapacito luego de unos momentos en la ducha. No podía olvidar lo que acababa de hacer a esa pobre mujer. Apretó los puños a los costados con ganas de estamparlo en ella. ¿Pobre mujer? No, no lo era. Se paso una mano por el pelo. No podía arrepentirse de lo que había hecho, nunca lo haría. ¿Podría aquel hombre sentir lo mismo que él había sentido? Lo dudaba. Él había sido frío con su amiga, la había utilizado y la había dejado tirada, muerta, sin nada. Y él también se había quedado igual. Katherine, el amor de su vida, su todo, ya no estaba con él.

Las lágrimas no paraban de caer de su rostro. Ahora ya no tenía nada más, ya no tenía a nadie. Seguía recordándola a ella todos los días, a través de la oscuridad que lo había acogido, Katherine había sido una especie de luz para él.

El único propósito de su vida giraba en torno a su venganza. Debía de lograr justicia por mano propia. Y como la ley de talión decía; ojo por ojo, diente por diente, así pagarían por lo que habían hecho.

Salió de la ducha agotado. Por más que se había tomado el día entero como un descanso no lo fue, ya que había preparado todo para poder traer a aquella mujer a su casa. La casa que un día había deseado compartir con Katherine.

Luego de vestirse prendió el televisor y vio las noticias. Todo parecía normal hasta que paro en uno en particular, estaban hablando de ____ Cleaver. Sonrió. Ya sabían que había desparecido y su esposo parecía muy preocupado. ¡Qué bien se lo merecían ambos! Pensó.

La próxima lograría grabar la sesión y mandársela por correo, sin dejar rastros desde luego. El maldito podría ver con sus propios ojos lo que él había hecho algún día.


***

____ se sentía sucia como nunca. Ahora sabía que estaba secuestrada y que la habían violado. ¿Por qué? No lo sabía. No lograba entender las palabras de aquel extraño. Ella nunca había conocido a una tal Katherine, ni siquiera tenía amigas, pensó. Solo tenía a Raúl y ahora él no estaba para ayudarla.

Se levantó de aquella cama con las pocas fuerzas que tenía, tenía hambre, sed y mucho sueño. Tenía el cuerpo entumecido y se sentía mareada. Vislumbro una puerta a un costado de la habitación, la abrió y encendió la luz. Era un baño. Estaba desnuda, frente al espejo. Se miro el cuello. Tenía marcas de manos alrededor, totalmente roja. Trago gordo. Ese hombre había estado a punto de matarla. Sintió unas inmensas ganas de llorar de nuevo, pero decidió no hacerlo. Debía ser fuerte para así poder encontrar una forma de salir de aquel lugar.

-Se fuerte ___, tu puedes – susurro para sí misma.

Sabía que no debía de pensar en su dolor en estos momentos, debía razonar, debía encontrar una forma de salir de aquel desagradable lugar. No podía seguir más tiempo en aquel lugar sin saber que era lo que le esperaba. Necesitaba a Raúl. Suspiro. ¿Qué estaría haciendo él? ¿Se habría dado cuenta que ella había desaparecido? La mayoría de las veces ni llegaba a dormir, así que lo dudaba.

Abrió el grifo de la ducha y se metió bajo ella. No sabía que ropa usaría, no tenía nada que ponerse. Se mordió el labio con fuerza, sentía tantas ganas de rasparse el cuerpo. Y así lo hizo, quitando todo rastro de aquel hombre. Tratando de borrar las huellas de donde él había estado, pero parecía imposible.

Pensó de nuevo en que habría hecho mal. El la estaría confundiendo o solo le había mentido para trastornarla. No podía estar del todo segura, pero esperaba que todo terminase y ella buscaría la forma de lograrlo. Huir era arriesgado, pero necesitaba arriesgarse si es que no quería que la terminasen matando un día de estos. Porque estaba segura que eso era lo que haría el hombre al final. Matarla.

El miedo la invadió en cuestión de segundos, mientras iba estremeciéndose de pies a cabeza. No quería morir, al menos no aun. Deseaba hacer muchas cosas antes de morir. Era cierto que en algunos momentos de la vida uno desea morir, pero luego de pensarlo bien no quería hacerlo aun. Deseaba poder tener su vida primero, ser feliz teniendo hijos. Suspiro. Ahora lo deseaba más que nunca.

Escuchó como otra puerta se abría y sintió pánico. Un frio helado recorrió su columna haciéndola estremecer. Un gruñido y el sonido de metales cayéndose, su labio inferior comenzó a temblar con las lágrimas recorriendo su mejilla, perdiéndose a través del agua.

-¿Qué demonios estás haciendo? –dijo aquel extraño entrando al cuarto de baño.

-Yo, yo… -no podía decir nada. Aquel hombre estaba furioso y la estaba mirando con odio. Quiso desaparecer en aquel mismo momento. Algo en el le decía que no terminaría bien.

-Tú.. ¿Tú qué? –gritó él.

La agarro del brazo y la sacudió con fuerza. Aturdiéndola. Ella gimió de dolor cuando él le pego una cachetada.

-No quiero que te bañes, ¿Lo entiendes? –ella trataba de no derrumbarse ahí mismo.-no quiero que lo hagas luego que te tomo, puedes hacerlo antes, pero no luego. ¿Está bien? Y solo si yo te lo pido. ¿Lo entiendes? –volvió a preguntar.

-Si.. –susurró ella.

-¿Cómo?

-¡Sí! – dijo ella esta vez casi gritando mientras la lagrimas caían por su rostro.

-Bien, espero que así sea.

La quito empujándola, y la tiro sobre la cama. Aquella cama que estaba manchada de sangre y con las sabanas revueltas. ___ sintió asco, pero no dijo nada por miedo a que la volviera a pegar. Pero hubiese sido mejor que la pegue que eso, pensó luego.

-Es hora de la segunda ronda –dijo acercándose a ella.

-No, por favor –pidió ella con la voz entrecortada y lleno de terror.

-Ya hablamos de eso –dijo seco- es mejor que lo aceptes, no me importa que patalees, grites o lo que sea. De igual manera lo haré.

-¿Por qué haces esto? ¿Es por dinero? – el rió sarcásticamente.

-¿Dinero? ¿Es lo único que crees puede interesarme? Pues no, ya te lo dije. Lo hago por Katherine, lo que busco es justicia.

-Pero yo no..

-¡Ya cállate! Me estás haciendo enojar. Tienes esa capacidad de molestar a alguien ¿Ya te lo habían dicho? –sí, ya se lo habían dicho. Pero no quiso pensar en eso. Solo bajo la mirada.

De esa manera aquel hombre volvió a abusar de ella, y si creía que iba a tener fuerzas para salir de aquel lugar estaba muy equivocada. La había vuelto a drogar. Ahora no tenía tantas esperanzas. Estaba cada vez más confundida de donde se encontraba, cómo y con quien. Cuando al fin había creído reconocer a aquel hombre todo se había sumido en una desagradable oscuridad. Como si estuviera cayendo en un agujero negro.

The Dimness |Justin Bieber-TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora