Especial 3

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- ¿Qué te parece?, ¿te gusta? – Pregunto Ink emocionado una noche, señalando un conjunto de bocetos regados en su cama.


Si alguien estuviera viendo a Ink en ese preciso momento pensaría que estaba loco de atar y que necesitaba visitar un doctor. Después de todo, no era para nada normal estarle hablando al aire tan animadamente y esperar a que este te conteste. No obstante, para Ink esto ya era algo un tanto usual, y no fue para nada sorprendido cuando un par de bosquejos fueron levantados por arte de magia y luego lanzados fuera de la cama. Con un puchero, Ink se quejó:


- Oh vamos, no eran tan malos... - Se movió para ver cuales habían sido descartados. - ¿Supongo que no te agrada la idea de un tren hecho de goma?, eso o que rebote... - Le había parecido gracioso, pero...


No hubo ninguna respuesta a esto, pero Ink casi salta al sentir a alguien sentarse justo a su lado. De hecho, para su sorpresa, al mirar a su lado la cama estaba hundida como si alguien estuviera sentado con él.


- ¿Los demás te parecen bien? – Pregunto, sonriendo ampliamente.


No todos los días su compañero se sentaba a su lado, a sabiendas al menos. La única respuesta que obtuvo Ink fueron unas leves palmadas en su cabeza, lo cual lo hizo sonreír aún más, ya que eso era lo más cercano a un sí que había podido obtener de su nuevo amigo.


- ¡Lo comenzare mañana entonces! – Acomodo los dibujos, sin perder de vista que el fantasma no se movió de donde estaba. - ¿Qué tal este?


Esta vez, todas las hojas terminaron en el suelo en menos de un pestañeo.


-... ¿Qué tiene de malo un universo en donde todos sean criaturas marinas? – Pregunto, sin realmente entender porque era tan mala la idea como para que todo fuera desechado así de rápido. – No es que-auch, no tenías por qué hacer eso... - Se quejó levemente, sobándose la cabeza, alguien le había tirado un borrador en la cabeza con poca fuerza, pero aun así le dolió.


Ink continuo con esto por al menos una hora, terminando solo porque alguien se levantó y le apago todas las luces, diciéndole que era de ir a dormir. Bueno, mañana tendría que recoger como unas 100 hojas o más del suelo... no sería la primera vez.


- Okey, okey... - Cielos. - ¿Podrías prenderlas por un momento?, déjame arreglarme y me acuesto, ¿está bien?


En caso contrario, el fantasma no lo dejaría dormir o hacer nada. Era un fantasma muy terco, sinceramente. Dicho y hecho, el fantasma prendió las luces el tiempo suficiente para que hiciera lo que tuviera que hacer y se acostara.


- Buenas noches. – No recibía respuesta alguna, pero aun así quería pensar que su acompañante no simplemente lo ignoraba.


Y como era de esperar, a la mañana siguiente, Ink fue despertado por nada y nada menos que las luces siendo encendidas y la puerta abriéndose de par en par.


- Es demasiado temprano para esto amigo... - No serbia de nada esconderse debajo de las sabanas, estas ya habían sido arrancadas de la cama. - ¡Ya me levanto!, ¡ya me levanto!, ¡no hay necesidad del balde de agua! – Salto de inmediato cuando oyó la regadera ser encendida.

Beloved GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora