Error miro a Ink desde el sofá perezosamente. Hoy había sido un día relajante, por así decirlo, ya que Ink se había quedado a dibujar y pintar felizmente todo el día, y él había decidido acostarse un rato a pensar, porque no había nada más que hacer. No había nada bueno en la televisión, ya había probado varias veces, y ya había sacado a Ink para el desayuno y el almuerzo, y para la cena aún faltaba mucho. La verdad, Error no pensaba en ver a Ink fuera de su cuarto en todo el día, al menos no por iniciativa propia, así que verlo ahora sin duda alguna le llamaba la atención...
- Hey amigo, espero que te guste. – Ink dijo felizmente, luego de hacer lo que sea que estuviera haciendo. – Estaré en mi habitación si me quieres acompañar.
Error, muy curioso ahora, fue a la cocina, a ver qué demonios había hecho Ink ahora. Lo que encontró lo dejó de piedra por unos segundos, solo para que luego una gran sonrisa se abriera paso a sus características y casi se abalanzara ante las ofrendas. ¿La razón de esto?, demasiado simple: Ink era un idiota.
- Ahora tengo doble~ - Canturreo, emocionado más allá de la creencia.
Se permitía actuar así porque no había nadie que pudiera verlo, por nada más. Era muy orgulloso, siempre lo había sido y eso no iba a cambiar incluso después de muerto. Ink había dejado el doble de ofrendas, ¿qué tan genial era eso?, y de verdad Ink era un tarado. Había dejado ofrendas para Error, y ahora había hecho otro espacio para "amigo" y había dejado el mismo número de ofrendas.
Claro que las ofrendas no eran iguales, no en todo al menos. Cada uno tenía un vaso de agua, y dos chocolates de los caros y deliciosos (Ink era un bastardo con plata o con mucha suerte, una de dos), y de allí si eran diferentes. A Error le había dejado un café y unas galletas (iba a culpar a Geno por esto), y a "amigo" le había dejado un paquete de caramelos y un helado... un helado de ron con pasas... grande...
Ink casi termina agarrado del techo del susto que se llevó cuando la puerta de su habitación fue tirada de golpe, como si alguien la hubiera pateado con todas sus ganas, y antes de verlo venir todas sus hojas estaban volando por todo el lugar... y había un gran desastre hecho con las pinturas, un desastre que realmente no quería limpiar. No obstante, Ink realmente no tuvo tiempo de nada, ni siquiera de pensar, cuando sintió como si alguien le palmeara la cabeza como si fuera un niño... y pues, estaba seguro de que no estaba solo, porque justo frente de él la cama se había hundido, tal y como si alguien se hubiera sentado... o tirado, probablemente la segunda.
-... ¿Supondré que te gustaron? – Preguntó tímidamente, sin saber qué esperar.
Su respuesta fue que una de sus pinturas fue abierta y... y a alguien le pareció buena idea escribir con la pintura en su ya irreconocible cama. Aun así, Ink realmente no podía molestarse, más bien...
- Me alegro, no sabía realmente que darte... - Ink se rascó nerviosamente detrás de la nuca. – Es un poco difícil, ya que no te conozco mucho...
Y él tampoco parecía molestarte ante la falta de ofrendas ni nada. Bueno, al menos ya sabía que podía darle de ahora en adelante...
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Beloved Ghost
FanfictionResumen: Con toda honestidad, Ink nunca había sentido mucha preocupación o interés en los fantasmas... así que cuando uno se interesó en él, toda su vida se puso de cabeza, y no estaba solo en eso. ¿Quién podría haber pensado que un espíritu lograra...