Extra 2

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-... Awwww... - Se quejó, para luego bostezar. - ¿Cuál es tu afán de pararme tan temprano?, ¡es Domingo!


¿Quién demonios se paraba temprano los Domingos?, ¡eso debía ser un delito!, los Domingos era para dormir todo el día. Por supuesto, como era de esperarse, la respuesta fue que le quitaron todas las sábanas. A pesar de que Ink sabía que sin importar lo que dijera el fantasma no lo dejaría en paz hasta que se levantara y fuera a desayunar, Ink no pudo evitar quejarse:


- Hoy no tengo nada que hacer, estoy libre, ¿no puedo quedarme a dormir un poco más? – Por si las dudas agrego: - ¿Por favor amigo?


Por un momento, no paso nada, y por eso Ink comenzó a relajarse en contra de su cama y sus almohadas nuevamente, cerrando los ojos en alivio... o al menos así fue hasta que oyó el grifo del agua abrirse.


- ¡NO!, ¡NO!, ¡YA ME LEVANTO!, ¡YA ME LEVANTO! – Gritó mientras saltaba fuera de la cama y pues... se estrellaba contra el piso.


El grifo fue cerrado con tranquilidad, con demasiada tranquilidad para Ink. A veces Ink creía que el fantasma lo hacía intencional, porque no le veía otra explicación lógica. ¿Acaso le divertía?, esperaba que sí, porque a él definitivamente no.


-... Muy gracioso... - Se quejó, sentándose en el piso. Iba a tener un moretón de seguro. - ¿Podrías arreglarme algo que ponerme?, voy a darme una ducha...


¿Vergüenza?, si como no, ese fantasma ya debía más que haber visto todo y solo Dios sabe qué más. Además, él tenía más facilidad entrando al closet y escogiendo algo que él, por más irónico que eso sonara. Unos minutos más tarde, cuando finalmente salió de la ducha, Ink no fue sorprendido por encontrarse con un conjunto de ropa casual en su cama. Seguramente cualquier otra persona hubiera hecho una doble toma, pero él ya estaba muy acostumbrado a cosas como estas, por no hablar de que él lo había pedido esta vez.


-... Ya voy por el desayuno, no te preocupes... - O mejor dicho: no comiences a tocar las puertas aun, por favor. – Cereal con leche-no hay leche... - Ink hizo una mueca, ya sabía que se le había olvidado ayer. – Bueno, dos emparedados no vendrían mal...


Por suerte, pudo darse su tiempo haciendo el desayuno, estaba más dormido que despierto aún. Luego del desayuno y de un buen y confiable café, Ink tenía una pregunta muy importante:


- ¿Ahora qué?, hoy era mi día libre y planeaba pasar el día en mi preciada cama, pero ALGUIEN no me dejo. – Por supuesto, no hubo respuesta a esto.


Esta no era la primera vez que pasaba esto, desgraciadamente. El fantasma no tenía misericordia alguna con pararlo temprano todos los días, o mandarlo a dormir temprano todos los días igualmente. No sabía si había alguna razón en específica para que le hiciera eso incluso los fines de semana, pero nunca se salvaba. ¿Qué había hecho para merecerse esto incluso en sus días libres?, podría tomar una siesta en la tarde, pero iba a ser levantado para la cena lo quisiera o no. Por lo menos podía acostarse antes... o levantarse antes de la hora asignada, pero nunca después. Más bien, era increíblemente raro cuando lo dejaba dormir más tarde, o no lo levantaba en absoluto, esos días podía contarlos con los dedos.

Beloved GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora