Elliot perdió la noción del tiempo e incluso la de su propio cuerpo. No fue sino hasta que Arwin le aplicó una llave con más fuerza de la usual y lo dejó morder el polvo del patio del castillo que notó lo fieramente que estuvo peleando. Giró sobre sí mismo y contempló el cielo azul sobre su cabeza. Sentía el reguero de sudor bañándole todo el cuerpo y la suciedad adhiriéndose a su piel. Arwin se paró sobre su cabeza y le miró.
Elliot ya no pudo ver más el cielo, pues el rostro de su hada entrenadora y su cabello verde se interponía. Ella se veía algo sonrosada por el ejercicio y estaba jadeando en busca de aire. Hasta donde Elliot creía recordar, era la primera vez que él lograba cansarla de esa manera y la sorpresa por ese pequeño descubriendo no le pasó desapercibida a ella tampoco.
—Mejoraste —declaró ella, las manos en sus caderas y un sonido de aleteo le siguió, para luego uno pequeño de succión informar que sus alas estaban ocultas tras su espalda—. Ignoro por qué —continuó ella, viéndole de forma ligeramente complacida, estudiando el rostro sudado y sucio de él—. Si es por esa hada de la corte de las Flores o por la ejecución o porque te estas acostumbrando a mí. No importa, la verdad, importa que por fin veo un progreso.
—¿Eso quiere decir que podré descasar, un par de días o semanas, quizás? —Arwin soltó una carcajada y se apartó. Elliot se incorporó entonces, aunque no se puso de pie. Apoyó el antebrazo en su rodilla y la contempló caminar en círculos mientras recuperaba el aliento.
—No, quiere decir que era un buen momento para que volvieras a los pozos de lucha. Quizás tener un par de combates más, pero mientras la alarma de invasión siga encendida es imposible. Así que buscaremos otra forma, pero no, en definitiva, nada de descanso. La reina puede decidir en cualquier momento atacar y más te vale permanecer alerta.
—Lo que me recuerda que aún no sé nada de esa fulana arma. —Elliot se puso de pie por fin, se sacudió el polvo de los pantalones y comento más para sí mismo—. Es como uno de esos regalos que abres una y otra vez porque dentro solo encuentras más cajas envueltas y al final, cuando por fin llegas a la última caja, solo encuentras un caramelo.
—Esto no será así —aseguró Arwin, quien comenzó a atarse su largo cabello verde en una cola alta—. Por desagracia ninguno de nosotros puede mostrarte el arma ni cómo usarla, Walden se encargara de eso.
—Walden de nuevo.
—Ya hemos hablado sobre él —lo reprendió ella mientras se encaminaba al castillo—. Tu deber es obedecer a la reina Eliza y si ella decide confiar en Walden, todos nosotros debemos hacer lo mismo.
—Sí, sí —protestó Elliot no pudiendo contenerse—. Aun cuando sabemos que sigue en contacto con la corte de la Flores y la reina Beth. Tanto preocuparnos por la supuesta invasión de las hadas de Daha y capaz que la reina Beth ya está enterada de todo por boca de Walden. —Arwin dejó salir una risita, entraron al castillo y sortearon un par de hadas que trabajan en la instancia, ya fuera haciendo deberes de limpieza o llevando órdenes de un lado para otro.
—Sí, es posible, pero igual debemos cuidarnos de esos invasores, en el supuesto caso de que Walden haya decidido no abrir su linda y antigua boca. —Arwin se detuvo y se volvió al notar que Elliot había dejado de seguirla.
Este, atento en un principio a la conversación con su compañera, dejó de estarlo en el momento en que pasaron por un pasillo del castillo que hasta donde él sabía llevaba a una puerta, tras la cual unas escaleras de piedra descendían hacia los calabozos del castillo. Arwin se le acercó y él dijo antes de que ella pudiera objetar cualquier cosa.
—Quiero verla. No pueden prohibírmelo. Aziza está aquí encerrada y así seguirá, no hace ningún daño que yo la visite. —Hubo un brillo ligero en los ojos verde oscuro de Arwin, un brillo de diversión y malicia.
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La senda de las espinas [La senda #2]
FantasySEGUNDA PARTE DE LA SENDA. Luego de haber quedado en tercer lugar en el torneo realizado por las hadas en Daha, Elliot fue regresado al mundo humano. Sin embargo al quedar entre los primeros sus recuerdos sobre la magia y las hadas no fueron borrado...