Flores y Espinas siempre han sido reinos vecinos y enemigos por naturaleza. Flores estaba gobernada por el rey Florian, de sonrisa atrevida y carácter rebelde, mientras que Espinas era reinada por Nicolas, quien no sonreía y tenía una personalidad cruel.
Los reyes no se atacaban, pero se saboteaban cada vez que podían. A veces parecía un juego, salvo que no lo era. Por ejemplo, el rey Nicolas encontraba muy entretenido robarse los humanos que estaban siendo preparados para unirse a la corte de las Flores. Los llevaba a su castillo y les infligía terribles torturas, para luego regresarlos a la corte de las Flores y regocijarse en como el rey Florian y las hadas a su servicio debían dar muerte a los humanos enloquecidos por la tortura. Pues todos, siempre, iban tras la cabeza del rey de las Flores.
Florian no se quedaba atrás. En venganza por la perdida de sus candidatos a Daha, equipó a sus mejores y más valientes hadas para que se infiltraran en la corte de las Espinas, llegaran hasta el rey, sus cortesanos y hadas de confianza y atacaran. Resultó, pero las hadas de Espinas se defendieron, muriendo hadas de lado y lado.
Aquello duró por un largo tiempo. A veces envenenaban partes del territorio del otro, o secuestraban, o se metían con los humanos bajo la protección de uno y otro rey. No fue sino hasta que el rey Florian encontró una forma de proteger a los humanos a su cargo cuando la guerra graduó en un nivel más serio.
Florian quería crear la mayor cantidad de hadas posibles para que su población fuera más numerosa que la del reino Adah, pero se veía imposibilitado de hacerlo si el rey seguía pudiendo llegar hasta esos humanos y romper sus mentes y cuerpos. Así que pensó en algo que serviría para muchos propósitos.
Una competencia, con una previa de entrenamiento y su posterior recompensa.
La previa consistía en entrenarlos en el arte de la lucha y buenas costumbres. La lucha serviría para que aprendieran a defenderse, así si un hada del reino Espinas intentaba raptarlos, estos sabrían hacer frente. Las buenas costumbre eran algo que simplemente era necesario si querían estar en Flores.
La posterior competencia los prepararía para el enfrentamiento con desconocidos, al ser varios participantes y estar en un ambiente inexplorado, aprenderían lo esencial para hacer frente a las hadas.
El premio no les sería revelado sino hasta el final. Además debían seguir ciertas reglas, las cuales fueron sugeridas por algunos de los antiguos de su corte. Uno de sus antiguos señaló no sin falta de razón, como los humanos solían encontrar tan atractivo lo prohibido y las bajas pasiones. Por lo que si se les prohibía relacionarse amorosa y sexualmente entre ellos, ellos se sentirían más tentados a hacerlo, por lo cual el torneo sería mucho más divertido de contemplar para las hadas, el rey Florian estuvo de acuerdo.
Lo mismo sucedía con el premio. Si se les rebelaba al principio, no podrían verlos enloquecer por conocer la verdad, y quien fuera que ganara... bueno... siempre era placentero ver el rostro de un humano cuando descubría la verdad sobre algo a lo que le estuvo dando muchas vueltas.
Así quedó decidido.
Cuando llegó hasta oídos del rey Nicolas la noticia sobre aquel nuevo torneo de Flores, cuentan que se rió muy alto y por mucho tiempo. Era una idea ridícula, dijo, como las que solo podía tener Florian y su corte de imbéciles. Él iba a demostrarlo. Para ello empleó un poco de magia de un antiguo y de la corona.
No existen registros reales de como fue puesta en práctica aquella magia, de qué antiguo le ayudó, ni de si causaba algún efecto secundario. Pero lo que sí se sabe, fue lo que sucedió en el primer torneo celebrado por La corte de las Flores.
Las favoritas eran dos gemelas. Rubias, de brillantes ojos verdes y facciones dulces y delicadas. Las hadas las amaban. Porque era todo lo que adoraban de los humanos. Belleza, fragilidad y la posibilidad de ver como las emociones humanas, todas ellas, chocaban a cada instante entre las participantes.
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La senda de las espinas [La senda #2]
FantasySEGUNDA PARTE DE LA SENDA. Luego de haber quedado en tercer lugar en el torneo realizado por las hadas en Daha, Elliot fue regresado al mundo humano. Sin embargo al quedar entre los primeros sus recuerdos sobre la magia y las hadas no fueron borrado...