Sean todos bienvenidos... ¡Al pack!
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Cuando puse los vendajes alrededor de la herida, puse la mayor cantidad de esfuerzo en intentar que no le duela.
"Debe estar más ajustado, la sangre fluirá si no aprietas más"
Según sus instrucciones, apreté lo más que pude. Su cara parecía calma, pero cada vez que apretaba se rompía un poco.
Cuando terminé de vendarlo, se puso su ropa rota y caminó fuera.
Al salir, colapsó nuevamente.
Cuando corrí hasta él, una sirvienta estaba a su lado viendo qué le había pasado.
"Hizo un buen trabajo señorita, él sólo esta exhausto"
La tranquilidad llenó mi pecho.
Él estuvo dormido por tres días. En los cuales no fue a clases como Maximus.
Cuando llegué a casa el cuarto día Maximus estaba despierto sentado en la cama.
"¿Como te sientes? Me sorprendiste mucho cuando colapsaste"
"Perdón, perdón. Pero no sería convincente si no me desmayo y gano la confianza de los demás sirvientes"
"¿Todo lo que haces está siempre en tus planes? ¿Soy parte de un plan mayor?"
El dolor apretaba mi corazón al pensar en esta posibilidad, pero, ¿Por qué?
"¿Qué es lo que quieres que te diga?"
"La verdad"
Maximus hizo una pausa y me miró a los ojos.
"¿Realmente estas dispuesta a llevar esa carga? -su siempre neutro tono adquirió un semblante mucho más serio- Entonces bien. Te diré "la verdad".
Todo lo que hago tiene un propósito, por más descabellado que sea. Todos tienen un punto débil y yo lo exploto para sacarle provecho.>Hay algunas cosas como conocerte o que Gastón se volviera loco en vez de desistir en su lucha, que no podría haber anticipado. Pero rápidamente ideo un nuevo plan para superar esos eventos imprevistos.
>Ahora me ves ejecutando uno de mis tantos planes. Por supuesto que también tengo algunos de respaldo, sólo por las dudas.
>Esa es la verdad que te doy. Esa es la verdad que es. Ahora es tu responsabilidad si me crees o no. Por cierto, no te alarmes si me vez comiendo como desesperado. Mi personaje es un niño de la calle que tiene hambre"
Me quedé mirando la espalda de ese niño. Como puede ver a futuro con tanta simpleza. Parece que lleva viviendo más de 100 años, pero eso no es posible.
Algo en mi corazón quería creer en él, pero mi mente se negó a aceptarlo, ¿una verdad tan grande dicha luego de la primera pregunta?
El comerciante en mi afloró e instintivamente negó a verdad.
¿Debería creer en alguien así?
Bajé hasta el comedor y lo vi tragando la comida en la mesa, incluso lamiendo los platos vacíos.
Los sirvientes de mi casa parecían apenados por él, algunos incluso querían darle más comida.
"No- Dije- Con eso será suficiente. Denle algo de ropa para que pueda vestir como es debido y asígnenle un superior del que pueda aprender. Será mi criado personal a partir de ahora"
Todos me quedaron mirando, pero acataron enseguida.
Aunque los primeros días de entrenamientos era torpe, con el tiempo se fue amoldando y pudo encajar no sólo como sirviente sino como guarida.
Además podía cocinar, lavar la ropa y utilizar magia. Por la ingesta de comida, baños periódicos y ropa limpia su apariencia mejoró mucho.
Algunas de las sirvientas le tiraron los perros coqueteando con él o intentado seducirlo, pero él se desprendía diciendo que estaba completamente entregado a mí por haberle salvado. Incluso mi madre intentó acostarse con él.
Ante la llegada del nuevo miembro en los siervos, aunque no era pagado, sino que sólo se le daba la comida, mis padres parecían renuentes al principio.
Cuando vieron lo dedicado que era y como siempre me trato respetuosamente, así como nunca robó nada de la casa ni nunca nos vinieron a robar, se calmaron.
Como Maximus se estaba quedando en casa, comenzó a faltar a las clases.
Gastón estaba que rabiaba. Incluso comenzó a buscar pelea con la gente sólo para probar su propia fuerza.
Una vez quiso pelear conmigo, pero cuando me fue a golpear, Maximus apareció de la nada y bloqueó el ataque. Luego desapareció después de vencer con relativa facilidad a Gastón.
Luego de eso comenzó a atacarme más seguido, pero logré defenderme sola.
A todo esto Salvador, como se hace llamar Maximus estando de sirviente en mi casa, está aprendiendo autodefensa y esgrima, así como magia.
A pesar de que está aprendiendo magia, al comienzo era muy malo y casi que no tenía control sobre este poder.
Tampoco era bueno en esgrima, lo que me sorprendió mucho ya en su pelea en la Academia saltaba de aquí para allá e incluso hizo aquel ataque de llamas negras sin despeinarse.
"Todo es parte de la actuación. Si no sientes el personaje, queda como una cáscara sin relleno. Alguien que pasa de ser un mendigo a un genio de la magia sólo porque le dieron un poco de comida no tiene sentido"
Esa fue la muy convincente respuesta que me dio.
Entre que una cosa iba y venía, pedía a mi padre para que dejará que Salvador me acompañara a la Academia.
Todos los estudiantes tienen permitidos, según su casta, determinada cantidad de criados que pueden llevar a la Academia, pero que no pueden participar en las clases.
Padre aceptó con rápida respuesta ya que esperaba que lo pidiera tarde o temprano.
Además de que valoraba el esfuerzo que Salvador daba día a día por mejorar.
Cuando se lo comenté a Salvador, el sólo pudo sonreír y aceptar.
El primer día que llegue con Salvador, todos parecían mirarnos.
El joven rubio de ojos celestes, cuerpo marcado por el entrenamiento físico y semblante imponente. Ese era el nuevo Salvador.
A primera vista quedaba claro que muchas de las chicas estaban locas por él, aunque supongo que su rabia iba a caer sobre mí ya que era su maestra.
Lo primero que paso, incluso antes de que alguna chica se acercara fue que Gastón le golpeó la cara, mandándolo a volar.
Cuando aterrizó quedó tendido en el suelo un rato, pero se levantó lentamente. Cuando logró ponerse en pie, se acercó lentamente hasta donde esta yo y se mantuvo firme.
"¡No vas a intentar pelear! ¡¿He?! ¡Gallina!"
"No pretendo hacer nada que mi señora no ordene"
Gastón continuó golpeándolo e insultándolo, pero Salvador se quedó quieto, sin devolverle ni los golpes ni los insultos.
"¿Por qué no te defiendes? ¿Acaso eres idiota?"
"N-no pretendo... hacer, nada que mi... señora no ordene"
Salvador estaba al límite y sangraba mucho, pero él me había dicho algo antes de salir, por lo que no pude, incluso si quisiera, ordenar contraatacar.
Todos hablaban de cómo le permitía darle tal paliza a mi subordinado.
"Ponte derecho, no quiero dar una mala impresión" Dije.
Salvador corrigió su postura de inmediato. Ante tal espectáculo, incluso Gastón quedó sin habla.
¿Por qué su plan me hace quedar como la malvada?

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Wild Elves World Conquest
FantasyLuego de ser invocado como el defensor del Piso 50 del [Dungeon Core 490 Matews], Aaron, un Naga con recuerdos de un humano del mismo nombre, debe permanecer en espera para proteger a su amo... O no. Luego de leer todos los libros del mundo y ser co...