No tuve ningún inconveniente en escabullirme al bosque sin que nadie se enterase, o por lo menos eso es lo que yo creía. Por varios días ayudaba en la iglesia y luego me inventaba cualquier excusa para salir, por lo menos unas pocas horas era suficiente para encontrarme con Etsu.
Hablamos de muchas cosas, Etsu me contaba un poco más sobre los demonios Kodama y sobre su hogar, yo fascinado escuchaba cada palabra que decía.
- Ahora cuéntame algo sobre ti - dijo tranquilamente.
- No hay mucho que decir - desvié la mirada y clave la vista al suelo.
- Cualquier cosa esta bien - lo mire de reojo y me di cuenta que me estaba sonriendo.
No lo pude evitar y le conté todo sobre mi madre, el pueblo y mi padre. Lo único que no podía decirle eran mis sentimientos por él, cada vez que nos encontrábamos mi amor por Etsu crecía cada vez más, era como un sentimiento que llenaba poco a poco mi pobre corazón.
Pero lo que no esperaba era lo que ocurriría en los próximos días. La persona que llegaría a visitarnos no era una persona común y corriente, era algo más...
҉
Todo comenzó cuando llego el tan esperado día, ya estábamos entrando en invierno, por alguna razón tenía un mal presentimiento. Recordé algo que Etsu me había dicho hace dos días:
- "Algo ocurrirá dentro de poco, no sé cuándo ni que será, pero sé que... Por favor ten cuidado y llámame si llega a ocurrir algo, acudiré a ti" -.
Tan solo de pensar en sus palabras me tranquilizaba, pensar en Etsu me mantenía en calma, no aguantaba las ganar de ir a verle. Pero no podía dejar a papá solo, no es estos momentos, desde hace unos días ha estado un poco enfermo, insiste con que está bien pero presiento que es grave.
- Cof*Cof* - lo escuche toser, solté lo que tenía en las manos y fui a ver que le sucedía.
Al entrar a la cocina, padre estaba de pie apoyado en la encimera.
- ¿Papá estas bien?
- Estoy bien hijo, solo un poco cansado – su voz sonó ronca - Ven, acompáñame a mi habitación - se aclaró la garganta y me hizo un ademan con la mano. Deje que se apoyara en mí, llegamos a su habitación y lo recosté en la cama.
- ¿Seguro estas bien? ¿Quieres que haga algo por ti? - le dije mientras me sentaba al borde de la cama.
Se llevo la mano a la boca y negó con la cabeza.
- Esta bien, solo quédate un rato conmigo - dijo con una pequeña sonrisa.
- Me quedare aquí - le tome de la mano y la bese. Nos quedamos un rato en silencio - ¿Papá?
- ¿Si hijo?
- Umm... verás... no me has dicho quién es la persona que nos visitara... - le dije con curiosidad. Se quedó unos minutos en silencio.
- Bueno... hace un mes me llegó una carta, no tenía remitente pero en la carta decía que... – una fuerte tos lo interrumpió, con dificultad se logró sentar y le acaricie la espalda con delicadeza.
- No te fuerces - dije preocupado. Negó con la cabeza.
- Igual tarde o temprano te enteraras y es mejor que yo te lo diga - me sonrió y prosiguió con dificultad al hablar – La carta viene de parte de alguien que dice ser amigo de tu difunta madre - me sorprendí - Quiere conocerte - me acaricio la mejilla, sentía que me estaba ocultando algo pero no pregunté más.
- Debes descansar - ignore lo que había dicho y lo recosté de nuevo en la cama. Espere a que se durmiera, le busque un vaso de agua el cual deje en una mesita al lado de la cama y salí de la habitación.
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Hakuryuu (yaoi)
Fantasy"El mundo esta lleno de cosas misteriosas". Japón - Era Meiji. Ryutaro, un niño de ojos azules y cabello blanco, criado por un sacerdote en un pequeño pueblo, ha vivido siendo despreciado por las personas a su alrededor por su inusual aspecto. En su...