- ¡Hermano! – gritó dibujando una gran sonrisa en los labios y rodeo sus brazos alrededor de mi cuello - ¡De verdad eres tú! – dijo riéndose divertida.
- Kumiko – correspondí el abrazo.
- Me alegra que estés bien... de verdad estoy feliz... muy feliz... - dijo sollozando en mi hombro.
- Ahora todo estará bien – le acaricie su corto cabello blanco – Tenemos que hablar.
- Si – dijo separándose y limpiándose las lágrimas – Mucho que hablar – dijo seriamente – Pero, antes de eso, debes ir a tu habitación. Hablaremos esta noche, te contare de lo que me he enterado pero debe ser lejos de ojos y oídos curiosos – miro de reojo a cada lado casi susurrando – Shinya, llévalo a su alcoba – dijo sin mirar a Shinya, sonrió y tomo mi mano para darle un beso – A su tiempo nos encontraremos – dicho esto desapareció entre los arbustos y hermosas plantas del jardín.
- Vamos – dijo Shinya una vez la perdimos de vista – Le llevare a su habitación.
Caminamos por un largo pasillo hasta que nos detuvimos en una puerta la cual Shinya abrió e hizo una seña para que entrara.
La habitación estaba tal cual como la recordaba, nada había cambiado ni nada había sido movido de su posición.
- Su padre prohibió la entrada a cualquiera, ni siquiera la señora podía acercarse. Pero ya que usted está aquí, volverá a ser usada.
- Mm – murmure explorando. A pesar que era mi habitación se sentía un poco fuera de lugar, tal vez por vivir demasiado tiempo con los humanos, todo era diferente. En la tierra nunca tuve lujos pero aquí es todo lo contrario.
- Shinya-dono – llamo un joven pelinegro inclinado en la entrada.
- Ryutaro-sama, él le servirá durante su estancia.
Lo examine y luego le dedique una sonrisa.
- Por favor levántate – dije tocando su hombro – No es necesaria tanta formalidad.
- Pero Hakuryou-sama...
Negué con la cabeza.
- Tampoco usemos honoríficos ¿De acuerdo? - el niño asintió con el cabeza un poco tímido - ¿Cómo te llamas?
- Mi nombre es Yuu...
- Gusto en conocerte Yuu – dije con una sonrisa radiante.
Yuu se preguntaba cómo alguien como él podía ser tan amable con los sirvientes. Nunca nadie lo había tratado así antes.
- Hakuryuu... - hablo nervioso.
- Si Yuu, dime – dije amablemente sentándome al borde de la cama.
- Esta noche abra una cena de bienvenida por su regreso.
- Oh... ¿Es así?
- Mm – afirmo – Su padre ha pedido que le de este mensaje, la mayoría de sus familiares estarán presentes.
- Entonces prepara una vestimenta adecuada para Hakuryou-sama – dijo Shinya dirigiéndose a la puerta – Ahora me retiro, vendré por usted más tarde – Ryutaro asintió recostándose sobre los suaves cojines de algodón.
- ¿Dónde está Aiko? ¿También asistirá? – pregunte con desinterés.
- ¿Aiko-sama? En estos momentos debe estar en su habitación preparándose.
- ¿Tan temprano? – dije casi burlón alzando un ceja.
- Aiko-sama, esta presentable para cualquier ocasión. Ordena a las sirvientas que le busquen la mejor seda para vestir, perfumes y accesorios.
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Hakuryuu (yaoi)
Fantasi"El mundo esta lleno de cosas misteriosas". Japón - Era Meiji. Ryutaro, un niño de ojos azules y cabello blanco, criado por un sacerdote en un pequeño pueblo, ha vivido siendo despreciado por las personas a su alrededor por su inusual aspecto. En su...